Cultura

Joyas reales: las tiaras de la Casa Real que ya puede disfrutar Leonor

Las tiaras de la Casa Real son unas de las grandes joyas de nuestra monarquía, y algunas ya están disponibles para la Princesa Leonor

Las tiaras de la Casa Real - Casa Real
Un montaje de la Reina Letizia y las tiaras reales

El paso a la mayoría de edad es un momento significativo en la vida de cualquier persona, pero para Leonor, Princesa de Asturias, marca no solo un hito personal, sino también una entrada en un mundo de tradición y elegancia real.

Como heredera al trono español, Leonor ahora tiene acceso a una colección invaluable de joyas reales, incluyendo las impresionantes tiaras que han adornado a las generaciones pasadas de la Casa Real.

En este artículo, vamos a explorar las majestuosas tiaras de la Casa Real que ahora están al alcance de Leonor, ofreciéndole la oportunidad de llevar consigo el legado de su familia y representar la grandeza de la monarquía española. Desde luego, estas tiaras son verdaderas joyas de la corona que simbolizan la majestuosidad y la dignidad de la realeza española. ¡Vamos para allá!

La tiara floral

Letizia con la tiara floral (Joyas reales)

La Reina Letizia portando la tiara floral (Limited Pictures)

El origen de la diadema floral, que ahora ostenta la reina Sofía de Grecia y Hannover, es objeto de varias versiones y suposiciones. Se cree que fue un regalo del Gobierno de Francisco Franco o un gesto personal del dictador y su esposa, Carmen Polo, con motivo del matrimonio de la reina Sofía en 1962.

Inicialmente, la pieza fue un collar que la reina lució en una cena previa a su boda. Según algunas fuentes, la diadema fue encargada por Alfonso XII en 1879 para su prometida, la archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena, y luego vendida por un heredero del matrimonio en el siglo XX. A lo largo de los años, la diadema ha sido adaptada y utilizada en diferentes formas por varias generaciones de la familia real española.

En sus orígenes, fue concebida como un alfiler divisible en tres unidades independientes. Se cree que fue recibida por la hija de los reyes Pablo y Federica de Grecia y posteriormente transformada en una diadema. A pesar de la incertidumbre sobre su origen inglés, muchos expertos sugieren que la diadema podría haber sido creada por la firma Mellerio dits Meller, conocida por otros diseños de joyas reales.

La tiara Mellerio

Letizia con la tiara Mellerio (tiaras de la Casa Real)

La Reina Letizia portando la tiara Mellerio (Cordon Press)

La infanta Isabel, apodada popularmente «la Chata» por la forma de su nariz, se casó con el príncipe Cayetano de Borbón Dos Sicilias y Habsburgo, conde de Girgenti, en mayo de 1868. Como regalo de bodas desiguales, la reina Isabel II le obsequió con una diadema de la joyería Mellerio dits Meller, conocida como la tiara de las Conchas o la Mellerio.

Esta tiara, elaborada en 1867, está inspirada en la espuma de una ola y es una de las primeras del mundo montadas en platino. Está adornada con diamantes pavé, perlas y diamantes briolette, con un importante diamante colgante en el centro que puede ser retirado. Es una de las joyas más antiguas accesibles para la princesa Leonor.

Tras la muerte de la infanta Isabel, la tiara fue heredada por Alfonso XIII, quien la pasó a su hijo Juan de Borbón y Battenberg. Posteriormente, la tiara fue entregada a la princesa Sofía de Grecia y Dinamarca, nuera de Juanito, cuando se comprometió con su hijo Juan en 1961. Aunque la reina Letizia solo la ha utilizado una vez, durante un banquete en 2007, la tiara es una de las favoritas de su suegra. A pesar de que la infanta Elena rara vez ha elegido usarla, fue retratada con ella en un óleo junto al resto de los miembros de la familia real.

La tiara de Sofía de Prusia

La tiara de Sofía de Prusia (Leonor)

Una imagen de la tiara de Sofía de Prusia (Archivo)

Cuando Sofía de Prusia se casó con el rey Constantino I de Grecia en 1889, recibió como regalo de boda una pequeña diadema, posiblemente del rey Humberto I de Italia. Esta diadema de Sofía de Prusia estaba formada por una circunferencia central con un diamante en forma de lágrima colgando de ella, y a cada lado del elemento principal había cuatro tres cuartos de circunferencia que se iban empequeñeciendo hasta extinguirse. Posteriormente, se añadieron tres cuartos adicionales, o letras C, a cada lado, completando un total de siete a cada lado de la circunferencia que perdió su gota.

Se cree que la hija menor de Constantino y Sofía, la princesa Catalina, fue retratada con esta diadema después del fallecimiento de sus padres, aunque parece que la heredó otro hijo del matrimonio: el rey Pablo I. Posteriormente, la princesa Irene, hermana de la reina Sofía, fue vista luciendo esta joya.

