Ambos son del Partido Popular y, también, presidentes autonómicos de dos de las comunidades autónomas más importantes de España, las joyas de la corona en lo que a poder territorial se refiere. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid desde 2019; y Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía desde el mismo año. Primero tuvieron que pactar, ahora gobiernan por mayoría absoluta. En lo que difieren es en su discurso, en la forma de entender la política.
Alberto Núñez Feijóo se siente más identificado con Moreno que con Ayuso, aunque desde su llegada a Madrid haya endurecido su discurso. En todo caso, desde que accedió a la séptima planta de Génova13, ha reivindicado la autonomía de sus barones, en contraste con una posición más controladora de la anterior dirección. “Feijóo siempre ha defendido la independencia de los presidentes autonómicos, la misma independencia que él reclamaba cuando era presidente de la Xunta”, argumentan fuentes de su equipo.
Tras el balance que hizo la semana pasada, el jefe de la oposición cedió a sus barones todo el protagonismo en este comienzo de año, llegando a difundir sus intervenciones de Año Nuevo a través de las redes sociales. Y, de nuevo, Ayuso acaparó el mayor número de titulares, aunque en el propio PP son cada vez más los dirigentes que se fijan en Juanma Moreno, en qué dice y en cómo lo dice. “No somos una secta. No hay opiniones monolíticas”, destacan en Génova, reconociendo que sus discursos son sustancialmente distintos.
Tal y como avanzó este periódico, la estrategia de Ayuso de cara a 2025 será mantener la guerra sin cuartel contra el presidente del Gobierno, como forma también de neutralizar a Vox. Y lo cierto es que Ayuso ya ha aprovechado su primera oportunidad para lanzar, de nuevo, dardos contra el Ejecutivo. La presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó su discurso de año nuevo para atacar a Pedro Sánchez. Aunque eso sí, sin llegar a nombrarle expresamente.
Desde el hospital Isabel Zendal, centro de todas las polémicas durante la pandemia, Ayuso defendió su gestión mientras dejaba claro que no permitirá “la impunidad, ni callar ante el abuso, ni el totalitarismo en cualquiera de sus formas”. Un mensaje velado hacia Moncloa, a la se dirigió también de forma implícita cuando afirmó que, como presidenta de la Comunidad de Madrid, defenderá sus “competencias y la autonomía fiscal” de la capital.
Concretamente 700 kilómetros más al sur, en el Puerto de Algeciras, se dirigía a los andaluces Juanma Moreno. Lejos también queda su discurso político, muy diferente en forma y contenido al de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Moreno se mostró orgulloso del buen ritmo de la economía andaluza y volvió a ofrecer su ayuda al Gobierno central en las negociaciones sobre Gibraltar tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea. También pidió no mirar para otro lado ante el drama de la migración, con el Ejecutivo y el PP incapaz de llegar a un pacto de Estado.
Como “mi presidente” se refirió recientemente a Sánchez. No es la primera vez que el líder del Partido Popular de Andalucía se distancia de la política “virulenta” y “de bloques” de Madrid. Moreno utilizó su discurso para sacar pecho de una gestión “moderada”, frente al “ruido político” que hay en otros puntos del mapa, especialmente en la capital.
El objetivo del presidente es mantener a Andalucía “alejada del ruido y la mentira que cada día inunda más el debate político” reivindicando el diálogo, incluido con el Ejecutivo, como único camino “posible para avanzar”. Postura, por tanto, muy distinta a la de Ayuso, que llegó a dar plantón al presidente del Gobierno en la ronda de contactos que mantuvo Sánchez con los presidentes autonómicos.
El andaluz ya había intentado diferenciarse de la política de su compañera. “De lo que más orgulloso me siento es de que a Andalucía no han llegado las virulencias, las formas que se ven en otros espacios, especialmente en Madrid, esa confrontación, esos bloques, ese nivel de tensión que se vive allí”, dijo el presidente poco antes de concluir el año en una entrevista en la Cadena SER.
Las declaraciones del andaluz no tardaron en resonar en Sol, que tardó menos de 24 horas en responder a su compañero de partido. En palabras de Alfonso Serrano, secretario general del PP madrileño y senador, si hay crispación en Madrid es porque “atacan a Ayuso desde Moncloa” y desde Sol, apunta, se defienden.
La relación con Junts
Tal y como avanzó este periódico, en Génova son conscientes de los recelos que despierta el acercamiento del Partido Popular a Junts. Hasta ahora, lo cierto es que desde la dirección nacional del PP intentan defenderlos y diferenciarlos. Defenderlos porque los beneficios de este acercamiento son claros: gracias a él, el PP ha logrado salir de su aislamiento parlamentario y ha permitido que Feijóo comience 2025 acumulando cada vez más victorias parlamentarias contra el Ejecutivo. Y diferenciarlos porque desde Génova consideran que su acercamiento con el partido de Puigdemont son “acuerdos puntuales y no a cualquier precio”. “No como los del presidente del Gobierno”, apuntan desde la dirección del partido.
Este es, precisamente, uno de los temas en los que ambos presidentes autonómicos tampoco se ponen de acuerdo. A la presidenta de la Comunidad de Madrid no le gustan estos pactos y no oculta su malestar: “Ya saben lo que pienso”, afirmó Ayuso en una rueda de prensa reciente. No opina lo mismo el presidente de la Junta, que sí aboga por normalizar relaciones con Junts siempre y cuando esos acuerdos beneficien a los españoles.
Dos estilos dentro de un mismo partido. “Compatibles”, enfatizan las fuentes consultadas en Génova, aunque en privado reconocen que es Ayuso quien pone en más aprietos a la dirección nacional. “Aquí primero opina ella y luego ya vamos el resto”, comenta en privado un barón territorial. Desde hace tiempo, Moreno se negó a ser “comentarista” de sus palabras.