Recta final de la campaña. En Junts el ambiente es de “euforia”. El adelanto electoral con el que ERC sorprendió para ganar posiciones parece haberse vuelto en su contra. Los de Puigdemont son segunda fuerza en los sondeos publicados. Desde que el prófugo anunció que sería el cabeza de lista no han parado de crecer en intención de voto. Las encuestas internas más optimistas, que manejan los neoconvergentes, se dibuja un “empate” con el PSC de Salvador Illa, que ganaría hoy las elecciones si las encuestas no mienten.
Los próximos siete días serán decisivos y el partido vuelve a mirar a su mesías. Le piden un “golpe de efecto” de última hora para movilizar al votante independentista que ha optado por quedarse en casa en las últimas citas tanto municipales como generales.
¿Se atreverá Puigdemont a volver a España para ser detenido? Esta es la pregunta en el aire en las filas de Junts. Sólo él conoce la respuesta. Los que están muy cerca del de Waterloo no lo descartan al cien por ciento, pero consideran que si estuviese en su agenda hubiera aprovechado el fallecimiento de su madre la pasada semana para regresar a Cataluña. Épica pura. “Su obsesión es presidente y algo hará estos días”, avanza un “íntimo” del ex presidente de la Generalitat que anoche conversaba con él sobre los posibles escenarios.
Si Puigdemont opta por emular a Francesc Macià y cruza la frontera escoltado por decenas de afines a su causa se arriesga a ser detenido. Con la ley de amnistía pendiente del veto del Senado que impone la mayoría del PP en esta cámara, el prófugo podría acabar en la cárcel hasta que la medida de gracia se publicase en el Boletín Oficial del Estado, tras en choque entre ambas cámaras. Los plazos no son rígidos pero estaríamos en junio.
Los de Alberto Núñez Feijóo ya han anunciado que vetarán la norma. Tienen de plazo hasta el 16 de mayo, cuatro días después de que los catalanes hayan expresado su veredicto en las urnas. La ley de amnistía volverá al Congreso donde la mayoría absoluta que la aprobó podría levantar el veto y ser publicada inmediatamente en el BOE.
Desde ese momento y aunque fuese recurrida al Constitucional o al Tribunal Superior de Justicia de la UE sus efectos quedarían sus pendidos, pero paradójicamente Puigdemont, según vienen reconociendo desde el Tribunal Supremo, no podría ser arrestado o quedará en libertad porque habría que esperar a la decisión de las citadas altas estancias. “Las medidas cautelares decaen”, señala un magistrado, que señala la “dificultad” de mantenerlo en prisión con la norma en el BOE. La única duda es si la acusación por terrorismo abierta en el Alto Tribunal complica los planes de Puigdemont.
Descarta la repetición electoral
El de Waterloo mide los riesgos. Públicamente sostuvo que su intención era regresar si los catalanes le hacían presidente. Es decir, esperar a los resultados del domingo y a la negociación de los pactos que se dilatará hasta después de las elecciones europeas del 12 de junio. En Junts descartan en privado una repetición electoral. El cálculo es que el electorado independentista está “hastiado”.
Las combinaciones posibles son endiabladas porque en juego está también la estabilidad de la legislatura. Pedro Sánchez tendrá que hacer un control de daños. El objetivo es que Illa llegue a los cuarenta escaños. Una victoria incontestable. En ese caso Puigdemont podría retirarse y dejar la política. “Quizás es lo que ha buscado desde que anunció que era presidente o se marchaba”, reflexionan en Junts. Todo incógnitas una vez más. En los próximos días lejos de despejarse las posibles alianzas habrá discursos de líneas rojas.
ERC podría acabar como un convidado de piedra si queda por detrás de Junts. Los republicanos se debaten entre reeditar un pacto con los de Puigdemont si dan los números, o apostar por una reedición del tripartito con Illa como presidente. La números dos de Oriol Junqueras, Marta Rovira, apuesta por esta vía como adelanto Artículo14.
El plato fuerte es si el prófugo se atreverá a exigir a Sánchez la cabeza de Illa para mantenerle en La Moncloa. Lo que empezó siendo un “imposible” ha ido tomando cuerpo en las quinielas. Ahora se habla de una tercera vía en la que hubiera un pacto entre PSC, Junts y ERC en la Generalitat con su reflejo en las mayorías del Congreso en Madrid. Pasaría por un cambio de líderes. Demasiado pronto para valorar la viabilidad. Ahora estamos pendientes si habrá performance de Puigdemont.