¿Puede un socialista mantener su carnet si se demuestra que ha pagado a otra persona por un acto sexual? ¿Supone OnlyFans una “forma moderna de prostitución” o de “mercantilización del cuerpo de las mujeres? En materia de Igualdad, son algunas de las preguntas a las que el PSOE tiene que dar una respuesta oficial este sábado, en su 41 Congreso Federal, en Sevilla. Será cuando se debatan y voten las 6.000 enmiendas presentadas a su ponencia marco por parte de agrupaciones y federaciones socialistas de todo el territorio.
“No se puede ser socialista sin ser feminista”; “Contra la mercantilización de los cuerpos de las mujeres”, arengaban distintas feministas del partido en un vídeo proyectado en el último tramo de la primera jornada del cónclave , antes de la ceremonia de entrega de los premios Rosa Manzano.
La plataforma digital que ofrece contenidos sexuales previa suscripción está entre los contenidos a abordar, y su consideración o no como una “forma moderna de prostitución y mercantilización del cuerpo de las mujeres” estará presente en los debates. La enmienda 43.730, presentada por Juventudes socialistas, precisamente aspira a abrir este melón. Y apuesta por perseguir esta nueva forma de “explotación”, como también plantea impulsar “leyes de protección” hacia las mujeres que son víctimas de esta “explotación”.
“La prostitución 2.0 está aquí”, explica a Artículo14 una de las feministas que apoya esta enmienda. Entiende que educar en igualdad es totalmente incompatible con permitir que los más pequeños se vean bombardeados por estos contenidos, que perpetúan las dinámicas de explotación.
“Existen formas modernas de prostitución y mercantilización del cuerpo de las mujeres a través de plataformas digitales como, por ejemplo, OnlyFans, que sobre todo afecta a mujeres jóvenes. Por ello, perseguiremos este tipo de explotación e impulsaremos leyes de protección hacia ellas, mujeres que consideramos víctimas”, reza la enmienda.
Como todas las modificaciones planteadas al documento marco elaborado por la dirección socialista con el apoyo de expertos, el texto debe votarse en comisión, fuera de cámara. Si logra un 30% o más de los apoyos de los delegados, pasará ‘vivo’ al plenario, y ahí volverá a someterse a votación.
Existe otra enmienda que cita al portal de contenido explícito, presentada con idéntica redacción por representantes del partido en Ceuta, Cantabria, Navarra y Mallorca. No reclama esta persecución, pero sí considera que fenómenos como OnlyFans, “los suggar daddys, la prostitución y la pornografía forman parte del entramado capitalista patriarcal que está modificando el sentido común de la población”.
El texto denuncia que la “porno socialización”, “la pornografía como dispositivo de socialización, produce y reproduce un mensaje diferenciado para mujeres y hombres”, fomentando “una cultura sexual arraigada en la violencia, en la jerarquía de poder, en la dominación masculina y la cosificación de las mujeres”. Bajo este discurso subyace un “discurso de clase”, que transmite a las “chicas más vulnerables y las mujeres más pobres que la monetización del propio cuerpo es un recurso más que tienen a su disposición”.
El debate que plantean abrir se centra fundamentalmente en esa “mercantilización de los cuerpos de las mujeres”, que hoy adquieren “nuevas formas que no son socialmente asumidas como prostitución y la blanquean, pero que suponen una cosificación de las mujeres”, como “el sugardaddismo y la violencia reproductiva a través de los mal llamados vientres de alquiler”. El “blanqueamiento del machismo” por parte de la “derecha y la ultraderecha” también están presentes en buena parte de las modificaciones propuestas.
La preocupación por el acceso de los menores al porno
Después de años de división en el movimiento feminista ante cuestiones como la ley trans y la autodeterminación de género -que también aparecen mencionadas en las enmiendas-, existe una corriente en el PSOE que apuesta por centrar el diagnóstico sobre estas formas de “explotación”. La renovación del pacto de Estado contra la violencia machista en la que trabaja la subcomisión correspondiente en el Congreso de los Diputados también aspira a perfilar y acotar otros tipos de violencia o explotación a los que se ven sometidas las mujeres, más allá de otras ya asumidas como la trata o la violencia a manos de sus parejas o exparejas (violencia digital y violencia económica son dos de sus ejes de trabajo).
El debate sobre la pornografía que alberga estos días el PSOE todavía no ha cristalizado en medidas legales concretas, pero también tiene reflejo en la actividad de los grupos parlamentarios en el Congreso. Preocupa, especialmente, el acceso de menores, y de hecho el Gobierno creó un grupo interministerial para estudiar esta materia, con el fin de activar un sistema de verificación de la edad de los consumidores de pornografía, dificultando el acceso a los menores, para finales de 2024. Sí hay cierto consenso sobre que la pornografía supone una forma de explotación y mercantilización de los cuerpos de las mujeres, pero está por ver en qué se traduce tras el 41 Congreso Federal.
Es una de las cuestiones que más preocupan al feminismo socialista de base, y los números lo demuestran. Una búsqueda rápida entre las más de 6.000 enmiendas refleja que la palabra “porno” aparece citada en 96 ocasiones, sólo 11 menos que el término “prostitución”, que nunca ha dejado de estar en el centro del debate.
En cualquier caso, el borrador de la ponencia apenas recoge una mención a la pornografía, y se centra en el acceso de los menores a estos contenidos. Tampoco alude a a los vientres de alquiler, una práctica a la que está prohibido recurrir dentro de las fronteras españolas que para el feminismo socialista suponen otra forma de explotación y mercantilización del cuerpo de las mujeres.
Eliminar las menciones a las personas ‘queer’
El debate sobre la ley trans aprobada en la anterior legislatura se saldó con la victoria de los postulados de Irene Montero (Podemos), entonces ministra de Igualdad. El PSOE acabó asumiendo sus posiciones en lo que se refiere a la autodeterminación de género, pero una parte del partido lo hizo a regañadientes.
Es la misma que hoy discute el término del término “género”, y que plantea eliminar las referencias ya incluidas en la ponencia marco a las siglas LGTBIQ+ o LGTBIQ. “Q” hace referencia a las personas “queer”, que no necesariamente se sienten identificadas con las clasificaciones “hombre/mujer”, “heterosexual/homosexual”.
Cádiz, Asturias, Cáceres, Mallorca, Madrid, A Coruña o Jaén ya han registrado enmiendas contra esta representación de las personas ‘queer’. Otras sostienen que su voluntad de retirar esta sigla obedece a su supuesto significado “misógino, ultraliberal y antifeminista”. Más allá de la inclusión o no de una sigla concreta, en el partido son conscientes de que están ante debates con aristas afiladas, que algunos de estos debates no se han saldado, siguen vivos. E intentarán cortarse lo menos posible.