La reciente filtración de audios entre Juan Carlos I y Bárbara Rey ha vuelto a sacudir los cimientos de la Casa Real Española. Lo que parecía un romance clandestino entre el rey emérito y la conocida actriz y vedette española se ha transformado en una serie de revelaciones comprometedoras que ponen en tela de juicio no solo su relación personal, sino también la implicación del monarca en temas de la actualidad política de los años 90. Esta historia vuelve a resurgir, como un eco incómodo del pasado, en pleno siglo XXI, generando una atención mediática que no cesa de crecer.
Juan Carlos I y Bárbara Rey, una relación que nunca se apagó
El vínculo entre Juan Carlos I y Bárbara Rey fue uno de los secretos peor guardados de la historia reciente de España. Los rumores sobre su relación sentimental comenzaron a circular en la década de 1970. Sin embargo, nunca hubo pruebas fehacientes que confirmaran dicha conexión. No obstante, en los últimos años, diversos medios han dado a conocer imágenes comprometedoras, incluidas las publicadas recientemente por la prensa holandesa, en las que se puede observar al entonces jefe del Estado junto a su amante en situaciones íntimas.
A lo largo de las décadas, la figura de Bárbara Rey ha estado rodeada de misterio y controversia. Y su relación con Juan Carlos I ha sido objeto de especulación. Sin embargo, con la publicación de estos audios por parte de OkDiario, el tema ha pasado de ser una simple anécdota a una verdadera bomba mediática.
“Mejor que lo encuentren muerto”
Uno de los aspectos más sorprendentes de los audios es la conversación en la que el rey emérito y Bárbara Rey discuten sobre la desaparición de Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, quien se encontraba prófugo en 1994 tras ser acusado de corrupción durante el mandato de Felipe González. Durante el intercambio, Juan Carlos I expresa una inquietante opinión sobre el paradero de Roldán. “Aunque entre tú y yo, la Guardia Civil dice que es mejor que no lo encuentren. Mejor encontrarlo muerto”.
Esta frase, que ha provocado una ola de reacciones en medios de comunicación y redes sociales, plantea preguntas serias sobre el conocimiento que el rey tenía de la operación para capturar a Roldán y sobre su opinión acerca de su destino. Estas declaraciones, que se creían enterradas en los anales de la historia, ahora salen a la luz en un momento en el que la imagen de Juan Carlos I ya está bastante dañada por las acusaciones de corrupción y su exilio en los Emiratos Árabes Unidos.
Entre la política y la pasión
Los audios filtrados no solo revelan detalles íntimos de la relación entre Juan Carlos I y Bárbara Rey, sino que también incluyen conversaciones sobre temas políticos de la época. En un fragmento, el monarca comenta sobre Sabino Fernández Campo, el que fuera jefe de la Casa del Rey. “Él dice que yo he conseguido que la Reina esté en contra de él”. Esta declaración añade un componente de traiciones internas en el círculo de confianza más cercano al rey emérito.
Juan Carlos I acusa a Sabino de haber sido un “topo” y de haber traicionado su confianza al filtrar informaciones delicadas. Bárbara Rey, en tono preocupado, intenta indagar más sobre esta supuesta traición. Sin embargo, el rey emérito se muestra evasivo, deja entrever que, aunque está dolido, no quiere confrontar directamente a Sabino.
Asimismo, se menciona a Alfonso Armada, otro personaje clave en la historia reciente de España. Especialmente, en lo que respecta al intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, conocido como el 23-F. Juan Carlos I se refiere a Armada con un tono casi despectivo. “Palabra de honor, me río, cariño, de Alfonso Armada. Ese ha pasado siete años en la cárcel, se ha ido a su pazo de Galicia y el tío jamás ha dicho una palabra”.
El tono de la conversación es relajado, de confianza absoluta. Juan Carlos I y Bárbara Rey se llaman cariñosamente “mi vida”, “cariño” y “mi amor”. Estos apelativos repetidos constantemente en la conversación muestran que, a pesar de los años y de la distancia mediática que ambos intentaron mantener, el lazo emocional entre ellos permanecía intacto.