Tras la proclamación de la república en Grecia en 1974 y el exilio de la familia real, la princesa Irene, conocida por su peculiar personalidad, evitó la pompa y el boato asociados con la realeza. Aunque no era su estilo, se la vio usando la diadema en una ocasión durante una merienda en 1986 ofrecida por el rey Juan Carlos a la reina Isabel II de Reino Unido en la Embajada de España en Londres. Se entiende que esta diadema es propiedad de la princesa Irene.

En 1993, Irene Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg prestó la diadema a su sobrina, Elena de Borbón, para asistir a un baile relacionado con los esponsales del duque Federico de Wurtemberg y la princesa María de Wied. Es posible que ahora la princesa Irene muestre la misma generosidad con su sobrina nieta, la princesa de Asturias.

La tiara rusa

Letizia con la tiara rusa (Joyas reales)

La Reina Letizia portando la tiara rusa (GTRES)

En 1886, el diamantista español Francisco Marzo creó una diadema para la reina regente y consorte viuda de Alfonso XII, María Cristina de Austria. Esta tiara, conocida como la diadema rusa, está formada por una sucesión de lágrimas invertidas que disminuyen desde el centro hacia los extremos y están decoradas con un motivo de jazmín en la parte superior. La joya, hecha de platino, diamantes y perlas, recibe su nombre debido a su forma, que se asemeja a los tocados tradicionales de las campesinas rusas llamados kokoshnik.

Tras la muerte de María Cristina en 1929, la diadema fue heredada por su hijo, Alfonso XIII. Sin embargo, seis años después, en el exilio en Roma, Alfonso se la regaló a su nuera, María de las Mercedes, como parte de la dote matrimonial de su hijo y heredero, Juan. Aunque la pieza era hermosa e importante, María de las Mercedes optó por no usarla en su boda.

La infanta Pilar, hija mayor de los condes de Barcelona, lució la diadema en su boda con Luis Gómez-Acebo en 1967. Posteriormente, su hija Simoneta Gómez-Acebo también la usó en su boda en 1992. Tras la muerte de María de las Mercedes en 2000, el rey Juan Carlos I heredó la diadema.

La reina Sofía volvió a usar esta diadema en un viaje oficial a Noruega en 2006, y la reina Letizia la recuperó para una cena de gala en 2018 durante la visita del presidente chino Xi Jinping a España. Actualmente, es una de las piezas de joyería más utilizadas por la familia real española.

La tiara Cartier

Letizia con la tiara Cartier (tiaras de la Casa Real)

La Reina Letizia portando la tiara Cartier (GTRES)

A pesar de que Alfonso XIII ya había adornado a su esposa, la reina madre María Cristina, con joyas deslumbrantes, también quiso obsequiar a la princesa Ena con un pequeño conjunto de joyas que incluía un collar de seis hilos de perlas y una diadema, ambos de estilo Luis XIV y fabricados por Ansorena.

La tiara original, conocida como diadema Cartier, tenía un diseño ligero con un corazón en el centro rodeado de volutas. Fue reconfigurada por Cartier en la década de 1920 para adaptarla al gusto de la princesa Ena y a las tendencias de la época. Cartier creó un tocado más compacto con diamantes de talla brillante y rosa engastados en platino, junto con seis perlas grandes en el centro de cada elemento vegetal en espiral egipcia que se unen en el centro mediante un adorno floral coronado por una perla redonda. Con el tiempo, algunas perlas fueron reemplazadas por esmeraldas y se agregaron dos nácares más rodeados por laureles en los extremos de la tiara para aumentar su longitud.

Esta joya real fue heredada por la infanta María Cristina, condesa de Marone, después de la muerte de su madre, la reina Victoria Eugenia. A finales del siglo XX, la infanta María Cristina ofreció a su sobrino Juan Carlos la oportunidad de comprarla, junto con la diadema de Chaumet. La reina Sofía optó por la tiara de Cartier debido a su peso más ligero y su esqueleto mínimo de platino, que la hace más fácil de usar. Según el investigador y maestro joyero Pablo Milstein, el rey Juan Carlos tuvo que comprarla en cuatro plazos, uno para cada una de sus cuatro hijas. La reina Letizia solo ha usado la tiara en una ocasión, durante la visita del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en 2018.

La tiara Flor de Lis

Letizia con la tiara Flor de Lis (Leonor)

La Reina Letizia portando la tiara Flor de Lis (Getty Images)

En 1906, Victoria Eugenia de Battenberg se casó con el rey Alfonso XIII de España y recibió varias joyas como regalo de boda, incluido un collar de perlas perteneciente a su abuela, la reina Isabel II, y varias piezas nuevas. Entre estas últimas, destaca una diadema de estilo Luis XIV creada por Ramiro Ansorena, con gruesos diamantes montados en platino formando tres flores de lis, el emblema heráldico de los Borbones, unidas por roleos. Cuatro años después del matrimonio real, la diadema fue modificada por la misma empresa para que pudiera usarse como una tiara abierta sobre la frente, además de como un cestillo.

Conocida como «la buena» dentro del palacio, esta diadema fue tratada como una donación nupcial, lo que implicaba que, en caso de separación, Victoria Eugenia debía devolverla a su ex marido. A pesar de las tensiones en el matrimonio, esto nunca llegó a suceder.

