La inversión de España en materia de Defensa se está convirtiendo en un difícil encaje de piezas para Pedro Sánchez. Sin presupuestos aprobados, esta semana tiene dos frentes determinantes por abordar: la reunión este martes del presidente del Francia, Emmanuele Macron, con los Jefes de los Ejércitos europeos para tratar el envío de tropas a Ucrania como fuerza disuasoria frente a Rusia, y el encuentro con el líder del partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y sus socios de Gobierno, para tratar la subida del gasto en Defensa que se exige desde la UE y la OTAN.
La presidenta de la Comisión Europa, Ursula Von der Leyen, ha advertido a los miembros europeos que el 2% del PIB mínimo exigido ya no será suficiente, y apremia a elevar la cifra al 3%.
Con un Ejército compuesto por unos 120.000 efectivos, Sánchez, si bien sí ha solicitado un esfuerzo para incrementar el gasto en Defensa, se mantiene en una postura prudencial respecto al envío de tropas. “A la reunión con Macron iremos a escuchar y a analizar lo que se pone sobre la mesa”, informan desde el ministerio que dirige Margarita Robles, y aseguran que no se tomará una decisión inmediata tras el encuentro, al que asistirá el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, JEMAD, Teodoro Esteban López Calderón. “Hay que prepararse por si Estados Unidos deja de estar de nuestro lado”, aseveró Macron durante el anuncio de la convocatoria. “Europa está en una nueva era”, aseguró, y lanzó un mensaje de advertencia al aclarar que la cita internacional estará organizada para los países “que quieran responsabilizarse”.

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Pese a que la exigencia europea está en lo más alto respecto a un plan de rearme, el Gobierno no mueve ficha, lo que se evidencia de sus recientes declaraciones: “España tiene muy claro que hay que seguir apoyando a Ucrania, que tenemos que estar unidos en el ámbito de la UE”. No obstante, dentro de este apoyo, no está zanjada la decisión de una participación de las Fuerzas Armadas españolas en misión militar en Ucrania. “Esa reunión no implica en absoluto todavía cuál va a ser la posición de España desde el punto de vista del posible envío de tropas. En ningún caso”. El EMAD trabaja en un plan de actuación, pero fuentes del ministerio arropan las palabras de la ministra: “Es una decisión muy compleja y muy larga”.
En España no hay una conciencia social de servicio militar. Dependemos de los efectivos y de los reservistas. Este año, se ofertaron 350 plazas -número que ha ido aumentando con los años, en 2010 apenas se ofertaban 100- y se han llenado, pero en general no hay cultura de Defensa porque, señalan los expertos, “no ha habido sensación de peligro”. Además, no tenemos una ley de movilización que sí existe en otros países. A esta situación se añade la precariedad en los sueldos de los militares, ya que un soldado apenas cubre el salario mínimo interprofesional. En un efecto reclamo, el presidente Sánchez ha aprobado un decreto para invertir 400 millones de euros en subidas salariales. Una medida que evitó pasar por el Congreso para no escenificar el veto de sus socios, que es la otra partida que debe ganar el presidente: convencerles este jueves de que le apoyen para aumentar el gasto.
Sin embargo, un alto cargo militar que trabajó para el anterior gobierno informó a este periódico de que el Ejecutivo actual no tiene diseñada una ley de Seguridad Nacional, sin la que difícilmente se puede seguir una estrategia planificada. Un plan de acción que urge más que nunca con los peligros que crecen desde el sur: la zona del Sahel o las tambaleantes relaciones con Marruecos, entre otros.

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Por el momento, España mantiene la inversión en armamento y capacidades con partidas determinadas que saca del fondo de contingencia y créditos extraordinarios con los presupuestos prorrogados. Además, España opera en el flanco este como fuerza disuasoria ante la amenaza rusa en los países Bálticos y en Eslovaquia, donde por primera vez España lidera una brigada multinacional.
Las negociaciones del Ejecutivo con Junts cediendo en competencias tan determinantes como la inmigración, o las coyunturas permanentes con Podemos, entre otros asuntos, hace que España se presente como un país sin una estructura interna de funcionamiento que permita tomar decisiones de Estado en un momento de urgencia, para empezar, con la propia vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz (Sumar), con quien se reunirá este martes para abordar el tema la inversión antes de con el resto de partidos. El malestar del partido de la oposición por la falta de comunicación con el Jefe del Ejecutivo ha sido trasladado por el PP a la presidenta de la Comisión Europa, Ursula Van der Leyen. “Sánchez presentará una cara con sus socios de Gobierno y después pretenderá firmar un fondo en Defensa con nosotros”, afirman.