Ayuso sacude al PP: “Se ha quedado sola”

No irá el viernes a Moncloa pero sí a la conferencia de presidentes. Su decisión provoca malestar en sectores del PP porque creen que debilita a Feijóo

El huracán Ayuso vuelve a agitar las aguas en el Partido Popular. Su decisión de dar plantón a Pedro Sánchez ha sacudido a los mandos de la formación, que airean las críticas en privado y cierran filas en público. Al menos, desde la dirección nacional, se ponen del lado de la presidenta madrileña. No obstante, también disienten con elegancia, conscientes de que su giro de guion pone contra las cuerdas a Alberto Núñez Feijóo, siempre partidario de preservar un mínimo de institucionalidad. “Yo hubiera ido”, apuntó Borja Sémper, portavoz del partido, en los micrófonos de Antena 3, después de defenderla.

A juicio de algunos barones territoriales, a Ayuso se le ha ido de las manos el desplante. “Se ha quedado sola”, señala uno de ellos en declaraciones a Artículo14, que recuerda que, tal y como pidió el propio líder del partido hace tiempo, el resto de compañeros sí que han acudido o acudirán al Palacio de la Moncloa. Todos tienen, o tendrán, la foto en las escalinatas del complejo presidencial, salvo ella. “Si te llama el presidente del Gobierno de tu país, tienes que ir”, opina el citado barón. “Porque no está representando sus intereses personales, sino los de su comunidad”.

El desplante de Ayuso se produce en mitad de una escalada inusitada entre el Ejecutivo autonómico y el central. Si bien la rivalidad entre ambas administraciones viene de lejos, la situación actual es prácticamente bélica. “Ella llama a su mujer a la Asamblea, él utiliza los recursos del Estado contra el novio”, describe un diputado nacional del PP, que califica la gresca como “un sinsentido”.

Aunque la sangre no llegará al río. Porque la presidenta madrileña sí que acudirá a la Conferencia de Presidentes en diciembre, una convocatoria que lleva meses reclamando, incluso por la vía judicial. Desde el principio, ella siempre ha defendido que ese debe ser el marco donde se aborden las cuestiones que afectan a todos, como la financiación autonómica. Y no en encuentros bilaterales.

El pasado viernes, el jefe de gabinete de Sánchez se puso en contacto con el de Ayuso, que esperó hasta este lunes para darle una respuesta. Entremedias, el Gobierno no ha cejado en sus ataques hacia la dirigente madrileña. El propio Sánchez y buena parte de sus ministros han pedido en los últimos días su dimisión, después de llamarla “corrupta” y tildar a su pareja de “delincuente”. Todo ello, a pesar de que sobre Ayuso no pesa ninguna investigación judicial, cosa que sí ocurre con la mujer de Sánchez, y de que quien está imputado en el Tribunal Supremo por revelar secretos sobre la situación procesal del novio de Ayuso es el Fiscal General del Estado.

Con el pretexto de la retahíla de ofensas que le han propinado en estos días Sánchez y sus ministros, Ayuso ha declinado ir a la reunión que le ofrecía el jefe del Ejecutivo. También se ha escudado en la negociación del cupo con Cataluña. En realidad, venía recelando de este encuentro desde el principio. A finales de verano, cuando Moncloa, a fin de neutralizar las críticas por las cesiones al independentismo, manifestó su intención de iniciar una ronda de encuentros con los presidentes autonómicos, ella fue la única de su partido que elevó la voz y pidió a sus colegas no acudir. Pero ninguno obedeció y acabó imponiendo el criterio el propio Feijóo. “Nos pidió que fuéramos”, admite otro barón con mando en plaza.

Descartada Ayuso en la ronda, los siguientes en ir serán, el mismo viernes, las presidentas de Baleares y Extremadura, Marga Prohens y María Guardiola, y el 22 de noviembre los presidentes de Ceuta, Melilla y Castilla y León, Juan Jesús Vivas, Javier Imbroda y Alfonso Fernández-Mañueco respectivamente.

La excepción será Díaz Ayuso, que telefoneó este domingo a Feijóo y le explicó “sus motivaciones” para dar un portazo a Sánchez. El presidente popular, aseguran en su equipo, se mostró comprensivo y avaló la decisión. Aún así, en sus filas hay malestar con el golpe de efecto. Una vez más, Ayuso opaca a todos los mandos de la formación y marca un perfil propio, lo que le permite ganar adeptos entre los nichos más conservadores pero, a su vez, da lugar a una interpretación de que Feijóo y el resto de barones son “más dóciles con Sánchez”. Además, la disputa desvía la atención de los escándalos que cercan a Sánchez, que atraviesa su peor momento político desde que se hizo con el poder.