La tiara, también llamada diadema de Flor de lis, forma parte de las llamadas «joyas de pasar», que la madre del rey emérito, María de las Mercedes, se refiere a las piezas que su marido, el conde de Barcelona, heredó de su madre, la reina Victoria Eugenia. Esta le pidió en su testamento que estas joyas permanecieran en posesión del jefe de la casa real. Sofía recibió esta diadema de manos de su suegra cuando Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos en favor de su hijo Juan Carlos, quien ya había sido proclamado monarca. La reina Sofía usó esta diadema en una cena de despedida al anunciar la abdicación de su marido en 2014, mientras que la reina Letizia la usó por primera vez en 2017 durante la visita oficial del presidente de Argentina, Mauricio Macri, a España.

La tiara Niarchos

Sofía con la tiara Niarchos (Joyas reales)

La reina emérita Sofía portando la tiara Niarchos (GTRES)

Después de la abdicación del rey Juan Carlos, la reina Sofía solo ha sido vista usando una diadema en una ocasión, durante una cena organizada por los reyes Abdalá II y Rania de Jordania en honor a los recién casados príncipes herederos Hussein y Rajwa el pasado mes de junio. En esta ocasión, la emérita lució un diseño que nunca había prestado a nadie, ni siquiera a sus hijas (las infantas Elena y Cristina) o a su nuera, la reina Letizia. Se trata de la diadema Niarchos, una fabulosa pieza que ahora tiene a su disposición la Princesa de Asturias.

La tiara prusiana

El 14 de mayo de 1962, la reina Sofía de España lució una diadema de estilo neoclásico y línea griega en su boda con Juan Carlos, regalo de su madre, confeccionada por los hermanos berlineses Robert y Louis Koch cerca de 1913. Esta tiara, conocida como la diadema prusiana, está hecha de platino y diamantes, dividida en dos bandas: una superior con hojas de laurel y una inferior con la greca helena de meandro, separadas por una hilera de columnas.

En su centro, parece colgar un diamante en forma de lágrima, aunque en realidad es una ilusión óptica creada por la suma de dos diamantes talla brillante. La reina Letizia también optó por esta diadema el día de su boda con el entonces Príncipe de Asturias.

La diadema fue originalmente recibida por Federica de Hannover de su madre, Victoria Luisa de Prusia, cuando se casó con el príncipe Pablo de Grecia en 1938. Esta joya había sido adquirida por los padres de Victoria Luisa, el káiser Guillermo II y la emperatriz Victoria Augusta, en el momento en que anunciaron su compromiso con Ernesto Augusto de Hannover.

La tiara princesa

Letizia con la tiara princesa (tiaras de la Casa Real)

La Reina Letizia portando la tiara princesa (Reuters)

El origen de la diadema princesa es motivo de controversia y especulación. Esta joya, creada por la joyería Ansorena, cuenta con 10 perlas australianas y 450 diamantes montados en oro blanco, distribuidos en la flor de lis central, los roleos que la rodean en forma de medialuna y la base.

Aunque se sabía que esta pieza pertenecía a la reina Letizia desde hace tiempo, no la estrenó hasta el año 2015 para celebrar el 75º cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca. La idea de diseñar una tiara para la princesa Letizia surgió en 2004, según relataron los hermanos Jaime, Elena y Cristina Mato Ansorena, miembros de la quinta generación de la joyería Ansorena. Según ellos, la idea fue concebida por su padre, Alfonso Mato, mientras veía por televisión el enlace de los príncipes de Asturias.

Sin embargo, en un programa de televisión emitido por Telemadrid siete años después, Jaime Mato, consejero delegado de la empresa, cambió la versión y afirmó que fue un regalo del actual rey Felipe VI a su esposa. Existen diversas opiniones al respecto: algunos están seguros de que la joyería Ansorena le regaló la pieza, otros creen que fue un regalo matrimonial, mientras que hay quienes sostienen que esto ocurrió en el quinto aniversario de la pareja, en 2009. Algunos incluso defienden la idea de que primero se creó el alfiler y luego se diseñó la diadema a su alrededor para complementarlo.

La tiara Carrera

La tiara Carrera (Leonor)

Una imagen de la tiara Carrera (Archivo)

En el momento de su matrimonio con Felipe de Borbón y Grecia, Letizia Ortiz Rocasolano probablemente recibió numerosas joyas como regalos, aunque muchas de ellas se han mantenido fuera del conocimiento público. Sin embargo, una de las joyas que sí se hizo pública fue la tiara que le regaló la joyería Carrera y Carrera: la diadema Carrera.

Esta diadema presenta una filigrana de claveles en oro amarillo, adornada con una fila de diamantes y rematada con cinco perlas. Curiosamente, la madre de la princesa Leonor nunca ha sido vista utilizando esta diadema. Se sabe que un ejemplar similar, si no el mismo, fue prestado por Miriam de Ungría, anteriormente princesa de Bulgaria y ahora de Jordania, para asistir a un concierto previo a la boda de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca en mayo de 2004, evento al que también asistió Letizia.

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