Cada 1 de enero, la web especializada UFO No More lanza su lista anual sobre los vestuarios más lujosos de las royals. Y como si de un desfile de alta costura se tratara, las cifras relucen en el escaparate digital, exponiendo el precio del glamour regio.
Este año no ha sido diferente: Charlène de Mónaco vuelve a ocupar el trono como la reina del lujo, con 354.588 euros invertidos en 139 prendas. Pero en este juego de tronos sartorial, hay un nombre que destaca por llevar la contraria al derroche: Letizia, la reina de España.
Mientras algunas royals adornan sus agendas con Dior, Chanel y Valentino como si fueran los básicos de cualquier día, Letizia desliza un mensaje claro con cada look: el estilo no tiene precio, y la moda tampoco debería. Con un gasto de 56.093 euros en 195 prendas nuevas este año, la reina ha demostrado que se puede brillar sin arrasar con las arcas. Su gasto medio por prenda es de 384 euros.
Letizia es, en esencia, la antítesis de Charlène, cuya fascinación por los grandes nombres de la moda la lleva a invertir una media de 3.655 euros por pieza. Sin embargo, no confundamos austeridad con descuido. Cada aparición de la reina española está perfectamente calculada.
Este año, por ejemplo, apareció en una recepción en París con un vestido prestado de Dior, demostrando que en moda, el “no es mío” puede tener tanto peso como el “me costó una fortuna”.
En sus actos oficiales, apuesta por diseñadores nacionales y marcas sostenibles. ¿Y cómo olvidar su habilidad para reciclar piezas? En el universo fashionista, donde la repetición es casi un pecado, la Reina consigue transforma cada look.
La moda, al final, no trata solo de vestidos; es una conversación entre quien la lleva y quienes la observan. Y en un mundo de royals con armarios dignos de un museo, ha dejado claro que el estilo no está en el precio de la etiqueta, sino en la elegancia de quien lo lleva.