HABLA CARMEN CALVO

Carmen Calvo: “El avance en democracia llegó con aquel gobierno”

Formó parte del primer Ejecutivo que estableció cuotas de género en el nombramiento de ministros.

Cuando el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó al poder en abril de 2004, quiso que en la “marca” de su Ejecutivo primara un concepto: el feminismo. Y, en esta línea, creó el primer Gobierno español en el que hubo el mismo número de mujeres que de hombres a cargo de los ministerios, lo que 20 años más tarde “bautizamos” como las cuotas de género.

Zapatero incluso nombró vicepresidenta primera y ministra de Presidencia a una mujer: María Teresa Fernández de la Vega. La ministra de Fomento fue Magdalena Álvarez; en Educación y Ciencia, María Jesús Gómez de Cadiñanos; la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa Mangana; la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado Méndez; en el Ministerio de Vivienda, María Antonia Trujillo Rincón; la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, en el Ministerio de Medio Ambiente, Cristina Narbona Ruiz; y como titular de Cultura, Carmen Calvo.

Esta última, actual presidenta del Consejo de Estado, y quien fuera vicepresidenta primera y ministra de Presidencia bajo Gobierno de Pedro Sánchez, así como ministra de Igualdad y de Memoria Democrática revive para Artículo14 qué significó para ella formar parte de aquel Ejecutivo.

“Zapatero tenía una sensación de que estaba ocurriendo algo excepcional”, recuerda. “Tampoco llevábamos tanto tiempo de democracia y habíamos pasado de esas fotos de todo hombres a las puertas de La Moncloa, incluso en los Gobiernos de Felipe González, y de repente el giro que habíamos dado a la vida, en las calles, en las universidades, en los puestos de trabajo, de que por fin las mujeres tuvieran su independencia económica… se reflejaba en uno de los órganos más importantes de gestión de la democracia, que era el Ejecutivo, así que tenía la sensación de que nuestro país había hecho un trabajo bueno. Bueno, y con relativa rapidez”.

Durante toda su trayectoria política, Calvo ha mantenido un claro perfil feminista -ha sido presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso– que mantiene desde que tiene “uso de razón”, como ha asegurado en varias ocasiones.

“Yo vengo del feminismo desde la adolescencia, y en aquellas escaleras junto a las demás ministras tuve una emoción muy íntima, muy, muy individual, muy solo mía, de cómo mi vida, mi propio destino, me había llevado allí después de estar como siempre he estado en el movimiento feminista”. En definitiva, “como después de tanta lucha había conseguido estar allí”.

Esa lucha la refleja en su libro Nosotras. El feminismo en la democracia (Planeta), y que también relata para este medio. “Hombres como Zapatero habían entendido el mensaje de las feministas desde el final del franquismo y desde el inicio de la democracia, porque siempre dijimos que la democracia se la jugaba en el eje igualdad, hombre o mujer, porque somos más de la mitad de la población.

Uno de los temas que más dividen a la opinión femenina es el aborto. Ella, a favor, considera que ha sido una de las “batallas” más importantes dentro de esta lucha. “Hemos tardado décadas en conseguir esto que es prioritario para que las mujeres controlemos nuestra maternidad, que es una parte importante del control de nuestro camino de vida. Y ahí se pasó de puntillas por mucho tiempo, porque lo único que teníamos era una despenalización de supuestos, porque hubo muchos varones que consideraron que lo que el feminismo le decía a la democracia no estaba en el orden de prioridades. El presidente Zapatero sí que hizo ahí un giro de otro tipo de hombres. España formó parte en ese momento de una noticia ejemplar”.

Licenciada en Derecho Público por la Universidad de Sevilla y Doctora en Derecho Constitucional por la Universidad de Córdoba, ante la pregunta de si, pese a formar parte de un Gobierno feminista, encontró espinas en la rosa, la respuesta es sí. “A todas nos han pasado cosas, y hay una en política que a mí me produce particular rechazo, y es esa idea que los hombres tienen consolidadísima a lo largo de la historia de que pisan firme, que el terreno en el que se mueven es suyo por derecho, mientras que las mujeres cuando pisamos esos terrenos, ahora ya menos, sentimos que no ha sido nuestro históricamente. Entonces ellos tienen una especie de coordinación natural inconsciente, pero que funciona para que las mujeres estemos siempre en un segundo plano”.

¿Un ejemplo? “Cuando vas a una reunión y la gran idea la ha colocado al principio una mujer. Hasta que no han pasado 25 ó 30 minutos y no la ha retomado un hombre, pareciera que allí no ha hablado nadie”.

Sobre la ley de paridad, una de las últimas normas aprobadas en el Parlamento y liderada por el presidente Pedro Sanchez, Calvo señala que “es un ejemplo de cómo el feminismo socialista contribuye con sus aportaciones a más y mejor democracia” . El debate sobre si dicha normativa va en contra del concepto de la meritocracia, al priorizar el sexo, considera: “Quienes estén en contra que se lean el artículo 9 de la Constitución, que dice que para alcanzar la igualdad que promueve el 14 hay que remover obstáculos. ¿Y cómo lo removemos? ¿Alguien tiene una idea mejor? Si la tiene, que la ponga en la mesa”.