En un mundo que avanza cada vez más hacia una mayor igualdad de género, la persistencia de la ley sálica en la sucesión monárquica se ve a día de hoy como un vestigio de tiempos pasados. Esta ley, que excluye a las mujeres de la línea de sucesión al trono en favor de los varones, sigue vigente en varios países alrededor del mundo. Y en España la situación es un tanto… Peculiar, por decirlo de alguna manera.
El origen de la ley sálica
La ley sálica se originó en la Europa Medieval y fue codificada por primera vez en el “Lex Salica”. Esto era un texto legal de los francos salios en el siglo V. Originalmente, la ley no se relacionaba con la sucesión monárquica, sino con las reglas de herencia de la propiedad y la tierra. No fue sino hasta el siglo XIV, en Francia, que la ley sálica se empezó a aplicar explícitamente para excluir a las mujeres de la sucesión al trono. Una práctica que fue adoptada posteriormente por varias monarquías europeas. Y que, en la actualidad, se mantiene en unos cuantos países del mundo.
Las monarquías en Asia
- Japón: La casa imperial japonesa sigue una estricta ley sálica. Y ha enfrentado debates internos sobre la necesidad de reformarla ante la escasez de herederos varones.
- Brunéi, Bután, Camboya, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Omán, Arabia Saudí, y Tailandia: Todos mantienen formas de sucesión que priorizan a los varones, aunque con diferencias específicas en la práctica y el grado de exclusión de las mujeres.
- Tonga: Este reino insular también sigue una forma de ley sálica.
Las monarquías en África
Lesoto, Marruecos, y Suazilandia. Estos reinos africanos tienen sistemas de sucesión que excluyen a las mujeres, cada uno con características particulares adaptadas a su contexto cultural y histórico.
La situación especial de España
Aunque España ha modificado su sistema hacia una preferencia cognática (donde la sucesión favorece al primogénito sin importar el género), mantiene una ley semi-sálica que se aplica en casos donde no hay descendientes directos varones. Una situación bastante particular. Especialmente, si tenemos en cuenta que en toda Europa se ha modificado la ley sálica para borrarla del mapa.
Implicaciones culturales y políticas de la ley sálica
La persistencia de la ley sálica en estos países no solo refleja una tradición histórica. También suponen complejas interacciones entre la monarquía, la política, y la cultura. Esta ley se enfrenta en la actualidad a unas cuantas críticas por perpetuar desigualdades de género y limitar el papel de las mujeres en la esfera pública y política.
En lugares como Japón y los países del Golfo, donde el liderazgo político y la identidad nacional están fuertemente ligados a la monarquía, cambiar estas leyes implica desafíos significativos. No obstante, la presión interna y global por la igualdad de género ha llevado a debates y discusiones sobre la necesidad de reforma. En resumidas cuentas, es cuestión de tiempo.