Elecciones catalanas

Duelo de candidatas por el voto ultra independentista

El de Silvia Orriols y Laia Estrada no será el duelo que más luces acapare el próximo 12 de mayo, pero si emergerá como un choque separatista más virulento que el de Junts y ERC

Los carteles electorales de Aliança Catalana y la CUP

“Salvem Catalunya” -Salvemos Cataluña- y “Defensem la terra” -Defendamos la tierra- son dos eslóganes que se observan entre la cartelería de las elecciones catalanas. Pese a que a simple vista podrían pertenecer a un mismo partido, los colores delatan la diferencia. El primero es el de Aliança Catalana, la formación de Silvia Orriols. El segundo es el de la CUP, liderada en estos comicios por Laia Estrada.

El de estos dos partidos no será el duelo independentista que más luces acapare el próximo 12 de mayo, pero si emergerá como un choque nacionalista más virulento que el protagonizado por Junts y ERC. Si bien la CUP parte con una ligera ventaja en las encuestas con respecto a Aliança Catalana, la diferencia por la consecución de ese liderazgo es estrecha.

Y es que debido a su previsible reducción de diputados en el Parlament, la CUP ha conformado como estrategia un cordón sanitario absoluto sobre Silvia Orriols. Un ejemplo de ello se reflejó en la entrevista que Laure Vega, número dos por Barcelona, concedió hace un par de semanas a La 2 de TVE. En ella abogó por la no inclusión de Aliança Catalana en los debates debido a su falta de representación a nivel autonómico y que su liderazgo se circunscribía a un municipio “pequeño”.

Asimismo, la propia Estrada lanzó un ataque directo llegando a decir que esta formación es “un peligro para la propia causa independentista”. Situándola fuera del camino que siguen los procesistas.

Unos movimientos, los del bloqueo, que se unieron al propiciado este miércoles, cuando el partido liderado por Estrada firmó junto al PSC, los comuns de Sumar, ERC y Junts, un pacto precisamente para desvincularse de cualquier acuerdo poselectoral con la formación de Orriols y con Vox. Es decir, frenar cualquier opción de consecución de poder institucional y así reducir su reconocimiento entre los votantes de cara al futuro.

Pérdida de electorado en favor de Orriols

Este temor de la CUP podría estar fundamentado en la pérdida de sus electores de 2021, los cuales, según el último CIS, elegirían en un 5,2% a Aliança Catalana. Se convertirían, por tanto, en una de sus principales apoyos. Asimismo, Orriols es un problema para los neoconvergentes, cuyos votantes en las anteriores autonómicas más cercanos a posiciones antinmigración y radicalmente independentistas, verían en un 9% a Orriols como la primera opción a la que a votar.

Ahora bien, ¿qué elementos diferenciales podrían decantar la balanza en esta batalla? Si bien comparten la finalidad de un proyecto independentista, la formación izquierdista basa su propuesta en un referéndum de autodeterminación, mientras que la derechista propone la declaración unilateral de independencia, defendiéndola “hasta expulsar definitivamente al Estado español de Cataluña”, proclamando consecuentemente el catalán como única lengua oficial.

Otras cuestiones clave, la inmigración y la economía, son puntos en los que los partidos distan todavía más que en la anterior. Por un lado, la CUP se describe como una organización “nítidamente socialista” orientada hacia la consecución de un modelo económico al servicio de la clase trabajadora. Por su parte, entre los principales objetivos de Aliança Catalana están alcanzar el “máximo nivel de vida para los catalanes”, además de defender el derecho a la propiedad privada o de proponer la abolición del impuesto de sucesiones, reducir las cuotas a los autónomos y de IRPF.

Con respecto a la cuestión de seguridad y migratoria, el partido liderado por Orriols opta por una estrategia de control, la cual le sitúa de manera cercana a las corrientes europeas de la AFD alemana, a Marine Le Pen en Francia o a Giorgia Meloni en Italia. En este sentido, Aliança Catalana ha señalado la promoción de “aquellas políticas inmigratorias que beneficien a los catalanes, no a los extranjeros” y de “tolerancia cero con la inseguridad ciudadana, el radicalismo islámico y el terrorismo.

Por su parte, la CUP propone en esta materia una política “antirracista” y de atención hacia los requerimientos y necesidades de las personas migrantes.

Por último, cabe destacar un relevante dato que surge a raíz del punto migratorio. Como indica el Director de Investigación de Opinión Pública de Ipsos Spain, Paco Camas, la última encuesta del CIS señala una inesperada transferencia de voto de Vox a Aliança Catalana con respecto a la últimos comicios autonómicos -un 3,8%-. Es la tercera fuerza de la que más votos bebería, incluso por delante de ERC. Para explicar esta cuestión subraya que a ese electorado le mueve las posiciones cercanas a la seguridad y la inmigración, incluso priorizándolas sobre las cuestiones nacionalistas que caracteriza a la formación liderada por Santiago Abascal.

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