Dos ministros han cruzado la pasarela en 15 días. Dos semanas después de Óscar López, la ministra Pilar Alegría se ha servido del trampolín de La Moncloa para saltar a Aragón, su tierra natal, donde aspira a hacerse con las riendas del partido. Pedro Sánchez cerró el 41 Congreso Federal del PSOE, el 1 de diciembre, prometiendo que su prioridad sería recuperar poder territorial en las próximas elecciones autonómicas y municipales, y varios integrantes de su Gabinete suenan como potenciales barones y candidatos, siempre alargando el uso de Moncloa como escaparate.
La ministra portavoz y titular de Educación y Formación Profesional presenta este sábado su candidatura, escasos días después de que el líder saliente, Javier Lambán, tildase de “anomalía” que los integrantes del Consejo de Ministros sean quienes comanden la oposición socialista al PP, que gobierna en 11 comunidades autónomas.
Junto con el castellanomanchego Emiliano García Page, Lambán encabeza el sector crítico con Sánchez, y en una entrevista en El País, el lunes, reiteró buena parte de sus argumentos contra el Gobierno, al que culpa de la debacle de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023. Cuestionado por Artículo14, su equipo rechaza hacer valoraciones sobre la candidatura de Alegría.
En su última entrevista, el expresidente aragonés se comprometía a no intervenir públicamente en el proceso de sucesión, pero dejaba ver sus posiciones: “Ahora mismo, un ministro no es el mejor cartel electoral”, incidió. Pocos días antes de esta entrevista, el presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza y líder del PSOE en esa ciudad, José Antonio Sánchez Quero, anticipó que en enero decidirá si se postula a liderar el partido.
También aventuró un congreso “a la gresca”. Desde Ferraz aseguran que aspiran a contar con los líderes más potentes de cara al nuevo ciclo político. Si Sánchez Quero se postula, la “gresca” está asegurada. Y no puede acotarse únicamente a Aragón.
Se anticipa también en Castilla y León, donde el actual secretario general, Luis Tudanca, no ha aclarado aún si se presentará, pero distintas fuentes socialistas lo dan por hecho. Más, tras el pulso escenificado con Ferraz en octubre, cuando se le impidió adelantarse a los planes de la dirección federal. Él mismo ha abogado por una lista unitaria, y en su formación avisan de que no tendrán “problema” en ir a primarias si hay otros candidatos.
En las últimas semanas, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, a la que Sánchez retiró su asiento en la Ejecutiva Federal en la última remodelación, suena como potencial candidata. Fuentes del territorio afirman que parece estar “en la recámara”.
Ella misma pasó de rechazar este escenario a afirmar que está “a disposición” del partido, en apenas tres días. Visto que el plazo para presentar precandidaturas arranca el 8 de enero, la decisión debería ser inminente.
La estrategia de aprovechar los focos de un Ministerio para lanzar a un candidato que se haga con los resortes del poder del partido a nivel territorial no es nueva, como tampoco lo es que directamente sea candidato a unos comicios. El caso de pulso entre Madrid y Castilla y León hizo aflorar el descontento de algunos territorios con los desembarcos programados desde Ferraz o desde la propia Moncloa. Con las apuestas por candidatos sin excesivo apego y trabajo sobre el Territorio. Y con la voluntad de la dirección federal por evitar la disidencia.
Aunque llevaba meses sonando, la apuesta de Sánchez por López se precipitó por la caída del anterior líder del PP de Madrid, Juan Lobato. El caso de Alegría no ha causado ninguna sorpresa: tras meses retrasando una respuesta, en su entorno empezaron a destapar cartas tras el 41 Congreso. Ahí anticiparon que pronto darían a conocer el rumbo a seguir.
