La Opinión

Ay, Llorona, ay Llorona

Desde su invención ERC lleva el cainismo en los genes. Macià no se fiaba de Companys. Companys no se fiaba de Tarradellas. Y asi hasta llegar a Rovira

La secretaria general de ERC, Marta Rovira Kiloycuarto

Cosa más ridícula no se vio en la frontera como la entrada triunfal de Marta Rovira i Vergés (Vic, 1977) en Cataluña. Con más periodistas de los medios subvencionados y los afines a su causa que fans y devotos de ella, la secretaria general de ERC entró por la puerta grande que separa Cataluña de Francia. Llamada Puerta de los países catalanes, es un monumento feo de estilo algo franquista que intenta reflejar la entelequia de la unidad de Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, parte de Aragón, el Carche (Murcia), Andorra, sur de Francia y Alghero en la isla de Cerdeña. Una estrambótica unidad de destino lingüístico en lo universal con ERC rodeada por el PP en España, Le Pen en Francia y Meloni en Italia. Enclaves donde la figura de ERC se siente como en casa, ya que ERC, ni es de izquierdas ni es republicana, sino todo lo contrario.

Nieta de alcalde franquista, Rovira nació y creció en Vic, la ciudad más franquista de Cataluña, y después capital ejemplar de la Cataluña catalana, como la rebautizó Marta Ferrusola, en paz descanse. Con revisar los Nodos de las visitas del Caudillo a Vic y su célebre plaza a rebosar de camisas azules y saludos fascistas está todo dicho y visto. Ciudad de los santos, según una novela de Miquel Llor publicada en 1931, había más densidad curas por metro cuadrado que no curas. En aquella atmósfera provinciana, cerrada y cerril que regalaba longanizas al dictador, se crió y creció Rovira. Una señora que “los tiene bien puestos”, según sus más toscos y machistas seguidores, y una llorona cobardona según sus detractores.

El abrazo de Rovira y Junqueras

Tras cruzar la puerta de la entelequia, llegó la hora de la pantomima y el esperpento. El abrazo del oso entre Rovira y Oriol Junqueras. Con sendas puñaladas en la espalda, los enemigos íntimos sobreintepretaron un remedo de aquel abrazo de Vergara entre Espartero, general isabelino, y Maroto, general carlista. De ahí, tal vez, que en ERC haya tanto beato con alma de cántaro (Véase Junqueras) y tanto reaccionario. Personal que fue de trabuco fácil, entre el pelotón que rindió pleitesía a Rovira estuvo el ex consejero de la Generalitat Vendrell, que había militado en la organización terrorista Terra Lliure. Y en el decorado de la recepción una bandera palestina portada por filoterroristas yihadistas. Debidamente ondeada y repetida por NODOTV3, hasta los republicanos sinceros y de pro hicieron arder las redes sociales, sumándose a todos los catalanes que viven entre avergonzados, tristes e indignados por unas bandas de vividores mediocres, soberbios, altaneros e ineptos.

Para muestra un botón, Rovira retorna cuando los estudiantes han obtenido las peores notas de catalán jamás registradas. Otro éxito de gestión del nieto e hijo de carlistas y franquistas Pere Aragonés, presidente de la gestoría llamada Generalitat. Y de la consejera de su consejera de educación, Anna Simó, filóloga leridana sin otros méritos laborales que ser una chusquera de ERC. Como su correligionaria Rovira.

Un partido de clanes

Licenciada en Derecho y en Políticas, no consta en su currículum laboral otra actividad que vivir del dinero público. Siendo, eso sí, chica de la Cruz Roja y castellera de los Zagales de Osona. Actividad consistente en montarse unos catalanes sobre otros catalanes con riesgo de partirse la crisma, pero muy valorada en ERC, como ya se vio con el también casteller Ernest Benach, republicano que presidió el Parlament y se montó en un coche oficial con tuneado de lujo a cargo del contribuyente. Con otro ex consejero de ERC detenido por contrabando de tabaco en la frontera con Andorra, forman un partido a base de clanes. Como el de la Avellana cuando fue vicepresidente de la Generalitat Carod-Rovira. El único que consiguió que hasta Cambio 16 dedicase una portada al Independentismo dulce. El clan de los Pirineos. El del Maresme, y ahora le toca al de Vic, ver qué dura.

Las principales gestas de Marta Rovira han sido: llorar, gimotear y presionar a Puigdemont para que proclamase la República de los ocho segundos. Marcharse a Suiza sin avisar a nadie de su partido siguiendo el ejemplo y la senda de Puigdemont. Vivir a cuerpo de reinona en Suiza cuando no se la acusaba de nada que comportase prisión y dejar en la estacada y en Soto del Real a Oriol Junqueras. Coautor junto a ella del libro Tornarem a vèncer. Com ho farem. (Idees). Publicado el 2020 por una editorial independentista subvencionada, al asequible y patriótico precio de 10,35 Euros. Hambre para hoy y más hambre para mañana, ambos escritores son ahora los encargados de liquidar ERC a precio de saldo. Como su libro, que se arrastra por los mercadillos rurales de segunda mano a un euro, nada más.

El cainismo de ERC

Simulen romperse las meninges los analistas y comentaristas del régimen, lo más patético posible para intentar comprender qué pasa en ERC y seguir cobrando del partido. Pero no sería necesario malgastar los dineros del fondo de reptiles. Desde su invención ERC lleva el cainismo en los genes. Macià no se fiaba de Companys. Companys no se fiaba de Tarradellas. Tarradellas no se fiaba de Irla. Heribert Barrera tampoco se fió de Tarradellas. Hortalá no se fio de nadie. Carod no se fiaba de Puigcercós y acertó.

Y así hasta llegar a Marta Rovira, de momento. “Hay que tener cuidado con los llantos de las mujeres”, advirtió don Quijote a Sancho Panza. Pero la cúpula de ERC no leen literatura castellana y procuran acabar con ella a pesar de que Sancho Panza llevaba barretina durante su estancia en Barcelona. Así que la Llorona sigue haciendo de las suya, entre hipos, emociones. Lágrimas de cocodrilo, dicen quienes desconfían de ella. Mientras que sus devotos quieren que incumplan su promesa de no presentarse a ningunas elecciones. Así que unos por otros, ERC sin barrer y Cataluña sumida en la decadencia y en el esperpento de nunca acabar, con más traiciones de extrema crueldad en unos carteles contra Ernest Maragall y a su hermano Pasqual por sufrir Alzheimer.

Poca cosa que decir

Pero como, según Josep Pla, toda aproximación o retrato de un personaje requiere alguna pincelada de rasgos físicos y psicológicos, vaya aquí un esbozo de Marta Rovira. Mujer de cabello como alborotado con permanente diseñada en alguna peluquería de pueblo. Es de habla rápida y reiterativa porque en el fondo tiene poca cosa que decir. Pésima imitadora de poetas comarcales de quinta fila, su gesticulación transmite nervios procedentes de su inseguridad. Vestida al estilo de labradora huida del arado, parece lo que en catalán se llama una bleda assolellada (acelga soleada).

Así que vigile sus espaldas, no sea que le pase como a tantos traidores e impostores hay en los desechos de su partido. Y aunque NODOTV3 repite hasta la saciedad que es una exiliada, solamente ha sido una forajida, que según el Diccionario de la RAE significa: 1. Dicho de una persona delincuente que anda fuera de poblado huyendo de la justicia. 2. Dicho de una persona que vive desterrada o extrañada de su patria o casa. Así que Ay, Llorona, ay Llorona.

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