La lluvia y la luz sombría ha contribuido a la solemnidad que requiere el día de hoy: Felipe VI ha sido investido doctor honoris causa por la universidad de Alcalá de Henares. Sobre las 11:30, vestido de civil, y acompañado por la Reina, ha accedido por la puerta del paraninfo de la universidad.
El Jefe del Estado ha accedido a la Sala de Autoridades -donde se encuentra uno de los volúmenes de la Biblia Políglota Complutense, obra promovida por el Cardenal Cisneros, fundador de la Universidad-, para sustituir su atuendo por el Traje académico: toga negra con vuelillos (puñetas) de encaje blanco, muceta de color acorde con la rama del conocimiento de quien se viste, en este caso, el rojo, correspondiente a la rama de Derecho, carrera que estudió Don Felipe en la universidad Autónoma de Madrid. Formación que completó con un máster de Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown. En las paredes de esta sala, además, cuelgan tres cuadros, entre ellos, el retrato de María Isidra de Guzmán, la primera mujer doctora de una universidad española.
En el teatro académico ha tenido lugar el acto, desde el que el Rey ha pronunciado un discurso con un claro hilo conductor: el acceso de los ciudadanos a las normas jurídicas mediante un lenguaje claro. “Dicen que la claridad es la cortesía del sabio”, ha afirmado el Jefe del Estado, quien ha ido más allá en su afirmación de que “es una necesidad”.
Felipe VI, quien al comienzo ha asegurado sentirse “profundamente honrado de recibir el Doctorado”, se ha referido a los avances en inteligencia artificial, biotecnología, comercio digital, o incluso, “la comprensión del propio cerebro”. En este sentido, el Rey ha apelado a una regulación, que ya “algunos regímenes anticipan”. En esta línea argumentativa, ha aclarado que no “porque el afán regulador deba alcanzar hasta el último rincón de nuestra vida”, sino porque, a su juicio: “El vacío de normas nos deja a la intemperie”.
El rector de la universidad impone el birrete al Rey
Esta sociedad en permanente cambio exige, ha sostenido, una mayor facilidad a la hora de comprender y acceder al lenguaje jurídico, “en particular desde las instituciones”, porque “el lenguaje claro y accesible es profundamente ético”.
Esta distinción es el reconocimiento a la excelencia de las experiencias personales, sociales, científicas, técnicas o culturales. La investidura del Rey ha partido ha sido decisión del departamento de Ciencias Jurídicas de la Facultad de Derecho de la universidad. La facultad ha valorado las “frecuentes visitas” del Monarca a la ciudad, lo que ayuda a “proyectar una imagen internacional de prestigio”. Asimismo, según afirman desde la facultad, la decisión también se ha sostentado en “la promoción del reconocimiento de la cultura y al conocimiento científico”. Previamente a las palabras de Don Felipe, Miguel Rodríguez Blanco, catedrático de Derecho Eclesiástico, ha destacado el “compromiso con la democracia y atención a los sectores más vulnerables y desfavorecidos” de la sociedad. “Es un vivo testimonio sobre el que Cisneros edificó su proyecto predilecto”, ha asegurado, “un referente de la concordia, un baluarte del Estado Social y democrático de Derecho configurado por la Constitución de 1978″.
Se trata de la segunda ocasión en la que el Rey ha sido investido honoris causa. En diciembre de 2024, durante el viaje de Estado a Italia, por la Universidad Federico II de Nápoles. Desde allí, el Rey situó a la universidad como “fuente de conocimiento, de innovación y de pensamiento crítico”.
Durante la ceremonia, el rector de la universidad, José Vicente Saz, le ha formulado al Rey la siguiente pregunta: “¿Juráis o prometéis, defender y respetar los derechos, privilegios y honores de la Universidad y favorecerla?”. el Rey ha contestado con solemnidad, “lo juro”, tras lo que el rector le he impuesto el birrete y la entregado el libro de la ciencia, que simboliza los secretos de la sabiduría; el anillo, por el amor a la ciencia, y los guantes blancos, que representan la pureza.
Durante todo el acto el Rey se ha mostrado visiblemente emocionado por su reconocimiento. Antes de la ceremonia, ha posado junto a la Reina y el rector, delante de la estatua del cardenal Cisneros. Durante los disparos de las cámaras, ha reconocido, refiriéndose a la responsabilidad que conlleva llevar el Traje Académico: “Impone la toga”.
Doña Sofía, también investida doctora honoris causa
El Rey no es el único dentro de la Familia Real que ha sido investido doctor honoris causa en los últimos tiempos. La Universidad San Pablo CEU eligió a la Reina Sofía para el reconocimiento, en noviembre del pasado año. “Podéis estar orgullosa y satisfecha de vuestra contribución a la Historia de España”, aseguró Benigno Pendás, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. “Desde la perspectiva del humanismo cristiano que inspira a esta Universidad, habéis dado ejemplo de firmeza en las convicciones y los valores que sustentan el ámbito de la familia y de la vocación de servir al prójimo”, destacó de la madre del Rey, cuya labor también fue reconocida por las Universidades de Georgetown y Oxford.