Su camino hacia la presidencia de la Comunidad de Madrid no fue sencillo. Su primera candidatura a las elecciones, auspiciada por su después enemigo Pablo Casado, no fue la más votada y tuvo que pactar con Ciudadanos el primer gobierno multicolor de la región. Era verano de 2019 y su perfil, aún polémico, era más bien modesto. Todo cambió con el COVID, levantando pasiones y críticas encendidas. Aunque con un aval indiscutible: el de las urnas.
En pandemia, Ayuso forjó su liderazgo. Sus políticas, abiertas y flexibles en comparación con el resto de territorios le sirvieron para marcar paso firme contra Pedro Sánchez. Desde entonces, su choque con el presidente del Gobierno ha sido constante, permanente. Y ha sido esta retórica “antisanchista”, reconocen desde su equipo, lo que le ha permitido convertirse en una de las figuras más populares del panorama político español. “La gestión exitosa de la Comunidad de Madrid puso aun más en evidencia la insolvencia de Sánchez”, destacan.
La crisis sanitaria, sin embargo, se ha convertido también en el talón de Aquiles de la presidenta. Al menos, así lo denuncia con insistencia la oposición. La Comunidad de Madrid, epicentro de la pandemia en España, registró una de las tasas de mortalidad más altas, y los siete mil fallecidos en residencias de mayores se han convertido en uno de los episodios más dolorosos de su mandato.
Tanto, que el quinto aniversario del COVID se celebró ayer en la Asamblea de Madrid con más bronca y crispación. La oposición recordó a Ayuso el número de fallecidos durante la pandemia y esta les respondió acusándoles de “retorcer el dolor de las víctimas” y les recomendó “tener más humanidad”.
Otro de los grandes puntos de conflicto durante su gobierno fue la gestión del Hospital Isabel Zendal. Este centro, inaugurado en tiempo récord y con una inversión multimillonaria, se convirtió en un símbolo de la respuesta de Madrid al COVID-19. Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar: desde el alto coste de la infraestructura hasta las dudas sobre su eficacia. A pesar de las controversias, Ayuso defendió el hospital como un “elemento clave” en la lucha contra la pandemia, y en la actualidad, sigue siendo uno de sus grandes estandartes.
Las urnas avalaron su gestión en la pandemia. Su relación con los naranjas, y en especial con su vicepresidente Ignacio Aguado, nunca terminó de cuajar. Tan evidentes eran las diferencias entre los socios, que en marzo de 2021, Ayuso tomó la decisión de convocar elecciones anticipadas. El movimiento, aunque “arriesgado”, era la única opción, según su equipo. “La deslealtad del socio de Gobierno era permanente”. La maniobra dio sus frutos, y Ayuso consiguió su primera mayoría absoluta; la misma que revalidaría en 2023, cuando, de nuevo por anticipadas, consiguió un total de 70 escaños.
Sin rival a la vista
Isabel Díaz Ayuso no solo ha consolidado su liderazgo en la Comunidad de Madrid, sino que es un referente dentro del PP a nivel nacional, más aún tras la caída de Casado. Su estrategia política, diseñada junto a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, ha demostrado ser efectiva tanto en las urnas como en su capacidad para neutralizar a la oposición. Mientras otros líderes autonómicos del PP han visto crecer a Vox como alternativa, la presidenta madrileña sigue manteniendo su mayoría absoluta.
La comparación con la Comunidad Valenciana es inevitable. Allí, el crecimiento de Vox, impulsado por la gestión de la DANA y las tensiones internas con el PP, ha puesto en jaque la estabilidad del Gobierno de Carlos Mazón. En Madrid, sin embargo, Ayuso ha logrado contener a la ultraderecha y reducir su papel a la irrelevancia parlamentaria. “La clave está en ser un gobierno solvente. Cumplir lo que se promete”, resumen fuentes populares.
Sus resultados electorales también han desdibujado a un PSOE madrileño en crisis permanente. El último en sucumbir fue Juan Lobato, que no logró consolidar un liderazgo sólido y terminó abandonando la secretaría general del partido. En el entorno de Ayuso atribuyen su éxito a una cuestión sencilla: “Lo que la hace diferente es que tiene un proyecto”, explican fuentes de Sol. “La estrategia de Ayuso se basa en el éxito de sus medidas”, afirman desde el Ejecutivo autonómico.
¿Recelos con Génova?
Su popularidad, dentro y fuera de la capital, le ha servido incluso para opacar al líder de la formación, Alberto Núñez Feijóo. Sin embargo, a pesar de que la relación entre Ayuso y la dirección nacional del partido siempre haya sido objeto de especulación, desde Sol unos, y desde Génova otros, evitan alimentar cualquier tipo de choque interno. “Ayuso lleva diciendo lo mismo seis años. Siempre ha sido clara independientemente de quien esté al frente del partido”, señalan desde su equipo.
Tampoco los problemas judiciales que afectan a la pareja de la presidenta, Alberto González Amador, han mermado su popularidad, al menos con los sondeos en la mano. Desde el entorno de Ayuso hablan de un “ataque personal” y vuelven a atacar a Sánchez. “Tiene una obsesión personal con Ayuso porque retrata perfectamente su desguace de España”.
Salvo adelanto electoral, Ayuso volverá a testar la confianza de los madrileños en 2027. Y en su equipo no temen a las urnas. “Será otra absoluta”.