Hace veinte años, la periodista asturiana Letizia Ortiz entró a formar parte de una de las dinastías más antiguas de Europa. Diez años después, para disgusto de los monárquicos recalcitrantes, se ha convertido en la Reina de España, junto a Felipe, sucesor del Rey Juan Carlos I. Rotaria de familia republicana, nieta de un taxista y divorciada, Letizia contaba con todos los obstáculos necesarios para enfrentarse al – a menudo despiadado – mundo de las cabezas coronadas de este mundo. Un pedigrí incompatible con la sangre de los Borbones para los aristócratas españoles, que nunca le han hecho ningún favor. De hecho, a pesar de los años, los ataques nunca han cesado realmente, con su reguero de rumores (falsos).
Sin embargo, desde su matrimonio en 2004, la nueva Reina de España ha sabido imprimir un estilo propio, decididamente moderno, y aportar un toque de glamour a la familia real española. Además, ha sido capaz de apoyar y dinamizar a su marido gracias a su fuerte carácter, al tiempo que le ha servido de consejera ocultista. En otras palabras, ha desempolvado la imagen de la familia real. La Reina, sonriente y de andar impecable, siempre está a la última en moda y se mantiene fiel a los diseñadores españoles, alternando elegantes trajes y femeninos y sofisticados vestidos de noche.
En 20 años de matrimonio y 10 de reinado, la pareja real se ha esforzado por restaurar la imagen de la monarquía española, empañada por los escándalos del rey emérito Juan Carlos.
Una encuesta realizada en octubre de 2023 reveló que el 57,6% de los españoles cree que los reyes representan bien al país, frente al 32% que opina lo contrario. Otra encuesta revelaba resultados similares: el 66,5% de los españoles valoraba positivamente el reinado de Felipe.
Entre crisis y renovación monárquica, ¿cómo han conseguido Felipe VI y Letizia restaurar la imagen de la monarquía española?
Tras la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, la monarquía española se restableció con la coronación de Juan Carlos I como Rey de España. El propio Franco le había designado como su sucesor al frente del país. Conocido como el Rey de la Democracia, Juan Carlos lideró la transición de la dictadura a la democracia en España. En este escenario, Felipe, que había sido designado oficialmente heredero unos años antes, se enfrentó a su primera gran prueba con el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Este acontecimiento consagró a su padre, el Rey Juan Carlos, como escudo de la democracia española, y le dio la popularidad que duraría 40 años hasta los escándalos de corrupción y fraude fiscal que condujeron a su abdicación.
El suceso que desencadenó las tensiones en el seno de la población española se remonta a 2012, durante un viaje de lujo a Botsuana, cuando Juan Carlos sufrió una fractura de cadera que obligó a su repatriación a España. En un contexto de crisis económica nacional, marcada por una de las tasas de desempleo más altas del mundo industrializado -que alcanza casi el 26%-, las revelaciones sobre la participación del Rey en una cacería de elefantes en África conmocionaron profundamente a la opinión pública española.
Felipe, que siempre ha estado muy unido a su padre, hará “borrón y cuenta nueva” cuando se convierta en Rey, queriendo poner punto final a los escándalos que han empañado la Corona y la Familia Real.
En junio de 2014, el rey Juan Carlos I, debilitado por los escándalos, abdicó en favor de Felipe. Para los medios de comunicación extranjeros, Felipe y Letizia se encontraron entonces con la monarquía en un estado deplorable, con la popularidad en caída libre.
Para mejorar la imagen de la familia real y renovar su imagen, Felipe y Letizia han optado por mantener un perfil bajo: la monarquía puede ser real, pero no es muy fastuosa. Por ello, Letizia se centró en el núcleo de la familia real: el Rey, la Reina y sus dos hijas. Se preocupó de subrayar la imagen de una familia sólida, tema central de su comunicación, como demuestran las fotos oficiales de celebración de su 20º aniversario de boda.
La pareja real también se ha inspirado en la monarquía belga a la hora de educar a sus hijas, las infantas Leonor y Sofía: educación universitaria y militar, con apariciones de la Princesa Heredera en el transcurso de los acontecimientos, para acostumbrar a los españoles a que es una princesa en formación.
Procedente de otro mundo de la realeza, Letizia aporta un toque de modernidad a la familia real. Lo que realmente le corresponde hoy en día es el mérito de que la educación de la futura Reina de España, principalmente la Infanta Leonor, se haya llevado a cabo de una forma moderna, lo que no ocurría en generaciones anteriores.
Con una popularidad creciente en el país, incluso entre los jóvenes más recelosos de la realeza, es ahora el futuro de la monarquía española, más que Letizia. En resumen, la Reina Letizia, junto con Felipe, ha reinventado la monarquía española, y Leonor I la está reinventando.