Con 27 años María Montalvo rompió con su vida y se preparó las pruebas para entrar en las Fuerzas Armadas. Tenía un trabajo fijo y reconoce que en su entorno no tenía vínculos con el Ejército. Pero asegura que siempre tuvo “la espinita”. Le llamaba la atención la forma de trabajo y de vida en los cuarteles. Cuenta entre risas que lo difícil fue contarlo en casa porque la noticia cayó con sorpresa: “Mi madre bien, bien no se lo tomó. Mi padre creyó en mí y me motivó mucho desde el principio”.
Cuando cumplió un año como soldado decidió prepararse las pruebas para promocionar a Suboficial. En esos tres años de formación, María llevaba una rutina titánica. Estuvo en la escuela de León y allí todas las mañanas hacía ejercicio, después estudiaba todo el día y entrenaba al final de la tarde cinco días a la semana: “Para mi ver que hago 50 flexiones como hacen el resto de compañeros es una satisfacción”, cuenta a Artículo14.
Ahora es Sargento especializada en aviones y trabaja en la base de Torrejón: “Me encargo del armamento de los aviones. Los pilotos hacen mucho training y todos los aviones tienen que ir revisados”. En su unidad son solo 3 mujeres frente a 22 hombres, pero María asegura que para ellos siempre ha sido “una más”.
Reconoce que hay diferencias, pero siempre acaban compensándose: “Soy baja y hay sitios del avión a los que no llego, pero luego compañeros muy altos se apañan mal para meterse en los recovecos. O por ejemplo cuando en las maniobras llevamos mochilas de 30 kilos a mí me cuesta más y me ayudan, pero luego yo también como menos y comparto”, relata con mucha naturalidad María.
Dice que se echan de menos más mujeres en la tropa y recomienda a las mujeres que se lo estén planteando que “no se pongan límites” porque la satisfacción que van a sentir cuando lo consigan “va a ser inmensa”. Incluso ella se plantea seguir ascendiendo dentro del Ejército y prepararse las oposiciones de oficial.
Lo cierto es que, según datos del Ministerio de Defensa, las mujeres solo suponen un 13,1% de los efectivos de las Fuerzas Armadas. En el Centro de Alto rendimiento para Opositores, preparan a las nuevas generaciones de efectivos y confían que de las cuatro mil nuevas plazas que anunció este mismo mes el Ministerio de Defensa salgan muchas más mujeres. “Esperamos avalancha de mujeres en esta nueva convocatoria”, dice entusiasmada Irene Torres, Product Owner de la escuela.
Cuenta que en la preparación las mujeres demuestran más independencia: “Son mucho más avispadas a la hora de coger los conceptos y más echadas para adelante”. Y apunta al punto de inflexión que se está dando: “Teníamos una idea de las Fuerzas Armadas muy obsoleta: de guerra. Pero cada vez empiezan a conocerse más las opciones que tiene como la cooperación o la ayuda humanitaria”. Algo, afirma Torres, que atrae cada vez a más mujeres.
Por último, asegura que el efecto Leonor existe. “El tema de que la Princesa esté en el Ejército está haciendo ver que las mujeres también pueden y muchas vienen a preguntar interesadas”. Otro factor que atrae también es el contexto geopolítico internacional: “Que haya mucha presencia en las noticias de conflictos como el de Ucrania o Gaza hace que más gente se interese y quiera cooperar en países en conflicto”, remata Torres.