José Luis Ábalos entró al Alto Tribunal tranquilo y sonriente. Incluso con cierta ironía agradeció a la prensa el recibimiento. Tenía ganas de declarar y superar “los meses de indefensión” que asegura ha atravesado. De ahí que estuviera ante el juez Leopoldo Puente durante tres horas y media contestando las preguntas. Solo se negó a contestar las preguntas de la acusación popular representada por el abogado del PP. Salió satisfecho asegurando que “no se había dejado nada en el tintero” y dando las gracias al juez por aceptar su declaración pese a que buscó posponerla arguyendo que no había tenido tiempo suficiente para estudiar todo el caso.
“No hubo comisiones como siempre he dicho”, aseveró ante los medios al terminar. Un mantra que mantuvo durante toda la declaración en la que negó todo indicio que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil pudiera haber sembrado sobre su persona. En el informe, la UCO lo situó con “un papel relevante y de responsabilidad dentro de la trama”. Pero Ábalos refuta esta tesis y así lo defendió punto por punto ante el magistrado.
Fuentes jurídicas consultadas por Artículo14 aseguran que el juez intentó “apretar las tuercas con el chalé de Cádiz”. El informe de la UCO apunta a que la trama favoreció a Ábalos con beneficios para él y su entorno como la compra de un chalé en La Línea de la Concepción de Cádiz que Ábalos habría escogido junto con Koldo pero que cuya compra habría gestionado la trama.
La Guardia Civil sin embargo concluye que Ábalos disfruto de ese chalé y que de las conversaciones interceptadas queda probada “la capacidad del ex ministro sobre la vivienda”. Pero Ábalos sostiene que era él quien pagaba el alquiler de la Alcaidesa y reconoce que fue Koldo quien se lo buscó. Unas incongruencias sobre las que juez incidió con su interrogatorio.
Asimismo, le preguntó por un piso en el centro de Madrid. Su alquiler corría a cuenta de Aldama pero la inquilina era Jessica una chica que habría mantenido una relación sentimental con Ábalos. El conseguidor de la trama habría abonado más de 88.000 € en ese alquiler, según el informe de la UCO. Pero la versión de Ábalos vuelve a contradecir a la Guardia Civil. Echa balones fuera y vuelve a apuntar a Koldo Garcia como la persona que se encargó de ese alquiler.
Rifirrafe con el fiscal
Fuentes jurídicas a las que ha tenido acceso Artículo 14 cuentan que Ábalos presenció un pequeño rifirrafe con el fiscal del caso, Alejandro Luzón. El ex ministro denunció ante el juez que se la UCO le empezó a investigar antes de que la Audiencia Nacional enviara un suplicatorio al Congreso de los Diputados. Cabe recordar que Ábalos goza de aforamiento por ser diputado y esa condición limita a la justicia a investigarlo si no es por orden del Tribunal Supremo.
El fiscal negó que fuera así y el ex ministro mostró unas fotos que la UCO habría hecho a una carta que portaba Joseba, el hermano de Ábalos. Según las fuentes, Ábalos explicó que la Guardia Civil paró a Joseba por la calle y le obligó a enseñar esa carta, como evidencia de que lo investigaban desde antes de que el juez del Supremo lo imputara.
Según las fuentes Ábalos no incriminó a ningún miembro del Gobierno. El juez le formuló alguna pregunta genérica sobre el rescate de Air Europa. El Gobierno de Pedro Sánchez insufló a la compañía aérea 475 millones de euros públicos para evitar su quiebra tras el patrón de la pandemia.
El informe de la UCO recoge que los tejemanejes de la trama también pusieron el foco en este rescate: “Las conversaciones halladas en los dispositivos electrónicos intervenidos, permiten apreciar de manera indiciaria cómo Aldama se valió de su relación con Koldo y Ábalos, para influir en la concesión final del rescate a Air Europa”, asevera la Guardia Civil. Ábalos admitió haber recibido “presiones” pero dijo que en ningún momento las trasladó al Consejo de Ministros y el juez no incidió demasiado en el tema. También pasó de soslayo el tema de la visita de Delcy, la vicepresidenta de Nicolás Maduro a España.