Antes de Alegría o de López, el Consejo de Ministros ya ha servido como lanzadera para ministros como Carolina Darias, Reyes Maroto o Salvador Illa; la primera pasó de Sanidad a las elecciones y la alcaldía de Las Palmas. La segunda vio frustradas sus aspiraciones de gobernar y se mantiene como concejal en Madrid. Y el tercero tuvo cierto margen como líder orgánico para recorrer territorio y pulsar el estado del partido antes de las elecciones que lo auparon a la Generalitat de Cataluña. Teresa Ribera, Nadia Calviño o Josep Borrell también se beneficiaron de la proyección del Ejecutivo.
Además, el cónclave en el que Sánchez revalidó la Secretaría General del PSOE le sirvió también para apostar por una Ejecutiva claramente continuista. En un contexto en el que se presenta como víctima del “asedio” y del “acoso” de la derecha y la ultraderecha, así como de parte de los medios o del poder judicial, el jefe del Ejecutivo escenificó el blindaje de su partido. Y dejó ver que lo decisivo era, precisamente, el control de los territorios, a la interna y urnas mediante.
De hecho, aunque incluso los ministros reconocen que el líder socialista y presidente del Gobierno es imprevisible, todo apunta hoy a que la crisis de Gobierno que planeó durante meses aún va a postergarse. Sánchez cerró a toda velocidad el relevo de Ribera, hoy vicepresidenta de la Comisión Europea, y aupó a Sara Aagesen a la Vicepresidencia tercera y al Ministerio de Transición Ecológica con pocas ceremonias. De momento, esta carpeta parece no estar encima de la mesa.
La oposición le ha reprochado en varias ocasiones que catapulte a sus candidatos directamente desde la mesa del Consejo de Ministros hasta los territorios, apurando al máximo los plazos, pero Ferraz siempre ha defendido esta forma de proceder. Los ministros continuarán en sus plazas hasta que se acerquen los comicios. O hasta que Sánchez así lo decida.
Morant y Torres, en las quinielas
Al ser el único candidato, López no ha tenido que pasar por primarias, como le ocurre también a Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación. Acaba de revalidar el liderazgo del socialismo valenciano, que ostenta apenas desde febrero de este año. Del Ministerio a la Secretaría General del PSPV, y sin rivales con los que batallar en primarias.
Morant cosechó críticas internas por perder oportunidades en los primeros días de respuesta a la DANA que asoló la Comunidad Valenciana, pero también fue una de las dirigentes más aclamadas en el 41 Congreso.
Algunos socialistas especulan con su posible candidatura a la Generalitat, si bien interpretan que aún no hay nada escrito en piedra. Varios medios plantean que podría conformar ticket electoral con Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en Valencia y recién aupada a la Ejecutiva como secretaria de Igualdad, el área que antes ostentaba Redondo.
Como Morant, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha revalidado automáticamente el liderazgo del partido en Canarias, al ser el único candidato. Torres ya presidió el Gobierno de Canarias hasta 2023, y como ministro se beneficia de un foco mediático considerable. Tampoco tiene rivales de peso hoy.
Andalucía y Extremadura; divididas
En Extremadura, la batalla entre Miguel Ángel Gallardo y Esther Gutiérrez ya es oficial. Y en la otrora poderosa federación andaluza, también parece inminente. Juan Espadas fue el anfitrión del último Congreso, pero no gozó de la bendición explícita de Sánchez. Fuentes de la dirección socialista no descartan abiertamente su continuidad, sobre la que se ha especulado hace meses, pero sí avanzan que aspiran a contar con candidatos “que polaricen”.
Según sus cánones, Espadas no entra en ese club. Distintos dirigentes han evidenciado su descontento con el sucesor de Susana Díaz, y desde hace días suena el nombre de Juanfran Serrano, número dos de Santos Cerdán, como supuesto favorito de Ferraz. Un hombre tan próximo al secretario de Organización les generaría algo de tranquilidad, pero los movimientos tienen lugar de forma soterrada. El plazo para registrar precandidaturas expira el 10 de enero, por lo que previsiblemente la batalla, si se produce, se dará con villancicos de fondo. Como en otros tantos territorios en los que se asume que habrá primarias.