Una victoria parlamentaria para Alberto Núñez Feijóo, una demostración más de división del Congreso de los Diputados al hablar de Venezuela. El Partido Popular, Vox y UPN han sumado en sus posiciones al PNV y a Coalición Canaria, aliados habituales del Gobierno que evidencian la fragilidad de sus costuras parlamentarias. A falta de que se celebre la votación, el miércoles, los partidos han visibilizado este martes sus diferencias sobre el reconocimiento de Edmundo González que promueve una proposición no de ley (PNL) del PP. Pero también que habrá al menos 177 votos a favor de considerarlo el presidente electo de Venezuela.
Junts, que apoyó la investidura de Pedro Sánchez, pero también ha dinamitado con sus 7 votos algunas de sus normas de mayor calado, no desveló sus cartas en el debate. Sí aprovechó para disparar contra PP y PSOE, para comparar la situación de los represaliados por el régimen de Nicolás Maduro con la que vivieron los defensores del procés en Cataluña -como después haría ERC-. “Hipocresía” y “cinismo”, acusó la diputada Marta Madrenas i Mir. “Represión del PP”, “connivencia” del PSOE, denunció. Y la situación de Carles Puigdemont esgrimida como prueba, entre acusaciones de “prevaricación” a los jueces que “se niegan a aplicar la amnistía”.
La situación de Venezuela, de nuevo, como telón de fondo para una batalla en la que pocos grupos hicieron prisioneros. Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del PP en la materia, reclamó reconocer la victoria de González como “imperativo estratégico”, ante la voluntad de Maduro de “imponer una mentira mediante la fuerza”. Su triunfo en los comicios del 28 de julio, según la conservadora, “es la verdad, y la verdad importa”. “Reconocer la victoria de González es tan urgente como defender a Ucrania”, dijo. “La dictadura alienta una guerra civil” y “los informes de la ONU describen un robo electoral a mano armada, pero el Gobierno arrastra los pies”, acusó.
No conceder este estatus a González, añadió Álvarez de Toledo, es “abandonarlo”, y “ni siquiera la izquierda tuerta”, que sólo ve dictadores de derechas”, “merece este descrédito”. “Rompen el consenso para reconocer al Estado de Palestina pero no para reconocer al presidente de Venezuela”, aseveró. En el camino, consideró “inaceptable” la enmienda planteada por el PSOE, y aprovechó para cargar contra la mediación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero: “Es de todo menos un mediador. Siempre ha utilizado el diálogo para dar cobertura a la dictadura. Invoca el bien para perpetuar el mal”.
El PSOE evitó nombrar a José Luis Rodríguez Zapatero desde la tribuna. Cristina Narbona, presidenta del partido, defendió que este Gobierno “ha hecho más que ningún otro por el pueblo venezolano, y por aquellos que combaten el régimen de Maduro”. Enarboló que ningún Ejecutivo europeo ha abogado por reconocer a González, y espetó al PP que la presencia del líder opositor en España “no es una victoria de Maduro”. Los 125.000 venezolanos que cuentan con el estatus de refugiados o asilados desde 2018 son la prueba de esta voluntad, argumentó, frente a los “125” que lo lograron durante el mandato de Mariano Rajoy.
“No instrumentalicen a los venezolanos”; “que los venezolanos no sean un ariete del PP contra todo lo que haga el Gobierno de Pedro Sánchez”; no generen “expectativas falsas”, exigió. “Usted no puede hacer creer que el simple reconocimiento” sirva como “varita mágica” que “haga desaparecer a Maduro”, apostilló.
Varias personas participan en una concentración convocada en la Plaza de las Cortes en Madrid para reivindicar la victoria de Edmundo González Urrutia.
Los socialistas no han desvelado el sentido de su voto, si bien han contemplado abstenerse e incluso aprobar alguno de los 9 puntos de la PNL del PP, si finalmente se vota por apartados -depende de los conservadores-.
La iniciativa del Congreso no es vinculante, y Narbona ha defendido que reclamarán en el seno de la UE “el análisis de consecuencias” que pueda tener el reconocimiento. Lo aprobará la mayoría este miércoles, pero el Gobierno no lo hará propio: lo compara con el de Juan Guaidó hace cinco años, que “no tuvo ninguna utilidad”.
Fue su socio de Gobierno, Sumar, quien defendió la labor de Zapatero, comparándola con la del Papa Francisco; quien censuró el “doble rasero hipócrita” del PP, y hasta las “lágrimas de cocodrilo” de su portavoz, “Miguel Tellado”, al hablar de Venezuela, “mientras se muestra impasible” ante las víctimas de Israel en Palestina. Criticó el “lenguaje pirómano” de las “derechas radicalizadas”, y les acusó de “intentar incendiar” Venezuela.
“El ultraderechista Edmundo González tiene que ser el presidente de Venezuela porque ustedes lo dicen”, rechazó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. “Dicen que la soberanía del pueblo es sagrada. Nos hubiera encantado a los catalanes saberlo el 1 de Octubre. Nos hubiéramos ahorrado un montón de hostias”. “¿Por qué el líder de la oposición de una dictadura chavista viene a exiliarse a otra dictadura chavista?”, ironizó. Eso, antes de cargar contra el PSOE por “dar cabida a toda la oposición ultra y golpista venezolana”, que “apoya a Trump y ha ido a actos de Vox”.
Santiago Abascal asiste a la concentración.
Javier Sánchez Serna, de Podemos, criticó que el PP apoye las sanciones “para asfixiar al pueblo” de Venezuela, y tildó a González de ser el “candidato de la extrema derecha”. “No vamos a sumarnos a la campaña de la derecha internacional, que busca que la Venezuela vuelva a arder”.
El papel del PNV
“Venezuela ha sido muchas veces utilizada”, advertía el portavoz del PNV, Aitor Esteban, al inicio de su intervención. Aludió a la “violencia inédita y generalizada”, los arrestos arbitrarios y las desapariciones, así como a las “bravatas de matón” de Maduro. Por una parte, el portavoz jetzale afirmó que el Gobierno “ha funcionado de manera correcta con este tema”, y por otra defendió que toca reconocer a González, porque es “lo que mayoritariamente quieren los venezolanos”.
Mencionó las actas que Maduro no presenta “porque tiene algo que ocultar”, y aprovechó para criticar la “visión de Bildu”. “Hubo una declaración inmediata esa misma noche de la victoria de Maduro y una felicitación por parte de Bildu”, apostilló, reclamando que acudieron como observadores electorales, y que ellos sí tuvieron acceso al país.
La mayoría de partidos advirtieron que sus rivales utilizarían Venezuela como arma arrojadiza, y pocos resistieron la ocasión de hacerlo. Entre medias, hubo gritos desde las bancadas, y algunas interrupciones. Francina Armengol, presidenta de la Cámara, llamó al orden al portavoz del PP, Tellado.
Desde la tribuna de invitados, los opositores venezolanos Leopoldo López, Antonio Ledesma, y Carolina González, hija del opositor venezolano, asistían a los intercambios dialécticos. Los invitados no pueden emitir expresiones de aprobación o rechazo, lo presenciaron en silencio. A las puertas del Congreso, cientos de venezolanos convocados por María Corina Machado se concentraban entre gritos de “¡Libertad!”. No hubo acercamiento de posturas, ni se espera que se produzca.
La concentración a las puertas del Congreso.