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Así se fraguó la elección de la primera mujer presidenta del Poder Judicial

Tuvieron que caerse varios nombres de la terna pero, en tiempo de descuento, llegó la fumata blanca. Isabel Perelló tiene un perfil “independiente”, se felicitan los bloques

Isabel Perelló. EFE/ CGPJ

“La partida de póker” a la que apuntaban algunos vocales para referirse a las negociaciones tuvo una ganadora inesperada: Isabel Perelló, la magistrada de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, será la nueva presidenta de Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo durante los próximos cinco años. Se termina así con una ardua negociación entre los bloques conservadores y progresistas que juraron el cargo el pasado 25 de julio, que y desde entonces no habían logrado ponerse de acuerdo para designar a su presidenta. Pero este martes, al fin, hubo fumata blanca.

La cronología de esta elección histórica es la siguiente. Del único acuerdo por el momento entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo salió un consejo formado por 10 vocales a propuesta del PSOE -los denominados progresistas- y otros 10 a propuesta del PP -los conservadores-. Seis días después de llegar al cargo convocaron un primer pleno en el que propusieron siete nombres para presidir el Consejo: Esperanza Córdoba, Antonio del Moral, Ana Ferrer, Ángeles Huet, Carmen Lamela, Pablo Lucas y Pilar Teso. Tenían que ir votándolos hasta que uno consiguiera ser avalado por una mayoría de tres quintos, es decir por 12 de 20 vocales.

Llegaron a la final Pablo Lucas y Pilar Teso, y sobre esos dos perfiles pivotaron las sucesivas reuniones. Los conservadores se enrocaron en Lucas porque consideraban que Teso era “la candidata de la Moncloa”. Los progresistas, por su parte, se empeñaron en Teso porque creían que era “la que mejor carrera judicial” presentaba, amén de que ya había sido candidata a presidir el Supremo en un intento de acuerdo entre PP y PSOE en 2022. Con esas dos posturas inamovibles, hubo tres cónclaves más sin éxito y la tensión fue escalando.

En uno de esos encuentros, visto el bloqueo, los conservadores propusieron una vía alternativa de designación: “Plantear una consulta entre los jueces para que sea presidente/a quienes ellos digan”, explicaron fuentes del ala conservadora a este periódico. Su plan pasaba por utilizar el sistema informático que se aplica a la elección de los miembros del comité de ética judicial: “La operativa está testada, es segura y funciona”, aseguraron las fuentes.

Una alternativa que el sector progresista rechazó tajantemente: “No sé qué pretenden proponiendo eso. Es un problema de concepción. El órgano es un poder del Estado no una cosa de jueces. ¿Estamos hablando del poder judicial o del poder de las asociaciones de jueces?”, denunciaron a Artículo14.

Con la presión de ver cada día más cerca la apertura del año judicial, con el jefe del Estado presente, los vocales volvieron a sentarse a principios de esta semana. Si querían llegar a esa cita con los deberes hecho, el tiempo apremiaba, a pesar de la gran distancia en sus posturas. Y empezó el deshielo. Los conservadores en la primera votación de este lunes renunciaron a su candidato viendo que no iba a ser posible su elección y Pilar Teso también decidió dar un paso al lado.

Así las cosas, en la reunión del lunes, la votación se encalló con Carmen Lamela, propuesta de los conservadores y Ana Ferrer, de los progresistas.

Ante esta tesitura, se puso encima de la mesa una última solución que pudiera desatascar la elección: ampliar la lista de nombres inicial. Un extremo que que no estaba recogido en la normativa del Consejo. “Ahí empezó la negociación y el debate sobre si era legal hacerlo”, aseguran fuentes del Consejo a este periódico. A contra reloj, lograron instaurar unas nuevas normas para poder introducir nuevos perfiles que se votaron ya en la noche del lunes.

Y llegó la reunión de este martes. Los progresistas siguieron insistiendo en proponer a Ana Ferrer, pero acabó surgiendo un nombre de consenso, el de Isabel Perelló. Progresista, pero bien considerada por los conservadores. La votación no dio lugar a dudas: 16 votos a 4. Fuentes del Consejo explican a Artículo 14 que este resultado no es aleatorio. Tiene una razón: “Carlos Lesmes también obtuvo ese resultado. Después de su elección, la asociación de Jueces Francisco de Vitoria recurrió el nombramiento y el Supremo lo rechazó porque entendió que su contrincante al tener cuatro votos tuvo las mismas posibilidades para salir elegido”. Por tanto, para prevenir eventuales recursos y avalar el nombramiento de Perelló, hubo cuatro vocales progresistas que votaron a Ana Ferrer dejando el mismo marcador que obtuvo Lesmes, el predecesor de Perelló, en 2014.

Reunión del Pleno del Consejo General del Poder Judicial este martes en Madrid.

Pasada la votación, en el ala progresista mostraron su “sorpresa” porque los conservadores hayan preferido una candidata adscrita a una asociación de jueces progresista (Jueces y juezas para la democracia) antes que a Teso, que no estaba vinculada a ninguna asociación. “Han preferido taparse los ojos”, afirman las fuentes consultadas.

Pero los conservadores han aceptado a Perelló porque valoran que tanto en la Junta Electoral Central como en el Tribunal Supremo “siempre se ha comportado de manera independiente”. Perelló fue la ponente del auto por el que el Supremo rechazó hace un año la petición del PSOE de revisar los votos nulos de las elecciones generales del 23 de julio en la provincia de Madrid al considerar que “la mera diferencia numérica en los resultados” que se aducían en este caso (1.200 votos) no era “base suficiente” para la revisión.

En el Consejo esperan “haber aprendido la lección” y que la próxima vez que se convoque pleno “se haga con las cosas más claras para evitar estos estancamientos”. Asimismo, confirman que no se han puesto hablar todavía de otras materias como la propuesta que tienen que enviar a las Cortes en un plazo de seis meses para cambiar el sistema de renovación del órgano, ni tampoco con el centenar de nombramientos pendientes.

Este jueves arrancará el año judicial con la Justicia desbloqueada y a pleno rendimiento y con un techo más de cristal roto. Por primera vez en la historia de nuestro país el órgano de gobierno de los jueces lo encabezará una mujer.