La imagen de la Familia Real al completo en la cena de Palma de Mallorca la pasada noche del 4 de agosto cierra un año de unidad, agenda y conexión con la sociedad que Zarzuela ha puesto en marcha desde la llegada del nuevo jefe de la Casa, Camilo Villarino.
Los Reyes, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, la Reina Sofía, junto con Irene de Grecia y el matrimonio Fruchaud, salieron a cenar al restaurante Mia en el puerto de Portitxol. La anterior imagen pública de la familia fue en Marivent, con motivo de la habitual recepción a las autoridades. La Princesa Leonor no pudo estar, ya que se encontraba en París, apoyando a los jugadores españoles. Una imagen, la de Palma, que escenifica el presente, y el futuro, de los que son y serán los protagonistas de la agenda de la Familia Real: Reyes, Princesa e Infanta, y Reina Sofía. El Rey Juan Carlos, pese a que sigue formando parte, no entra en la ecuación desde que fue apartado en 2019 de la actividad institucional.
Y París ha sido el escenario idóneo para potenciar esta conexión y cercanía con la sociedad. Fotos con los jugadores, looks desenfadados, conversaciones con ellos grabadas, selfies desde las gradas disfrutando del momento… Momentos compartidos desde las redes sociales, principalmente desde la cuenta de Instagram que la Casa abrió en junio coincidiendo con el décimo aniversario de Felipe VI. La madre de Felipe VI es la única que aún no ha ido, pero la Casa del Rey anunció que se contaba con ella en el apoyo a España, por lo que previsiblemente asistirá en esta etapa final.
La Princesa Leonor disfruta su momento
La postura de los Reyes en cuanto a la educación de sus hijas ha sido clara: durante su infancia y minoría de edad han mantenido un estricto segundo plano, para, llegado el momento de asumir su presencia pública, tener la madurez de poder hacerlo.
Ese momento es ahora, y la Princesa no sólo transmite esa solidez y la serenidad que tiene por naturaleza, sino que disfruta su papel. Los Reyes confían en sus hijas, ejemplo de ello es que en París han acudido en solitario, dejando imágenes divertidas como la ola a la que la Princesa se sumó en un momento dado y que su hermana secundó entre risas.
Unos días de desconexión
Ahora, la heredera podrá disfrutar de unos días más desenfadados en los que desconectar y prepararse para su siguiente reto: la Escuela Naval de Marín. Nombrada dama alférez cadete tras su paso por la Academia General de Zaragoza, el Consejo de Ministros aprobó recientemente su empleo de Guardiamarina de Primero. A finales de este mes, continuará su instrucción militar en Pontevedra, y a comienzos del año que viene embarcará en el buque Juan Sebastián Elcano para hacer un periplo por las Américas, al igual que hicieran su padre, y su abuelo Don Juan Carlos. Allí, además, la Princesa hará prácticas en su futuro papel de diplomática, ya que, a su llegada a cada puerto, el barco se convertirá en una “embajada flotante”.