El Gobierno y los presidentes autonómicos salen del Palacio de la Magdalena, en Santander, casi como entraron, sin sorpresas para nadie. La 27 Conferencia de Presidentes se saldó este viernes con un balance casi triunfalista del Ejecutivo ante las cámaras, vendiendo “grandes éxitos” en esta cita: “Salimos más contentos de lo que entramos”. El “espíritu” de esta cumbre no es tanto lograr acuerdos concretos, según Ángel Víctor Torres, sino “compartir el momento político” y dialogar con los territorios.
De hecho, el ministro de Administración Territorial y Memoria Democrática ha apuntado a la responsabilidad de los presidentes autonómicos del PP, críticos con la “muy decepcionante” cita, en palabras del líder del partido, Alberto Núñez Feijóo. En la rueda de prensa posterior a las comparecencias de todos los presidentes, Torres ha incidido en que la “posibilidad de elevar un acuerdo” para que sea sometido a votación es “de todos los miembros”, de la Conferencia, no sólo del Gobierno, y ha incidido en que no puede ser tildada de “fracaso”.
“Se ha hablado de lo que le interesa a la gente”; “Ha sido un espacio de colaboración y diálogo absolutamente necesario”, aseguró. Su lectura iba en la dirección contraria a la que han trasladado a Artículo14 fuentes del Gobierno, que reconocen que no se encauzado “nada”, ningún acuerdo”. “No es su objetivo”, excusaron otras fuentes del Ejecutivo.
La lectura del PP va en la estela de la que exteriorizó Feijóo en la red social X, y es rotunda: “No ha servido para nada”, sostienen desde uno de los territorios que gobiernan. “Ha sido una retahíla de monólogos que él [Sánchez] no contestaba”, aseguró un presidente autonómico. Una “profunda decepción”, en síntesis.
No ha habido pactos, pero sí se ha cumplido a rajatabla el escenario que pronosticó un barón territorial del PP a este diario: Sánchez se ha “sacado un conejo de la chistera”, en forma de anuncios, y la “tensión con Ayuso” ha marcado la cita desde el inicio hasta su discurso a puerta cerrada y su posterior comparecencia pública. La sorpresa la daba el presidente de Castilla-La Mancha, que se pasó de los 10 minutos convenidos en su intervención y fue interrumpido por el presidente del Gobierno, según fuentes presentes en la sala.
Emiliano García Page (PSOE) continuó hablando, y le reprochó los tres años transcurridos desde la última convocatoria. En abierto, ahondó en esa línea, reclamando un nuevo modelo de financiación acordado entre PSOE y PP. “Si no, sólo será el modelo que quieran Puigdemont y ERC”, afirmó.
Sánchez corta “abruptamente” a Page
El malestar de Sánchez, según un barón popular, fue evidente: “Le cortó abruptamente”, “hubo mucha tensión”. Por su parte, fuentes del Gobierno rebajan el grado de tensión entre ambos socialistas: “Para nada”. En su comparecencia ante los medios, Page bromeó al ser preguntado por el “ambiente” en la reunión: “Frío, muy frío. Hasta última hora no han puesto calefactores”. En una misma jornada, Ayuso y Page han exasperado a Sánchez, según varios de los presentes.
El Ejecutivo está más que acostumbrado a las críticas del presidente castellanomanchego, pero Page puso el dedo en la llaga. Tras la batalla iniciada por los territorios socialistas con el traspaso de competencias en materia de fiscalidad a Cataluña, Ferraz ha logrado sofocar el conato de rebelión. En su 41 Congreso Federal se aprobó un texto sobre el modelo de financiación autonómica que no despeja dudas y que satisface a todas las partes. “No dice nada, y por eso vale a todos”, como reconoce un dirigente socialista.
Sánchez ya esperaba los dardos de los presidentes del PP sobre esta materia, que Torres despejaba recordando que “no hay postura común de quienes tienen color político semejante”, en referencia a que tampoco el PP tiene un modelo de financiación consensuado entre los territorios. Con estos mimbres entre ellos, dijo, “es complicado” que haya un pacto entre las 17 comunidades autónomas. Cada uno apuesta por dar más relevancia a distintos criterios a la hora de establecer un nuevo modelo, más de 10 años después de caducar el anterior, y el jefe del Ejecutivo lo sabe.
Los anuncios del presidente: condonación de deuda y fondos europeos para Valencia
Es cierto que no ha habido ningún acuerdo, pero sí se han planteado varias propuestas: Sánchez ha anunciado la convocatoria de una Conferencia de Política Fiscal y Financiera, en enero, en la que promete a abordar la condonación de parte de la deuda (por concretar) de cada una de las comunidades autónomas. Se trata de una promesa conocida, inicialmente contraída con Cataluña y después trasladada al resto de territorios, y planea abordar en escasas semanas.
