Es el clásico debate interno dentro de las filas populares. Las dos almas del partido. Unos siguen tendiendo esperanza, lo intentan, pretenden avanzar hacia acuerdos de Estado con el Gobierno mientras otros desconfían de Pedro Sánchez, más que del mismísimo diablo. Esas dos almas han vuelto a aflorar, y a discrepar, a raíz de la negociación iniciada con el Ejecutivo central para paliar los efectos de los aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump.
La realidad es que hacía mucho tiempo que no veíamos un acercamiento así entre los dos grandes partidos. También ayuda el perfil técnico de los dos negociadores encumbrados por las partes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el responsable económico del PP, Juan Bravo. Ambos tienen una energía similar y un tono que hace que muchos se reconcilien con la clase política.
Cuerpo y Bravo han estado en contacto durante toda la semana, intercambiando documentación, con llamadas a altas horas de la noche y con una aparente buena predisposición para el acuerdo. El decreto antiaranceles que llevó el Ejecutivo al Consejo de Ministros es “insuficiente” para los populares, pero están abiertos a seguir hablando de cara a un paquete de ayudas más extenso. En Génova piden un plan de contingencia y rebajas fiscales.
Lo que tienen claro es que no pueden dar “un cheque en blanco” al Gobierno. Así lo explicaba el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo: “La mejor actitud es trabajar juntos. Vamos a contribuir a superar esta situación porque somos una alternativa útil. En ningún sector y tampoco en política hay cheques en blanco. Espero que el Gobierno escuche y entienda que el trabajo que hay por delante es ingente”. Esto es, desde Génova creen que el plan inicial del Gobierno es un “parche” que tiene “carencias de fondo y de forma”, y de ahí que pidan que se acepten sus propuestas.
En este punto, a pesar del ruido, el teléfono sigue abierto y la mano tendida. Al menos de momento. Para la votación del decreto en el Congreso quedan más de tres semanas y eso, en política, es un mundo. Desde Génova creen que el Gobierno hasta podría retirar del decreto si existe “voluntad” real de entendimiento.
Debate interno
Precisamente, el sentido de esa votación es ya motivo de debate interno dentro del PP. Presidentes autonómicos de la formación creen que sería “inexplicable” votar en contra y abogan por una abstención para diferenciarse de los de Abascal: “VOX votará en contra y debemos mostrar que no somos lo mismo”, reflexiona un líder territorial. “No podríamos explicar un voto negativo”, sentencia otro barón. Esta parte del PP respalda no ser ellos los que se levanten de la mesa y que sea el Ejecutivo el que provoque la ruptura de las negociaciones, si es que tal extremo se produce.
Al otro lado, existe el sector duro del PP que defiende “no dar ni agua a Sánchez”. “Cuerpo es la cara amable del Sanchismo, pero nos la van a liar”, teme un diputado popular. Más allá de la desconfianza, hay quienes creen que -ahora que Sánchez está más débil que nunca porque no tiene apoyos- no pueden ser ellos los que le den “oxígeno”. “Si Sánchez mete cesiones y nos las comemos, VOX nos va machacar”, vaticina un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
VOX acusa a Feijóo de “blanquear” a Sánchez
Desde la formación de Santiago Abascal ya han empezado a atacar a Feijóo por esta negociación con el Gobierno: “El PP ha de tener presente que la prioridad absoluta para que España no se descomponga y se arruine es un cambio de mayoría y un Gobierno competente y patriota. Por eso a Sánchez no hay que darle ni agua, no negociar nada, no facilitarle nada, no blanquearlo para nada”, reflexionan desde la sede de la calle Bambú.
También Feijóo ha lanzando dados contra VOX: “Limitarnos a señalar culpables no resuelve nada. El giro de la administración estadounidense es un error, una mala noticia, un ataque a la nación. Mientras algunos discuten sobre quién es más amigo o más enemigo del presidente Trump, miles de españoles esperan soluciones. Dejémonos de golpes en el pecho o de deditos levantados para la refriega política”, criticaba.
Desde Génova 13 creen que pueden rascar voto de la formación de Abascal por la “incoherencia” de su mensaje sobre los aranceles y su “defensa” de las políticas de Trump. Es un error creer eso, defienden voces del partido. Si hay votos que se terminan marchando de VOX, podrían ir a la abstención. Esto haría complicada la suma del bloque de la derecha y, por tanto, la llegada de Feijóo a la Moncloa. No hay elecciones a la vista, pero en VOX creen que, actualmente, no sumarían.
“El viaje a China no ha gustado en la UE”
Otro de los temas de confrontación de esta semana ha sido el viaje a China del presidente del Gobierno. Allí, Pedro Sánchez ha trasladado al presidente chino, Xi Jinping, que “España ve a China como socio de la Unión Europea“. Lo que el Ejecutivo considera una reunión exitosa con el país asiático, en el Partido Popular lo ven como un encuentro “unilateral” y una “grave irresponsabilidad” en plena guerra comercial.
Así lo aseveraba el portavoz del partido, Borja Sémper, que opina que esa visita “daña la posición internacional de España” y “la estrategia internacional de la Unión Europea”. El viaje de Sánchez “no ha gustado en la UE”, remarcaban en Génova . “Se trata de que Europa unida vaya marcando el camino (…) No se trata de hablar de otras cuestiones ni de que nadie vaya solo y libre por su cuenta”, criticaba por su parte la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.
En las últimas horas, Feijóo ha incidido en la idea de que Sánchez tendría que haber pospuesto el viaje. En la dirección nacional creen que lo ha utilizado como “cortina de humo” para no hablar de los casos de corrupción que afectan a su entorno. El líder del PP ha pedido explicaciones a Sánchez a raíz del informe de la UCO que vincula a su mujer, Begoña Gómez, con el rescate de Air Europa. Interpretan que hay indicios más que racionales de que Moncloa no actuó limpiamente durante el rescate de la aerolínea y quieren que el presidente comparezca para explicarlo. Lo que los populares siguen sin tener claro es cuándo llevar a Sánchez a la Comisión de Investigación en el Senado. Dicen que todo llegará, pero aún no hay fecha encima de la mesa.