El currículum de Dolores Delgado es largo. No en vano sacó la plaza como fiscal hace más de 30 años. Pero la mayoría de los españoles la conocimos cuando fue nombrada Ministra de Justicia por Pedro Sánchez en 2018, justo después de la moción de censura a Mariano Rajoy. Fue un Gobierno de corta duración, poco más de un año. Tiempo suficiente, sin embargo, para que Delgado fuera el centro de atención de todos los focos. La publicación de audios que demostraban que se había reunido con el comisario Villarejo en varias ocasiones hicieron que se pidiera su dimisión.
La entonces ministra reconoció al menos tres encuentros, pero la dimisión nunca llegó. Es más, Dolores Delgado saltó directamente del Ministerio de Justicia a la Fiscalía General del Estado. Fue tan rápida su transición de un puesto a otro, como las críticas de quienes cuestionaban su imparcialidad a la hora de ejercer sus funciones tras haber sido Ministra y Diputada de un Gobierno socialista.
Pese a sus detractores, Delgado fue la tercera mujer (de cuatro en total) en ocupar el puesto de Fiscal General del Estado en España. Permaneció en el cargo casi dos años y medio hasta que se vio obligada a dimitir por un problema de salud que hizo que tuviera que ser operada de urgencia de la columna.
Pero antes de irse, de nuevo se vio envuelta en varias polémicas. Aunque quizá la más sonada fue la salida del fiscal Ignacio Stampa del “caso Villarejo”, no fue la única. Dolores Delgado también fue acusada de realizar nombramientos afines, algunos de los cuales, como el de Eduardo Esteban como fiscal de la sala de menores, han sido anulados hasta en dos ocasiones por el Tribunal Supremo.
Al frente de la Fiscalía General del Estado, Delgado destacó también por abrir diligencias de investigación en relación al Rey Emérito, Juan Carlos I. Finalmente se archivaron pero sin duda fueron un momento destacado de su gestión al frente de la FGE. La enfermedad trajo consigo la dimisión del cargo pero, tras su baja, a Dolores Delgado le tocaba retomar su carrera. O, al menos, intentarlo.
A la tercera va la vencida… o no
Se podría decir que Dolores Delgado es como el agua: siempre encuentra un camino. Y el camino en este punto pasaba por retomar su carrera. Pero claro, ya había sido ministra de Justicia y fiscal general del Estado cuando fue ascendida a la máxima categoría de la carrera fiscal. Ese es el motivo por el que su nombramiento como fiscal De la Sala Militar Supremo fue anulado por orden del Tribunal Supremo, que entendió que las razones para que ella ocupara el puesto no eran las que deberían. “La finalidad buscada por el Fiscal General del Estado fue asegurar a Dolores Delgado García su promoción a la máxima categoría de la Carrera Fiscal”, se dijo entonces. El recurso había sido interpuesto por otro aspirante al mismo puesto, Luis Rueda y por la Asociación de Fiscales.
Posteriormente, Delgado fue nombrada fiscal de Sala de la Memoria Democrática y de nuevo el Supremo tumbó este nombramiento. La razón alegada en esta ocasión fue el trabajo de su marido, el exjuez Baltasar Garzón, al frente de una fundación en defensa de los derechos humanos. Se pidió entonces la opinión del Consejo Fiscal, que finalmente ha hablado, aprobando su compatibilidad con más abstenciones que votos a favor: siete frente a cinco.
Ahora, el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz propondrá la ratificación de su cargo como fiscal de Sala de la Memoria Democrática.
Es, de momento, el último capítulo de una carrera digna de ser guionizada.