La Casa del Rey hará públicos a principios de esta semana los nombramientos de las dos nuevas altos cargos de la Jefatura del Estado: Mercedes Araújo, como secretaria general de Felipe VI, y Carmen Castiella como consejera diplomática, y que se suman este año al de María Ocaña como actual secretaria de la Reina. Unos fichajes que se comprenden dentro del plan de regeneración de Felipe VI, en el que prima un perfil técnico y diversificación de sexos a la hora de elegir currículum.
Sin embargo, hay un nombre que las precede, el de la primera mujer en ocupar un cargo equivalente al de director general dentro de la Institución. Asunción Valdés durante una década (1993-2003) fue la directora de comunicación de la Casa y, además, también fue lo fue en comunicación, al erigirse como la primera directora de un telediario, en TVE.
Ha sido la primera mujer en dirigir un telediario y también en ser directora de comunicación de Zarzuela. ¿Se considera una pionera en nuestro país?
En aquel momento no tenía esa consciencia, pero si he podido poner un granito de arena en el camino hacia la igualdad me siento muy afortunada y agradecida a las personas que confiaron en mí.
¿En no tener esa consciencia influye el hecho de que en aquel entonces los partidos no hacían campaña con el feminismo?
No era mi objetivo. Lo normal para mí era, tras mis estudios, trabajar en lo que me gustaba. Y me parecía una responsabilidad y una consecuencia lógica. Yo no tenía en mente que estaba luchando por unos derechos, sino que con responsabilidad y sentido del deber tenía que llegar ese resultado.
No muchas llegaban.
Yo quiero rendir homenaje a las mujeres que son capaces de crear una familia, trabajar y conseguir metas importantes. En mi caso lo hice al revés, cuando había conseguido muchas cosas en el ámbito profesional me casé. Seguramente, el hecho de no tener obligación familiar me ayudó a conseguir esas metas.
Fue dircom de la Casa desde 1993 hasta 2003. ¿Cómo vivió su nombramiento?
Fue una gran sorpresa. Tuve muy buena acogida entre los colegas de la profesión. Me hicieron entrevistas y recuerdo que dije: “Amo a España y a sus instituciones”. Y era la forma de llevarlo a la práctica. Yo había estudiado la carrera de Ciencias Políticas y también tenía una cierta curiosidad intelectual por comprobar en primera fila el funcionamiento de la Jefatura del Estado, llevar a la práctica lo que había estudiado en los libros. Me sentí muy agradecida por el privilegio de vivir en primera persona la historia de España.
¿Quién se puso en contacto con usted?
El entonces Secretario General de la Casa, Rafael Spottorno. El Jefe de la Casa era Fernando Almansa. Eran unos nombramientos recientes, también implicaban un gran cambio en la casa de Su Majestad el Rey. Don Juan Carlos nombraba por primera vez a personas más jóvenes que él y del sector civil. Antes eran siempre militares o guardias civiles. Y el mío se añadía a ese rejuvenecimiento. Don Juan Carlos fue muy avanzado e innovador: confió en una mujer y en una periodista.
Precisamente, se habla ahora de que al jubilarse los perfiles militares en Zarzuela se está apostando por un perfil más técnico. ¿Se reedita lo que usted vivió?
Es una gran novedad que el puesto de Segundo Jefe de la Casa recaiga ahora en una señora, pero los deseos de modernización en el resto se dieron ya hace 31 años. La Casa Real no es la Administración Nacional pero sí se pueden equiparar los cargos. Por ejemplo, el Jefe de la Casa tiene el rango de ministro. El secretario general, de secretario de Estado. Y el jefe de protocolo, de Seguridad, de la Secretaría de la Reina… tienen el nivel de director general. De tal manera que el nombramiento de una secretaria general es importantísimo. El proceso de renovación de Don Felipe es muy acertado.
¿Por qué pensaron en usted para el cargo?
Yo había estado destinada en Radio Nacional de España como corresponsal en Alemania y en Bélgica, y estaba en contacto con las embajadas. Ahí conocí a Rafael Spottorno, que estuvo de Jefe de Gabinete en el ministerio de Asuntos Exteriores. Yo dirigía la oficina del Parlamento europeo en España, y tenía experiencia en medios de comunicación. Asesoraron al Rey Juan Carlos, que tiene la competencia de nombrar al personal de su Casa según la Constitución, y aceptó.
