No había terminado el mes de noviembre y Canarias ya había superado el récord de registros de llegadas irregulares de personas migrantes. Desde que en 2006 el Ministerio del Interior comenzó a registrar estos datos, nunca se habían alcanzado unas cifras de tal magnitud en el archipiélago. A esta situación se suma la presión sobre el sistema de acogida, con más de 5.500 menores no acompañados hacinados en los centros insulares.
Las llegadas de personas migrantes irregulares a las islas Canarias han marcado un récord en noviembre, cuando se superó el nivel de todo 2023, hasta ahora el más elevado, según los datos que ofrece el Ministerio del Interior. En total, 41.425 migrantes alcanzaron las costas canarias entre enero y noviembre de este año. En el penúltimo mes del año que acaba de terminar, lo hicieron 7.338 personas, la cifra mensual más alta desde principios de 2024, según las últimas cifras del ministerio publicadas hace unas horas.
Cuando todavía no ha acabado el año se ha superado la cifra de las 39.910 llegadas en todo 2023, lo que era el récord para Canarias, principal puerta de entrada de migrantes a España en la temible ruta canaria. Desde enero, 610 embarcaciones con personas migrantes a bordo han llegado a Canarias, superando las 530 registradas en todo 2023. Estas embarcaciones, generalmente muy precarias y sobrecargadas, evidencian la magnitud de la crisis migratoria en el archipiélago.
De las siete islas, la de El Hierro es la que soporta la mayor presión este 2024, con la llegada de 252 embarcaciones que transportaban a un total de 21.107 personas. De estas, 32 fueron desembarcadas fallecidas. Una de las tragedias más graves ocurrió el 28 de septiembre, cuando una patera volcó durante una operación de rescate llevada a cabo por los servicios de salvamento. En ese incidente, 48 personas siguen desaparecidas, mientras que solo 27 lograron ser rescatadas con vida. Nueve cuerpos fueron recuperados sin vida en el mar, marcando una de las tragedias migratorias más graves ocurridas en aguas de canarias en su historia.
En el conjunto de todo el Estado español, las llegadas se elevan a 56.976 este año, un número que ya superó el total de 2023 (56.852). De todas maneras, la cifra sigue siendo inferior a 2018, cuando se alcanzó el récord de 64.298.
Canarias desbordada
El Gobierno de Canarias admite que la gestión de las llegadas masivas de migrantes ha desbordado por completo sus recursos, especialmente en el caso de los menores no acompañados, cuya tutela recae directamente sobre el Ejecutivo regional. La situación, lejos de estabilizarse, ha puesto al límite la capacidad de los centros de acogida, que se encuentran saturados, sin espacio suficiente ni medios para atender de manera digna y adecuada a quienes dependen de ellos.
Salvamento Marítimo ha trasladado hasta el puerto de Arguineguín, en Gran Canaria, a las 120 personas de origen subsahariano que fueron rescatadas ayer de un cayuco que fue localizado a 520 kilómetros de Canarias.
Las autoridades insulares denuncian que la ausencia de un plan de apoyo efectivo por parte del Gobierno central, unido a la falta de un acuerdo para redistribuir a los menores entre las comunidades autónomas, agrava la crisis de manera alarmante. Mientras los menores se acumulan en instalaciones desbordadas, el gobierno regional insiste en que la respuesta no puede seguir siendo improvisada ni fragmentada. Sin un compromiso estatal firme y sin una mayor implicación de Europa, la situación amenaza con derivar en un colapso absoluto del sistema.
Esta realidad pone de manifiesto una fractura entre lo que Canarias puede asumir y lo que le corresponde afrontar en solitario. Para los responsables del Ejecutivo canario, esta crisis ya no es una emergencia puntual, sino un problema estructural que exige soluciones a largo plazo y, sobre todo, un reparto más equitativo de responsabilidades entre las distintas administraciones. La presión migratoria sobre las islas no es nueva, pero la saturación actual ha destapado, una vez más, la falta de voluntad política para convertir en hechos las palabras de solidaridad y corresponsabilidad que tantos reclaman desde otros territorios.
La posición del PP
El Partido Popular mantiene una postura firme frente a las negociaciones, condicionando cualquier posible acuerdo a que el Gobierno de Pedro Sánchez alcance previamente un entendimiento con la Unión Europea. En el centro de sus exigencias está la necesidad de garantizar más fondos para Canarias, reforzar la presencia de Frontex y establecer un mecanismo comunitario de reparto de menores. Sin estos compromisos claros, Génova descarta avances significativos en las conversaciones previstas para este jueves.
La posición de los populares, no obstante, no es monolítica. Algunos de sus líderes autonómicos, como Juan Jesús Vivas en Ceuta, han manifestado posturas divergentes respecto a Génova. Vivas, que gobierna una de las comunidades más afectadas por esta crisis, ha marcado distancia con el discurso oficial del PP al abogar por soluciones prácticas y colaborativas para aliviar la presión en la ciudad autónoma.
Mientras tanto, la situación en Canarias es insostenible. Las autoridades del archipiélago no solo denuncian la saturación de los recursos de acogida, sino también la falta de apoyo por parte del Ejecutivo central para afrontar una crisis que, lejos de ser puntual, se ha convertido en una realidad permanente. Desde el Gobierno insular, Fernando Clavijo insiste en que la redistribución de los menores es una medida urgente e inevitable, pero reconoce que, sin un respaldo financiero sólido y un compromiso claro de todas las partes, cualquier solución será insuficiente.
