El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar en su reunión de hoy la destitución de Isabel García, directora del Instituto de las Mujeres, según adelantó El País. La decisión se produce tras conocerse que Elig Consultoría -la empresa que fundó y que lidera su pareja- se haya adjudicado contratos públicos de los ayuntamientos financiadas por el Ministerio de Igualdad a través del Pacto para la Violencia de Género. Elig Consultoría comenzó su actividad el 1 de marzo de 2022 y hasta la fecha se ha adjudicado más de medio centenar de contratos con administraciones locales por un importe de 135.506,177 euros, a los que hay que sumar un contrato con la Comunidad Valenciana por 11.776 euros en junio de 2023.
Minutos después de conocerse que el Consejo de Ministros aprobaría su destitución, la afectada ha hecho público un comunicado a través de la red X en el que reafirmaba su inocencia y lamentaba que su despido viniese provocado por “pseudo informaciones periodísticas que han presentan torticeramente hechos lícitos y hacen pasar por el estricto cumplimiento de la ley por utilización tramposa para encubrir un lucro ilícito o simplemente inmoral”. “No he dimitido porque tengo la conciencia muy tranquila de no haber utilizado mi cargo para enriquecerme ni para favorecer a mi esposa”, ha dicho.
En los pasillos del Congreso, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha defendido la actuación del Gobierno sin señalar errores por parte de la destituida. “Se han hecho las cosas como deben hacerse. Se ha dado tiempo para que se explicara. Era importante escucharla a ella. Y la decisión se ha tomado y se publica cuando tiene que publicarse, que es en el Consejo de Ministros, y además se ha hecho dando una alternativa a la dirección del Instituto de las Mujeres. Sinceramente, creo que se ha actuado de forma impecable. Yo no voy a hacer leña del árbol caído. Me parece que ha sido una trabajadora estupenda, una buena colaboradora en estos meses que hemos tenido la oportunidad de trabajar juntas. Yo le agradezco su esfuerzo y su sinceridad a la hora de exponer su situación. Ha sido de acuerdo con ella el dejar esa responsabilidad y le deseo una estupenda salida y que defienda su honorabilidad, como sé que va a hacer. Ella tendrá que explicarse, dar su versión. Nosotros hemos tomado las decisiones pensando en el buen funcionamiento del Instituto de las Mujeres y en que no haya sombra de dudas de que las políticas de Igualdad son una auténtica prioridad para este Ministerio”.
Denuncia una cacería por la ley Trans
García, en cambio, no ha concedido en ningún momento que su destitución fuera de común acuerdo. Considera que ha sufrido una “cacería” por hechos que no tienen nada que ver con esos “presuntos escándalos”, sino que obedece a “no compartir la visión íntegra de la ley Trans”. Asegura que esa “caza menor” ha venido “larvándose desde su nombramiento y ha sido espoleado por sectores que pretenden deslegitimar las políticas de Igualdad desde ámbito público y privado. Curiosamente, no ocurre lo mismo en otras áreas en circunstancias similares”, se lamenta.
Por eso, advierte que “hará valer hasta dónde me permita la ley todos mis derechos y acciones para dejar claro que mi conducta y la de mi esposa se ha ajustado siempre a derecho“. Insiste en que nunca ha utilizado su cargo para enriquecerse “ni mucho ni poco” y que la empresa inmersas en la polémica de los contratos se dedicaba a estas labores desde hace tiempo.
Considera “injustísimo” el daño que debe asumir en su actividad profesional quien no ha hecho nada ilícito por la sola circunstancia de que su cónyuge sea alto cargo y vivamos en un país en el que algunos confunden el derecho y la libertad de información con el superficial ejercicio de la ligereza dotada de altavoz público cuando no de instrumento hábil para destruir al adversario político o enemigo o adversario de mi amigo, caiga quien caiga”.
La ya exdirectora del Instituto de las Mujeres asegura acoger su destitución con el mismo agradecimiento con el que acogió su nombramiento, “es un cargo de confianza que ha estado siempre a disposición de quien me nombró” y agradece la confianza depositada en ella por desde que se la nombro “hasta el día de hoy”.
El cisma en el movimiento feminista
Además, García utiliza el comunicado para dar las gracias” al movimiento feminista”, a pesar del cisma que produjo su nombramiento en el movimiento, y a todas las personas que dentro y fuera del Instituto de las Mujeres ha colaborado con ella en esta “tarea siempre apasionante de hacer que la igualdad y la libertad de las mujeres sean reales y efectivas”.
Finaliza el comunicado asegurando que “seguirá luchando allá donde éste por un país donde el cumplimiento de la ley democráticamente aprobada sea observada por todos y todas:: por quienes están individualmente concernidos por ella y por todos los demás, que ante el cumplimiento constatado de la ley, no hagan prevalecer sus opiniones particulares o simples ocurrencias cuando no sus insidias o gratuitas descalificaciones”.
Isabel García ha tenido que ser destituida, a pesar de las informaciones que, hace justo una semana, se conocieron cuando el diario El Español publicó que la empresa que García compartía con su esposa, de la que se desprendió vendiéndole a su mujer su participación había recibido contratos para realizar actividades sobre Igualdad y de concienciación contra las violencias machistas como los Puntos Violeta en determinados ayuntamientos del Partido Socialista.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, explicó cuando saltó la noticia, que “iba a escuchar” las explicaciones de su directora del Instituto de las Mujeres y que esta le había transmitido que todos esos contratos se ajustaban a derecho y no había nada ilegal. Hoy el Consejo de Ministros ha materializado su destitución.