También ha apostado por reprogramar los fondos europeos para favorecer con una “línea adicional de ayuda” a la Comunidad Valenciana, ante la destrucción generada por la DANA. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, rechaza esta vía. A su vez, el Gobierno reclama pactar la ley del suelo -ya tuvo que retirar su propuesta en el Congreso de los Diputados por la falta de apoyos-, y que se aplique la ley de vivienda. El grueso de comunidades autónomas del PP le piden exactamente lo contrario: que derogue esta norma.
Además, el Ejecutivo ha comprometido 223 millones en transferencias extraordinarias a las comunidades para desarrollar “nuevas soluciones sanitarias basadas en inteligencia artificial”, así como otras inyecciones económicas para crear plazas para profesiones sanitarias, siempre que los territorios asuman parte de la factura.
Por otro lado, Sánchez ha vuelto a presionar al PP para que se sume a la modificación del artículo 35 de la ley de extranjería, para establecer cupos obligatorios de reparto de menores migrantes entre los distintos territorios. El Ejecutivo cuenta con un plan ‘b’, que pasaría por sumar los votos de Junts en el Congreso, pero insiste en que quienes deben “dar explicaciones” son los que votan en contra de esta modificación.
La novedad es la fórmula planteada por Euskadi y Canarias, que reclaman un real decreto a Sánchez para establecer “un reparto equitativo, equilibrado, solidario y justo”. “Hoy aparece otra fórmula que tenemos que ver cómo madura”, despachó Torres.
Ante las críticas de los presidentes del PP, Torres reconoció que el reglamento de la conferencia de presidentes contempla “la posibilidad” de incluir “acuerdos o recomendaciones”, pero consideró que “no es lo más importante” en estas reuniones. “No tiene nada que ver la Conferencia de Presidentes con otros estamentos, instituciones u otros órganos colegiados”, insistió. De hecho, presumió de haber estado presente -hasta hoy, como presidente de Canarias- en 21 de las 27 Conferencias celebradas hasta la fecha. “No recuerdo que hubiera acuerdos”. “Sí creo, como ha dicho [Salvador] Illa, que es un éxito”.
En lo que sí coinciden Torres y otras voces del Gobierno consultadas es que en general se han guardado las formas, que se ha intervenido “con educación y máximo respeto”, según el ministro. Pero, en lo que toca a Ayuso, ha pedido que aclare el significado de sus palabras en su comparecencia pública: “Yo no las he acabado de entender”. E incluso le ha reprochado que fuera la única presidenta autonómica que no aceptó acudir a Moncloa, en el marco de la última ronda de reuniones bilaterales de Sánchez con los presidentes autonómicos.
Ayuso, “fiel a sí misma”
Como se esperaba, la presidenta de Madrid ha arremetido contra Sánchez, acusándole de querer “cambiar el modelo” para pasar de un Estado de las autonomías a uno “federal”, a raíz del pacto entre el PSC y ERC sobre la fiscalidad catalana. “Pues lo llevamos a unas elecciones”, retó.
También rechazó tajantemente la propuesta de condonar parte de la deuda de las comunidades autónomas, exceptuando la valenciana. La tensión con Sánchez era visible desde su saludo, a las puertas del palacio de La Magdalena. “Con la condonación de la deuda de Valencia se llevó el titular”, reconocen fuentes territoriales del PP. Según fuentes del Gobierno, ha estado “muy desubicada”, “como viene siendo habitual”. “Fiel a sí misma”, apostillaron.
Fue objeto de los dardos de Salvador Illa, que rechazó lecciones “de quien practica insolidaridad fiscal”, y según distintas fuentes mantuvo una actitud “distinta” a la del resto de presidentes del PP, como el andaluz, Juanma Moreno. “El resto han hecho críticas, incluido Page, sobre el formato” y sobre los contenidos, pero “con medidas, propuestas, y cierta intención de trabajo”, abundan.
Las críticas del PP al acuerdo fiscal para Cataluña han sido unánimes desde el primer minuto, ya en boca de la presidenta cántabra y anfitriona, María José Sáenz de Buruaga. Alguno de ellos se ha mostrado en contra de la quita de deuda fuera de cámara. Todos han planteado algunas recetas propias para sus territorios. Y muchos han dado por hecho que caerían en saco roto.
Por otro lado, la cumbre ha estado marcada por los símbolos: la conversación de Sánchez con el Rey, Felipe VI, la foto de familia de unidad de todos los presidentes autonómicos con buena parte del Gobierno… Por un día, y pese a tener enfrente a los 13 máximos representantes del poder territorial del PP, Sánchez se ha alejado de las críticas diarias por los frentes judiciales abiertos. Volverá a escucharlas en cuestión de horas, tras una cumbre en la que nadie puede vender un solo avance concreto. Tampoco lo esperaban.