En noviembre, el Gobierno anunció una reforma del Reglamento de Extranjería con la que pretende regularizar a decenas de miles de migrantes durante los próximos tres años. El objetivo es doble: adaptarse a las exigencias de las leyes europeas y atajar el problema del envejecimiento demográfico que enfrenta España. La medida, aprobada por el Consejo de ministros, busca abrir más vías para la migración legal y agilizar trámites esenciales, como la reagrupación familiar y la regulación del empleo temporal para personas migrantes, respondiendo así a las demandas de sectores estratégicos de la economía que dependen de mano de obra foránea.
Rutas migratorias en África
Según datos recopilados por diversas organizaciones no gubernamentales, más de 11.000 personas han perdido la vida o desaparecido desde 2018 en la ruta atlántica hacia Canarias, considerada una de las más peligrosas del mundo. Las fuertes corrientes del océano, unidas a la precariedad de las embarcaciones utilizadas, que suelen estar mal equipadas y no preparadas para soportar largas travesías en alta mar, convierten este trayecto en una trampa mortal para miles de migrantes que buscan llegar a Europa. Estas cifras, estremecedoras, son un reflejo de la falta de vías seguras y legales para la migración.
Clavijo se mueve
La semana pasada, el Gobierno de Canarias presentó un estudio científico que propone una fórmula para la distribución solidaria de los menores migrantes no acompañados. Este anuncio tuvo lugar en el marco del II Seminario de Migraciones organizado por la Presidencia del Gobierno canario en colaboración con Casa África.
Durante la segunda jornada del evento, Gemma Pinyol-Jiménez, directora de políticas migratorias en Instrategies, un laboratorio de ideas especializado en asuntos europeos, movilidad, migraciones y gestión de la diversidad, presentó los detalles del proyecto en el que ha trabajado como investigadora.
El estudio se inspira en varios modelos internacionales y nacionales: los mecanismos implementados por la Unión Europea en 2015 para gestionar la crisis migratoria en Italia y Grecia, así como los sistemas aplicados en Alemania y el País Vasco, además de los debates generados en la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia en España.
El objetivo principal de esta investigación es diseñar una fórmula que permita distribuir a los menores migrantes utilizando indicadores concretos, como el PIB per cápita, la densidad de población o los esfuerzos previos de acogida realizados por las comunidades autónomas. Pinyol-Jiménez subrayó que en el caso de Canarias no se trata de una crisis puntual, sino de una “realidad permanente”. Por ello, insistió en la necesidad de articular “respuestas estructurales” que permitan gestionar esta situación de manera eficiente y sostenible.
Nuevos rescates en El Hierro
La mañana del martes Salvamento Marítimo rescató una embarcación que navegaba a la deriva a unas 6 millas al sur del puerto de La Restinga, en la Isla de El Hierro. Una vez recogidas las 121 personas que se encontraban en el cayuco, la Salvamar Adhara los desembarcó en el muelle del puerto herreño. Entre el grupo de personas se encontraban 9 mujeres, un bebé lactante y algún menor. El cayuco partió hace cuatro días desde la capital de Mauritania, Nuakchot.
A bordo iban personas de diez nacionalidades diferentes: de Mauritania, Senegal, Gambia, Malí, Guinea-Conakry, Costa de Marfil, Burkina Faso, Camerún, Comoras y Pakistán.
Las pateras son uno de los medios más usados por los inmigrantes para desplazarse.
Las cifras de llegadas están generando desconcierto incluso entre las propias organizaciones no gubernamentales encargadas de asistir a las personas migrantes que llegan a las costas. En los últimos días, se han vivido escenas desgarradoras en el puerto de La Restinga, en El Hierro, la isla que soporta la mayor presión migratoria de Canarias. Niñas pequeñas semidesnudas, exhaustas y en condiciones precarias, desembarcan de las lanchas de rescate, dejando una estampa que evidencia la dureza de esta crisis humanitaria.
Al total del territorio español han llegado hasta final de noviembre 56.976 personas en este 2024, 6.425 más que el año pasado, la mayoría de ellas (54.541) por vía marítima. Además de a Canarias, ha aumentado significativamente el volumen de llegadas por mar a la península y las Islas Baleares, a donde han accedido 2.342 personas en noviembre después de una primera mitad de año en el que las llegadas mensuales no llegaban a mil y unos meses, entre julio y octubre, con cifras entre 1.305 y 1.768. Sin embargo, comparado con el año pasado, estas llegadas por mar a la península y Baleares han descendido, ya que hasta el 30 de noviembre el año pasado se habían registrado 13.726 llegadas, 659 más que ahora. Lo que también ha bajado de un año para otro son las llegadas por mar a Ceuta (de 60 a 28) y a Melilla (de 180 a 21).
No así las entradas por vía terrestre (incluye los accesos a nado) a Ceuta, que han subido de 1.020 en 2023 a 2.344 este año, un aumento de casi el 130 %. Hasta Melilla, en cambio, han llegado 64 migrantes menos por esta vía, de 155 que había registrados el año pasado, a un mes de acabar 2023, a los 91 actuales.