CASO BEGOÑA GÓMEZ

Bolaños intenta esquivar la malversación: “Todas las mujeres de presidente han tenido un asesor”

Ante el juez Peinado, sostiene que no tuvo nada que ver con la contratación de la asesora de Gómez aunque defiende que se realizó por los cauces legales

El objetivo de la jornada para el juez Juan Carlos Peinado era investigar si en la contratación de Cristina Álvarez, asesora de Begoña Gómez, hubo algún tipo de tejemaneje que pudiera suponer un delito de malversación de fondos públicos. Para ello, citó como testigo al máximo responsable de su contratación en 2018, a Félix Bolaños, entonces Secretario General de la Presidencia del Gobierno y, ahora, ministro de Justicia y Presidencia.

Dos horas y 20 minutos de declaración en las que un Bolaños “tranquilo” respondió a todas las preguntas y aportó toda la información que le requirió el juez, según fuentes presentes. Dijo que no conocía a Álvarez con anterioridad a su nombramiento y que tampoco fue su responsable directo ni su jefe. Pero aseguró que todo se hizo “por los cauces legales”. Preguntado por quién fue el responsable directo, el ministro tuvo que salir de la sala para conseguir información.

La declaración se alargó porque al comienzo del interrogatorio le mostraron la testifical de Alfredo González, entonces vicesecretario general de la Presidencia. González reconoció su firma en el contrato de Álvarez. Pero dijo a Peinado que no lo recordaba porque en esa etapa firmó “muchas propuestas de nombramiento de personal eventual”. Indicó que no conocía a Álvarez “ni a la inmensa mayoría de personas cuyo nombramiento tramitaba”. Eso sí, aseguró que su superior jerárquico era Bolaños. Razón suficiente para que Peinado quisiera citarle a declarar.

Según las fuentes consultadas por Artículo14, Bolaños defendió que la figura de asistente de la mujer de los presidentes del Gobierno ha existido toda la vida “porque las llaman, las invitan a actos y todo eso tiene que tener cierto control”.

Solo una asistente

Señaló, además, que la única diferencia entre Begoña Gómez y el resto de mujeres de presidentes del gobierno es que “ella solo ha tenido un asistente y el resto iba cambiando con el tiempo”.

El ministro sostuvo que el nombramiento de la asesora de Gómez se hizo conforme a la ley para la contratación de personal eventual, que se trata de un nombramiento y de un cese “libres”. Y añadió Bolaños que ni sabía ni tenía por qué saber de su designación ya que las competencias para tramitar esos contratos temporales las tenía Alfredo González.

La propia Álvarez, imputada en el caso, ya declaró ante Peinado que Gómez y ella eran amigas de antes: ” Me dijo que le habían comentado cuando llegó a Moncloa que podía tener una persona de confianza y de asesoramiento y que le gustaría que fuese yo, a lo cual le comenté que ok y empecé a trabajar el 16 de julio del 2018. Es un cargo de empleada pública que es eventual nivel 26, adscrito a la Presidencia del Gobierno”, reconoció en su declaración.

“Era un puesto de confianza, lo que había ocurrido siempre con otros gobiernos y otros presidentes. Yo mandé mi currículum al departamento de recursos humanos. No me realizaron ninguna entrevista, me llamó Begoña Gómez y le dije que sí. Me mandaron un papel amarillo que ponía que era un cargo de confianza (…) recibo una remuneración de 49.000 euros al año, brutos”, añadió Álvarez en la misma línea que han defendido después tanto González como Bolaños, los encargados de su nombramiento.

Una tarima en Moncloa

Hasta aquí el contenido de la diligencia de la jornada. Pero este miércoles también tenía relevancia el contexto. El hecho inédito de que sea el mismo juez que, por segunda vez en la historia de la democracia, se traslade al Palacio de la Moncloa a tomar declaración a un alto cargo del Gobierno. Ya lo hizo en julio con el jefe del Ejecutivo.

Además, las excentricidades de Peinado no han cesado hasta el momento de la declaración, cuando ha pedido una tarima para poder interrogar desde una superficie elevada al ministro, según comentan fuentes presentes.

Además, minutos antes de salir de los juzgados de Plaza Castilla, emitió una providencia rechazando que en el coche oficial que dispuso Moncloa para su traslado, viajara con él un Policía Nacional. Peinado solicitó este transporte porque dijo que cuando acudió a la testifical de Pedro Sánchez su seguridad corrió peligro por la expectación mediática.

Cabe recordar que aparte del coche oficial, movilizó a dos técnicos para recoger la declaración, dos coches para trasladar a la comitiva judicial, dos portátiles, seis micrófonos, un altavoz monitor, una cámara de video, un procesador de señal digital de audio, cableado necesario, un grabador de DVD ,discos DVD y un router de 5 HG.