DESDE GÉNOVA 13

Ayuso lastra la estrategia de moderación de Feijóo

La baronesa pone límites al gallego en la renovación del CGPJ e incómoda a la dirección nacional con medalla a Milei

Lo ha vuelto a hacer. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha roto por completo la estrategia hacia la “moderación” que pretende su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo. Y lo ha hecho de la mano de alguien (casi) tan incontrolable como ella, el presidente argentino, Javier Milei. Un ‘win win’ para Ayuso: provoca al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y, además, roba la foto al líder de VOX, Santiago Abascal, que hasta ahora capitalizaba su amistad con Milei. Una pinza perfecta para los detractores de Sánchez, pero no para Feijóo. El líder del PP en esta jugada no puntuó.

La realidad es que -tras las elecciones europeas celebradas hace justo dos semanas- el presidente del PP reiteró su hoja de ruta ante el Comité Ejecutivo de su partido, en el que estaban presentes los barones autonómicos, incluida Ayuso. En esa reunión, Feijóo insistió en que el camino era “la moderación y la centralidad” para llegar al poder. Desde la dirección nacional apelaban a no mirar a los extremos: “No tenemos que mirar a VOX y mucho menos a Alvise Pérez”, decían desde la cúpula nacional del PP. Ayuso no mira a los extremos, los condecora.

Así, hace 48 horas que la presidenta madrileña entregó la medalla Internacional de la Comunidad de Madrid al presidente de la República Argentina. Esa medalla, según fuentes del Gobierno de la CAM, es un “reconocimiento a los vínculos históricos, culturales, lingüísticos y económicos que unen la región con el país hispanoamericano”. Ayuso se la dio tras un encuentro entre ambos en la sede del Gobierno regional. Una reunión que desde la Moncloa calificaron de “profunda deslealtad” por el choque que mantienen desde hace un mes con el mandatario argentino.

Génova, incomodidad

En este punto cabe recordar el origen de la mala relación entre el Gobierno de España y Milei. Es cierto que nadie del Ejecutivo acudió a la toma de posesión del líder argentino el pasado mes de diciembre, pero fue el 4 de mayo cuando se desató la tormenta. Ese día, el ministro de Transportes, Óscar Puente, acusaba a Milei de haber “ingerido sustancias”: “Os acordáis cuando salió no sé en qué estado previo a la ingesta o después de la ingesta de no sé qué sustancias”, declaró el ministro en una mesa redonda durante un acto del PSOE en Salamanca. Es decir, acusaba a Milei de consumir drogas.

La respuesta del argentino no tardó en llegar y su venganza se materializó (quince días después) durante la celebración del acto de VOX del pasado 18 de mayo en Madrid. En esa cumbre de la extrema derecha mundial -con líderes internacionales de ultraderecha y todas las cámaras enfocando- Milei puso el foco en la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, llamándola “corrupta”. El choque diplomático explosionó.

En este sentido, la dirección nacional del PP -tras horas largas en Génova y varios bandazos de argumentario- afeó la actuación de Milei y su comportamiento. Así, el vicesecretario institucional del partido, Esteban González Pons, criticó que el argentino se hubiese “entrometido en la política nacional” y calificó de “espectáculo chocante” el show de Milei en el acto de VOX.

Durante este último mes ha existido un ‘tira y afloja’ por parte de ambos ejecutivos, con un Milei que ha propiciado descalificativos constantes contra Sánchez y sus ministros. De ahí que Moncloa califique de “deslealtad” la condecoración que ha otorgado Ayuso a Milei.

El acto en Sol ha incomodado en la cúpula nacional, hasta el punto de desmarcarse y dejar claro que en “ningún momento en la agenda de Feijóo estaba previsto ver a Milei durante su estancia en Madrid”, según fuentes populares. No se les ha visto particularmente entusiasmados y han sido bastante escuetos al pronunciarse sobre el tema: “Es mejor condecorar a los líderes internacionales que insultarles”, decían desde la sede nacional. Todos sabemos que si el líder el PP hubiese querido una foto con Milei la hubiese tenido. Pero es que Milei representa lo que Feijóo aborrece en política: el histrionismo puro y la ausencia de límites.

Tensión por el CGPJ

Coincidencia o no, desde que conocimos que Milei iba a ser recibido por Ayuso, no se ha visto a Feijóo en actos públicos con prensa. Con lo bien que había empezado la semana para el líder PP: con los medios de comunicación enfocados en la posible renovación del Consejo General del Poder Judicial y Feijóo, logrando que la opinión pública crea en sus buenas intenciones para que dicho acontecimiento se produzca por fin.

Lo cierto es que, tras las elecciones europeas, los contactos entre el Ejecutivo y Génova se han retomado y algo se ha empezado a mover. La renovación del CGPJ parece más factible tras más de 5 años de bloqueo y con el órgano judicial agonizando. En este sentido, Núñez Feijóo mostraba así su predisposición: “Lo vamos a intentar (el acuerdo). Si Sánchez no quiere romperlo como lo rompió la otra vez, lo vamos a intentar”, incidía antes de entrar en la sesión de control al Gobierno en el pleno del Congreso de esta semana.

Solo tres horas más tarde, Ayuso ofrecía una rueda de prensa para hacer balance de su año de legislatura y, de paso, aprovechar para hacer un marcaje en toda regla. Preguntada, precisamente, por la renovación del CGPJ, la presidenta, sentenció: “Yo ya he trasladado mi opinión a la dirección de mi partido(…) Si no se cambia el sistema de elección de los jueces, va a ser un auténtico desastre, el PSOE engañará nuevamente. Sería la estocada final”, alertó Ayuso, dejando claro que, en su opinión, la reforma de la ley de elección de los jueces debe producirse antes de la renovación de los órganos. Una línea roja que Génova ya ha dejado atrás.

Pero, en esta ocasión, no es Ayuso la única que piensa así. Otros barones autonómicos comparten la idea de que “Sánchez pretende engañar a Feijóo con la renovación” y esperan que sea el presidente del Gobierno quien haga “una maniobra que haga inviable la renovación”, explican líderes territoriales.

Miembros del partido creen que las bases y sus votantes necesitarían una “explicación muy convincente” si se produce dicho acuerdo. Esta misma semana, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, lo expresaba así de nítido: “Hasta que no consigamos que sean los jueces los que elijan a los jueces, con un presidente de Gobierno que no esconde sus deseos de someter la judicatura a sus designios partidistas, es imposible y extremadamente peligroso entrar en una renovación del Poder Judicial”, alertaba.

Si hay renovación o no solo lo veremos con el paso de los días. La realidad es que -con presiones internas o sin ellas- el responsable del acuerdo o del bloqueo será el líder del PP. Haga lo que haga recibirá críticas y no tendrá el consenso íntegro del partido. El presidente popular lo sabe y tiene que decidir si pone fin a más de un lustro de bloqueo en el órgano de los jueces y aguanta el posible chaparrón interno o no. Es el gran dilema de Feijóo.