Vea el editorial de Ana Rosa Quintana de este lunes, 21 de abril, en Artículo14.
Buenos días. Hace justo un año, tras el Domingo de Resurrección, Pedro Sánchez resucitó al quinto día. Justo esta Semana Santa se cumple un año de la dimisión en diferido del presidente del Gobierno, cuando decidió ponerse el capirote para hacer penitencia pública por unos pecados que nunca reconoció. Nunca en la historia de la democracia un presidente se había marchado cinco días a reflexionar tras escribir una carta de amor a su mujer, una misiva dirigida a la ciudadanía. Una carta en la que cargaba contra los jueces que habían imputado a su esposa y contra los medios que informaban de esa imputación.
Si Sánchez tuviera que escribir una carta un año después sería algo así: “Queridos españoles, hace un año amagué con marcharme pero no me fui, me quedé. Unos jueces politizados imputaron a mi mujer por tráfico de influencias y corrupción en los negocios y un año después ya la acusan de cuatro delitos. Entré al Gobierno por una moción de censura contra la corrupción y mi mano derecha, mi querido exministro José Luis Ábalos está imputado también por cuatro delitos: organización criminal, cohecho, tráfico de influencias y malversación. Para mi sorpresa, el ministro que defendió la moción de censura, el ministro fuerte del Gobierno más feminista de la historia, enchufaba a señoritas en empresas públicas. ¿Sabes leer? Pues contratada. Una procesión de imputados a los que se suma mi propio hermano.
Los pseudomedios denuncian que en Moncloa hay más enchufes que en una ferretería. Para controlar los delitos de corrupción voy a encargar a un fiscal imputado que elija a un fiscal que investigue a los imputados. Yo nunca miento, pero este año he cambiado muchas veces de opinión. He concedido indultos a los amigos de Junts, amnistías, he condonado la deuda, he cedido las fronteras, he pactado con Bildu y no tengo presupuestos, pero da igual. Como dije hace un año, ‘he decidido seguir’ porque España me necesita. Sigo adelante con mi Plan de acción y regeneración de la democracia contra los bulos y la máquina del fango. Atentamente, el presidente”.