Un aniversario más, la Constitución Española mantiene inalterado uno de sus artículos más cuestionados: el 57.1, pertinente al título dos -de la Corona- que hace alusión a la línea de sucesión en la Jefatura del Estado y establece la prevalencia del varón sobre la mujer. Así lo decidieron antaño los padres de la Carta Magna, en plena Transición después de cuarenta años de dictadura franquista. Entonces, la primogénita del Rey Juan Carlos era la Infanta Elena. Aunque se entendió que debía ser su hermano menor, don Felipe, el heredero al trono. Una maniobra inteligible en aquel momento que resulta una anomalía en la Nobleza del siglo XXI. En 2006, el Gobierno de Zapatero aprobó una Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos que suprimió la prevalencia de un género frente a otro: ahora ostenta el título quien nace primero.
Con la actual Familia Real, el supuesto que recoge la Constitución no aplica. Pero ¿qué hubiera sucedido si Felipe y Letizia llegan a tener un tercer hijo varón? El subjuntivo deja el interrogatorio en el aire. Sin necesidad de respuesta. Lo cual no quita que exista ese debate en el terreno político, al menos soterrado. Porque el futuro no está escrito y podría darse la situación quién sabe, en la próxima generación.
En la clase política hay interés por reformar el texto constitucional para modificar el artículo 57.1. Y no sólo. Como publicó en exclusiva Artículo14, el propio Rey Juan Carlos apostó por erradicar la prevalencia del varón hasta en dos ocasiones, sin que se llegara a materializar. “Claro que estaríamos de acuerdo” en dicho cambio, enfatizan fuentes del Gobierno al más alto al nivel.
Si bien, en Moncloa se muestran cautos y dejan entrever que no se dan las circunstancias políticas. “Eso significaría abrir el melón de la reforma constitucional y el título de la Corona y hay que hacerlo muy bien”, precisan en el gabinete de Pedro Sánchez. Por eso, defienden que tal extremo tendría que producirse “en el momento idóneo” a través de un gran acuerdo con el PP en el que quedaran al margen “partidos extremistas”.
Los contactos entre el Gobierno y el principal partido de la oposición en este sentido no se han producido, y no se esperan. “No”, responden categóricos en el PP. Básicamente, por los riesgos que acarrea “abrir ese melón”, admiten fuentes de la cúpula del partido en conversaciones con Artículo14. Es más, si Alberto Núñez Feijóo llega a la Moncloa, esta modificación no estará entre su hoja de ruta, añaden los suyos.
El razonamiento es simple: “Una cosa así sólo se puede hacer dentro de una amplia reforma que involucre más temas, porque implica referéndum. Si sólo se hiciese un referéndum sobre el apartado de la Corona se convertiría en un plebiscito sobre la Monarquía, algo que nadie quiere”. Además, en el contexto actual, “¿hay espacio para una reforma constitucional”, se preguntan dirigentes populares. “No parece”, apostillan.
Según recuerdan desde Génova 13, hay algunas partes de la Constitución que “necesitan un procedimiento agravado de reforma”. Entre ellas, la que regula la Corona. Es decir, que para poder acometer algún retoque se requiere un proceso harto difícil: “Referéndum, disolución de las Cortes y vuelta a votar”. En todo caso, desde la cúpula del partido insisten en que, hoy, el Artículo 57.1 “no es un problema real de desigualdad”, dado que la heredera, la Princesa Leonor, no tiene hermanos varones.
Además, desde el comité de dirección popular consideran que “jurídicamente” hay un elemento clave en la Constitución que, de alguna forma, viene a contrarrestar la prevalencia del varón: el Artículo 14. “Establece el principio de igualdad y, por tanto, se aplicaría en el supuesto de que la primogénita fuera mujer y el segundo un hombre”.