En el complejo panorama de la inmigración en España, un aspecto destacado es la marcada brecha de género entre los menores extranjeros no acompañados, conocidos vulgarmente como ‘menas‘. Al cierre de 2023, de los 15.045 menores acogidos en España, solo el 6% eran mujeres. Este dato revela una disparidad significativa, pero también plantea preguntas cruciales sobre las causas y las implicaciones de esta desigualdad.
La gran mayoría de los menores migrantes en España provienen de Marruecos. De hecho, representan el 67% del total. Les siguen ‘menas’ de Gambia (9%), Argelia (6%) y Senegal (4%). Esta predominancia masculina en el flujo migratorio de menores no acompañados hacia España refleja patrones culturales y socioeconómicos específicos de sus países de origen, donde los varones suelen tener mayores presiones y oportunidades para migrar en busca de mejores condiciones de vida.
Factores que contribuyen a la brecha de género en la inmigración
Varias razones explican por qué hay significativamente menos mujeres entre los menores migrantes. En muchas culturas, las familias tienden a proteger más a las niñas y mujeres jóvenes, debido a preocupaciones de seguridad y honor. Además, las rutas migratorias son extremadamente peligrosas, y los riesgos de violencia y explotación sexual son considerablemente altos para las mujeres. Estos factores disuaden a muchas familias de permitir que las niñas emprendan el peligroso viaje hacia Europa.
Un grupo de menores extranjeros, acompañados por voluntarios de la Cruz Roja, llegan a un albergue en Ceuta (EFE)
Otro aspecto a considerar es la economía. A menudo, las familias invierten sus escasos recursos en enviar a los hijos varones, quienes se perciben como futuros proveedores. Los varones también tienen más oportunidades de encontrar trabajo en los sectores informales y pueden soportar las duras condiciones de las rutas migratorias y los asentamientos temporales.
¿Cómo afecta esta desigualdad de género a los sistemas de acogida españoles de los menores migrantes?
La desproporción de género entre los menores migrantes tiene repercusiones significativas para los sistemas de acogida en España. La mayoría de los centros están preparados para atender a una población predominantemente masculina, lo que implica que las necesidades específicas de las pocas niñas y adolescentes pueden no recibir la misma atención especializada. Las niñas migrantes, a menudo más vulnerables, necesitan servicios de protección específicos, incluyendo asesoramiento psicológico y medidas de seguridad reforzadas para prevenir la explotación y el abuso. A fin de cuentas, dentro de la vulnerabilidad de los inmigrantes, las mujeres son un colectivo aún más vulnerable.