¿Sintió alguna vez discriminación por ser mujer? ¿Cómo fue manejarse en un mundo de hombres?
En el organigrama de la Casa del Rey había muchos militares, y es magnífico trabajar con ellos. Gente educadísima y motivada al 100%. Nunca van a tener mala disposición para afrontar una tarea. No encontré para nada esa discriminación, al contrario. Atenciones, compañerismo y mucho respeto entre todos.
¿Corremos el riesgo de que la labor de Don Juan Carlos quede enterrada por las últimas informaciones?
El periodo de crecimiento y estabilidad más importante de la historia de España ha sido con el Rey Juan Carlos, y tuvo un papel clave para abrir el proceso de la Transición. Me gusta cómo el hispanista Charles Powell lo calificó: “el piloto del cambio”. Abrió el camino hacia la democracia y fue modelo para muchos países. Y puedo afirmar que la abdicación y retirarse a Abu Dhabi fue un servicio más a España. Él vio que las encuestas reflejaban un deterioro de la imagen por sus últimas actuaciones, y no quería perjudicar a la Institución. Además, con su salud tan mermada, no podía asumir la intensa agenda exterior de un Rey.
¿Cuál fue el momento más duro que vivió?
La etapa terrorista, los años de plomo. Sigo teniendo secuelas por el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. Cómo se movilizó toda España, cómo toda la Familia Real quería participar de aquella ola de rechazo a la violencia y ayudar. Cómo el Príncipe de Asturias fue al entierro y se involucró. Aquellas palabras: “De la violencia no puede salir nada”. Él, que tenía la misma edad que Miguel Ángel Blanco.
Además de la Transición, ¿qué otras aportaciones destacaría del reinado de Don Juan Carlos?
Toda la intensificación de relaciones con la Comunidad Iberoamericana, las iniciativas de las Cumbres, de la ruta Quetzal, todo fueron iniciativas del Rey Juan Carlos. Al Príncipe de Asturias, nada más terminar sus estudios, se le encomendó asistir a las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos. Fue un estrechamiento de relaciones y una proyección de España magnífica.
¿Cómo era la relación con los medios en aquel entonces?
Muy cordial, si bien también hubo críticas a la Corona. Pero cuando las hay es una manera de fortalecer su imagen, porque no podemos considerar que es intocable. Las personas pueden cometer errores y pasan, pero la Institución permanece. Hubo muchas críticas durante el periodo de los GAL, algunos periodistas decían que el Rey Juan Carlos estaba detrás. También hubo crisis con los fondos reservados, cómo se utilizaban en Zarzuela… Los fondos reservados tienen esa definición porque en todos los países es necesario que se utilice ese dinero. También hubo críticas hacia las amistades del Rey Juan Carlos. No había un pacto tácito de no criticar a la Corona, como se decía.
“Don Juan Carlos hablaba con los periodistas más críticos y explicaba sus razones”
Felipe VI, al llegar al Trono, lo primero que hizo fue trabajar sobre la transparencia de la Casa. ¿Se podría decir que en tiempos de Don Juan Carlos también la hubo?
Sí. Concedió mucha importancia a los medios informativos. Vivió el exilio de sus abuelos y de sus padres, y la Reina Sofía también lo vivió. Y esos años le abrieron la mente a los aires que se respiraban en los países europeos. Sabía que la democracia iba a llegar, y así actuó. Él hablaba personalmente con los periodistas más críticos y explicaba las razones. El contacto personal y el esfuerzo por la transparencia ayudan.
¿Qué futuro le augura a la Princesa Leonor?
Hablando de Igualdad, en el caso de la primogénita de los Reyes tenemos el ejemplo más estupendo de una heredera. En este caso, además, no ha habido que preferir al varón, puesto que los Reyes no tienen hijos. Y está llevando a cabo una trayectoria impecable en sus preparación y en sus estudios. Podemos confiar en una futura Reina magníficamente preparada. Ella nos pidió durante la jura de la Constitución que confiáramos en ella, tiene esa vocación de servicio y compromiso con los españoles.