«Cuando se me aparte de la vida oficial, me retiraré al rincón de mis amores más gratos: El Campello», manifestó el jurista e historiador Rafael Altamira antes de su exilio en México con la llegada del franquismo. Ese anhelo no se ha podido cumplir hasta 71 años después de su muerte. Altamira, de ideología republicana, pero que a la vez fue un asesor muy valorado por Alfonso XIII -el Monarca le otorgó la Caballero de la Gran Cruz de la orden civil-, ha podido descansar finalmente en el mausoleo del cementerio municipal de El Campello.
El logro ha sido gracias al empeño del alcalde del municipio, Juanjo Berenguer (PP), quien ha promovido la colaboración de todas las instituciones para el regreso de las exequias, incluida la Casa del Rey. Felipe VI ha presidido el acto de homenaje, que ha tenido lugar en bajo una carpa enfrente del cementerio, y que ha reunido a todas las fuerzas políticas en un momento inusual, debido al clima de crispación que asola el panorama político: representantes de todos los partidos han acudido al acto.
Al llegar al lugar le ha recibido la nieta del humanita, Mari luz Altamira. Entre las personalidades políticas: el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres -que viajaba junto al Rey como ministro de jornada-; la delegada del Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, el presidente de la Diputación Provincial, Toni Pérez; y el alcalde anfitrión, Juanjo Berenguer, así como el ex presidente valenciano Ximo Puig y el subdelegado del Ejecutivo, Juan Antonio Nieves, entre otros muchos.
En el acto, que ha contado con la presencia de más de 450 personas, han intervenido familiares del difunto, así como el presidente de la Diputación. Mari Luz Altamira ha señalado que Altamira ha traído la reconciliación a España, y el alcalde ha inaugurado un año dedicado al historiador que pretende continuar el resto del año, por lo que ha pedido la colaboración de todas las administraciones.

Felipe VI firma en el libro de honor del consistorio de El Campello
Tras el homenaje, el Rey, la familia del humanista y las autoridades políticas se han dirigido al mausoleo en una ceremonia íntima para depositar los restos del matrimonio Altamira -también se ha repatriado el cuerpo de Pilar Redondo- en la tumba. Después, el Monarca se ha desplazado al consistorio local, para firmar en el Libro de Honor del municipio y hacerse una fotografía de familia con los integrantes de la Corporación Municipal. Esta fotografía que quedará la posteridad no ha contado con la asistencia de Compromís ni de Esquerra Unida – Unides Podem, ya que sólo han asistido al acto de inhumación de Altamira en el cementerio municipal, pero no en la llegada de Felipe VI al consistorio.
Se trata de la segunda vez que el Jefe del Estado ha participado en unos actos con motivo de una repatriación. Precisamente por su bisabuelo, Alfonso XIII, con quien Altamira tenía una gran relación. Don Felipe presenció la repatriación desde Roma a Madrid, ya que el padre de Don Juan Murió en una habitación del Grand Hotel de Roma en febrero de 1941 y, al igual que el homenajeado este lunes, su máximo deseo era que sus restos regresaran al país en que nació.