El discurso de Navidad del Rey de 2024 se ha centrado en la Dana, o más bien, en la lección que ha dejado en nuestro país el segundo mayor desastre natural de la historia de España, por detrás de la riada del Vallés.
Las primeras palabras del Monarca han ido dirigidas “a las personas que perdieron la vida y los desparecidos” que “merecen todo nuestro respeto”, así como ha destacado que “no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias”.
Este medio ya avanzó que la Corona ha cambiado para grabar el discurso el tradicional despacho del Rey del Palacio de la Zarzuela por el Salón de Columnas del Palacio de Oriente. La única vez que pronunció sus últimas palabras del año a los españoles en ese escenario fue en 2015, un año después de su proclamación, en aquella ocasión desde el Salón del Trono.
Precisamente, la Jefatura del Estado ha cumplido este año una década, efeméride que el Monarca ha querido resaltar volviendo a dicha ubicación. Según explican desde Zarzuela, lanzar el mensaje desde el Salón de Columnas se debe a que ha sido referente de distintos momentos históricos, y además en este reinado con presencia de la ciudadanía, como durante imposición de condecoraciones con la Orden del Mérito Civil en junio, con motivo del décimo aniversario.
Así, desde el lugar elegido para transmitir el acercamiento de la Corona a la sociedad, en un discurso con una duración total de 15,09 minutos, el Rey ha pedido que no olvidemos a las personas afectadas por la gota fría, y ha destacado la solidaridad de los españoles, que oponían “la fuerza implacable del agua y del lodo la fuerza abrumadora de la solidaridad y de la humanidad”.
Ataviado con un traje azul marino, camisa blanca y corbata azul claro, Don Felipe ha destacado la tarea ingente de vecinos, voluntarios anónimos, equipos de protección civil, bomberos, cuerpos de seguridad, Fuerzas Armadas, ONG’s, empresas… con una “solidaridad en su sentido más puro y apegado a lo concreto”.
Además de mediante las palabras, el Rey ha marcado sus prioridades a través de los elementos decorativos del entorno. Sobre la mesa de maderas nobles de Carlos III, colección de Patrimonio Nacional, Don Felipe ha colocado una imagen que representa el esfuerzo de los ciudadanos en las secuelas de la catástrofe, y una edición facsímil de la Constitución.
No todo han sido palabras de reconocimiento. El Rey ha resaltado las virtudes que unen a “una gran nación”, para inspirar a una clase política e institucional, asentada en una polarización que impide centrarse en lo importante. “Hemos comprobado, y entendido, la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones“, ha reconocido el Rey. “Porque todas esas emociones surgen de la misma raíz: la exigencia del bien común”.
Y ha instado a que esa “idea nítida de lo que a todos beneficia”, que tanto él como la Reina, han pulsado a lo largo de los diez años de reinado, “se refleje con claridad en cualquier decisión política”. En esa línea, “el consenso en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica constante, debe orientar siempre la esfera de lo público”, ha remarcado.
Don Felipe ha hecho eco de la voz cansada de los ciudadanos ante esta polarización, que demandan una clase política que vele por los intereses de los españoles, y no por el rédito electoral. “Es necesario que la contienda política atronadora no impida escuchar una demanda de serenidad“, ha puntualizado.
“Una gestión inadecuada de la inmigración pueden derivar en tensiones que erosionen la cohesión social”
Aunque la Dana ha ocupado el centro del discurso, el Jefe del Estado también se ha referido a la inestabilidad internacional, el difícil acceso de los jóvenes a la vivienda y la inmigración. Junto a las banderas de España y de la Unión Europea, el Rey ha señalado que sin los movimientos migratorios no podrían reconocerse las sociedades del presente, pero ha remarcado que sin la gestión adecuada “pueden derivar en tensiones que erosionen la cohesión social”. Don Felipe ha pedido un esfuerzo de integración, sin olvidar la lucha contra las mafias y redes que trafican con personas. “La manera en que seamos capaces de abordar la inmigración dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y calidad de nuestra democracia”.
El Jefe del Estado se ha referido a las otras coyunturas que asolan nuestro panorama actual, como el difícil acceso a la vivienda por parte de los más jóvenes. El Rey ha pedido un “diálogo” que “conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos”.
La tensión geopolítica es una de las mayores crisis a nivel global. La ministra de Defensa, Margarita Robles, alertó recientemente de que “vivimos la situación más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial”. El Rey ha reflexionado sobre cómo, “con demasiada frecuencia”, se cuestiona el derecho internacional, se recurre a la violencia, o se niega la universalidad de los derechos humanos. “Vemos también, incluso, cómo se llega a discutir la misma validez de la democracia como sistema de gobierno”
La concordia como gran cimiento
El Monarca, pese a las dificultades por las que atraviesa la sociedad, ha terminado su mensaje con un mensaje esperanzador que se sustenta en sistemas constitucionales como el español. El Rey ha apelado al “espíritu de concordia” de nuestro país, que “sigue siendo nuestro gran cimiento”, que, a su juicio, “no hay que dejar de construir para fortalecer nuestras instituciones y mantener en ella la confianza de la sociedad”.
Logros como nuestras victorias en los Juegos Olímpicos, nuestro nivel general de bienestar social… El Rey ha destacado “el enorme potencial que nos debe influir esperanza, tanto en el plano nacional como en la escena internacional”, y ha puesto en valor las gestas realizadas desde distintos sectores para ayudar en la Dana: “Que la solidaridad que nos ha unido en los momentos difíciles siga presente en cada gesto”.
Felipe VI ha deseado una feliz Navidad en nombre de la Reina, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. A su izquierda, han reinado un misterio con el nacimiento de Jesús -colección privada- y un árbol navideño. Al término del discurso, tras el himno de España, el emblema del décimo aniversario de proclamación y una foto de la Familia Real, realizada con motivo del 20 aniversario de matrimonio de los Reyes, han cerrado el discurso.