Vea el editorial de Ana Rosa Quintana de este viernes, 25 de abril en Artículo14.
De la crisis del sofoco hemos pasado al Gobierno del trágala. Tras el amago de desmayo de sus socios por la compra de las balas a Israel, Pedro Sánchez también vio cómo se le movía su silla de Moncloa, y para evitar su expulsión del poder el presidente hizo una bolita de papel con el contrato, lo masticó mirándose en el espejo y se lo tragó lentamente. Primer trágala. Después, el presidente obligó a su ministro del Interior a que arrancase la hoja del BOE donde publicó el contrato, también lo hizo una bolita, y le obligó a comerse sus propias palabras. Segundo trágala. Pero en vez de dimitir, Grande-Marlaska tragó, se marcó un ninja y desapareció tras una bomba de humo dejando una nota en la que ponía “rescindo el contrato por interés general”. Y pensábamos que el bala perdida del PSOE era Ábalos.
Ahora la Guardia Civil tiene pistolas, pero sin balas. Como los cañones sin agujeros que vendían en la guerra de Gila. Tras el gatillazo del contrato, el Gobierno se come billete a billete 6,6 millones de euros que pagaremos entre todos los contribuyentes. Tercer trágala. El presidente del trágala ya ha tragado con todo con tal de seguir en el poder: Amnistías, indultos, quitas de deudas, palacetes, fronteras, y 15 millones de balas que han provocado una crisis diplomática, han puesto en la picota la reputación empresarial de nuestro país y han jugado con nuestra seguridad, porque para España, Israel es fundamental en Defensa y ciberseguridad.
Izquierda Unida nació en el 86 al calor del lema “OTAN no”, por lo que lleva en su ADN su antimilitarismo. Sin embargo fue la jefa de la oposición, Yolanda Díaz, la que nos hizo saber ayer que además de ser amiga íntima del Papa Francisco, fue ella, y solo ella, y no Izquierda Unida, ella, personalmente, la que obligó a Sánchez a realizar su trágala. Este nuevo cambio de opinión del presidente ha dejado en evidencia una vez más que Sánchez no tiene palabra ni aunque se publique en el BOE. Pedro Sánchez prometió en el Parlamento el 10 de abril del año pasado que no habría contratos de compraventa de armamento con empresas israelíes Israel mientras prosiguieran los bombardeos en Gaza. Después de esa promesa del presidente, el Gobierno firmó 40 contratos más con Israel.
En medio de esta guerra interna en la que el Gobierno de coalición se ha dado un tiro en el pie, Pedro y Yolanda anuncian que van a reducir la jornada laboral y van a construir 15.000 viviendas. Se nota que se han quedado sin balas porque ahora disparan con munición de fogueo. Y lo peor es que ya no nos tragamos nada. Ni aunque venga en el BOE.