Ni si quiera esperó a que Alberto Núñez Feijóo subiera a tribuna del Congreso a lanzar su rechazo final a la ley de amnistía. Isabel Díaz Ayuso, a primera hora de la mañana, desvelaba el plan del PP para seguir combatiendo la norma: todas las comunidades autónomas populares acudirán al Constitucional para presentar un recurso. Eso sí, Ayuso añadía: “Bajo la iniciativa de Feijóo vamos a dar la batalla”. Y hablaba en plural: “No podemos tolerar que haya dirigentes que no sean sometidos a la ley”.
El anuncio de la líder madrileña aceleró la maquinaria en el PP nacional y de Madrid para dejar claro que la estrategia estaba consensuada: “Saldrán en cascada en más comunidades autónomas”, destacaba Génova. “La estrategia es nacional”, afirmaban desde Sol. Aún así, el desconcierto en las filas populares ya se había desatado. Había cargos del PP que desconocían que iba a ser Ayuso la que ejerciera de portavoz del plan. Algunos barones lo tildaban de inusual. “Lo lógico es que hubiera salido de Génova”, admitía el entorno de un barón territorial en declaraciones a Artículo14.
Tras Ayuso, y después de que Génova enfatizara que todo estaba coordinado, los presidentes autonómicos del PP se lanzaron al no por uno a anunciar sus recursos de inconstitucionalidad. Juanma Moreno era el siguiente: “Es un despropósito. El Gobierno de Andalucía presentará un recurso de inconstitucionalidad para intentar frenar este desafío”, aseveró. También Fernando López Miras: “Hoy es un día negro para España, pero lo pararemos en los tribunales”, decía el presidente de la Región de Murcia. Así uno detrás de otro.
Las incertidumbres en Génova
En Génova fueron los últimos. Desde la dirección nacional además evitaron aclarar cuándo presentarán su recurso. Son conscientes de que el Tribunal Constitucional ahora tiene mayoría progresista y que puede salirles mal la jugada si los magistrados dan por constitucional la norma. Por eso, centrarán sus esperanzas en recurrir la ley ante Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según las fuentes consultadas.
El hecho de que Ayuso fuera la primera en reaccionar sirvió al Gobierno para intentar minar el liderazgo de Feijóo. “Los más ultras del PP marcan el paso”, decía el ministro de presidencia, Félix Bolaños. Yolanda Díaz iba más allá. En X pronosticaba que las próximas elecciones europeas serán la fecha de caducidad de Alberto Núñez Feijóo: “Algunos en el PP también lo creen y ya han decidido tomar las riendas del partido”, sentenciaba Díaz.
El PP aspira a lograr un impulso demoscópico en la recta final de la campaña de las europeas centrando su estrategia en el caso de Begoña Gómez y la oposición a la ley de Amnistía. El día de la aprobación definitiva de la ley era clave para marcar línea dura contra la Amnistía. Pero este jueves, Feijóo desde la tribuna evitaba ser quien anunciara la ofensiva judicial de Génova contra la medida de gracia a los líderes independentistas. Entonces, Ayuso ya copaba los titulares.
Ni si quiera pudo confrontar con Sánchez, que llegó al Hemiciclo minutos más tarde y dejó su turno de palabra a Artemi Rallo, un diputado socialista de perfil de bajo. Feijóo llamó cobarde a Sánchez por no querer comparecer y tildó de corrupción política la aprobación de la ley.