“La política Exterior de España la marca el ministro de Exteriores con el presidente, como en cualquier gobierno”. José Manuel Albares marcó territorio este martes, recordando a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que las cuestiones que afectan a la política Exterior son estrictamente de su competencia.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Albares se pronunciaba así ante la pregunta de si el Ejecutivo hacía suyas las últimas declaraciones de la vicepresidenta segunda, o si únicamente eran atribuibles a ésta. En un mensaje publicado en la red social X, antes Twitter, poco antes de la rueda de prensa, Díaz aseguró que “la violación del derecho internacional es la forma de estar en el mundo del régimen de Netanyahu”. “Al sur, un genocidio. Al norte, una invasión terrestre”, añadió.
“La comunidad internacional debe responder con las máximas sanciones. Hay muchas vidas en juego”, reclamó Díaz. La vicepresidenta segunda, presionada por su izquierda, suele evitar pronunciarse sobre las materias que competen a otros ministerios, en particular en lo que toca a la política exterior. Pero no lo hizo en esta ocasión.
Por su parte, no es la primera vez que Albares recuerda quién tiene la batuta de mando en Exteriores; o que lo hace destacando que el Gobierno “está unido como una piña” sobre esta cuestión. “Todos debemos de unir fuerzas”, ha reclamado Albares, para lograr el objetivo compartido en el Ejecutivo: “Conseguir la paz en Oriente Medio”. Incidió en que ha podido “constar” esa unión tras exponer su informe ante el Consejo de Ministros. Mientras Díaz destacaba que en Palestina se está dando “un genocidio”, Albares se refería a la situación de Gaza tildándola de “catástrofe humanitaria”; y a la “invasión terrestre” que mencionaba la vicepresidenta en Líbano, como a “la extensión de un conflicto a un Estado soberano”.
Hasta la fecha, en el ala socialista sólo la ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha permitido tildar de “genocidio” la situación en Gaza. La posición del máximo responsable de la política exterior y de la diplomacia española pasa por insistir en que debe ser el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) quien aclare si efectivamente Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Ahondó en ello en junio, cuando anunció que España se sumaría al proceso abierto por Sudáfrica ante el máximo órgano judicial de la ONU contra la Administración de Benajim Netanyahu.
La posición de Sumar
Desde que se inició esta fase del conflicto entre Hamás e Israel, el 7 de octubre de 2023, Sumar ha reclamado a Pedro Sánchez que reconociera el Estado Palestino. Este gesto político cargado de simbolismo no llegó hasta el 28 de mayo. Es un terreno especialmente sensible para la coalición PSOE-Sumar, que ya escenificó sus diferencias en política Exterior en mitad de la campaña electoral para las Europeas, en junio. Moncloa desautorizó críticas de Díaz a Israel, mientras desde las filas del socio minoritario reprochaban a Sánchez un paquete de ayudas por valor de 1.000 millones de euros en armas a Ucrania, concedido además sin pasar por el Congreso.
Es una materia especialmente sensible para la izquierda, como lo es lo que afecta a la inmigración, o a la situación del Sáhara. En una rueda de prensa en el Congreso, este lunes, la diputada de Sumar Tesh Sidi criticó que el Ministerio del Interior haya aplazado la visita que un grupo de parlamentarios planeaba realizar a los activistas saharauis que solicitan asilo y llevan más de una semana retenidos en el aeropuerto de Barajas. Podemos, anterior socio de Sumar, llevaba días criticando que se les niegue el acceso a la sala de asilo en la que permanecen una treintena de saharauis.
Sumar, a la baja en todas las encuestas, y sumida en una crisis de liderazgo que no cerrará hasta su congreso, a mediados de diciembre, tiene que mantener el equilibrio entre no molestar en exceso a los socialistas, y a la vez en tratar de diferenciarse del socio mayoritario. Más en un tema de máxima importancia para el grueso de partidos que integran esta alianza, y para su electorado.
Salida de Líbano de los españoles
Por otro lado, el ministro de Exteriores ha recomendado al millar de ciudadanos españoles que permanecen en Líbano que abandonen el país mediante vuelos comerciales. Pese a que el Ejecutivo sigue “con preocupación máxima” el desarrollo del conflicto, todavía no ha activado el plan de evacuación que tiene preparado para cuando lo considere necesario. A ese millar de personas se suma el contingente de 669 militares españoles desplegados en Líbano bajo bandera de Naciones Unidas (FINUL). “España no se va a resignar a que la guerra sea la forma normal de relacionarse entre los pueblos de Oriente Medio”, afirmó el ministro.