Apenas existen dudas sobre la inminencia del acuerdo entre PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa, aunque todavía no está cerrado el diseño de la “financiación singular” de la Generalitat. Los equipos negociadores de socialistas y republicanos seguían ayer, jueves, dando forma al pacto mientras, en paralelo, la dirección de Esquerra se preparaba para activar sus mecanismos internos de cara a convocar a la militancia a votar el acuerdo, el último gran obstáculo de Illa para convertirse en president.
La dirección de ERC se reunirá el lunes para aprobar, si nada descarrila a última hora, el acuerdo con el PSC. A partir de ahí, al líder del PSC no le quedará más remedio que contener el aliento porque la propia dirigencia de Esquerra es consciente de que se puede producir un revolcón de las bases. Existen precedentes de ello y el último es muy cercano: los militantes de la demarcación de Barcelona desbordaron el congreso local de hace un mes y medio en el que se debía aprobar la entrada ERC en el gobierno del Ayuntamiento, pero la votación quedó aplazada ante la gran movilización de los contrarios al acuerdo municipal con el PSC.
Asambleas territoriales
Desde aquel 13 de junio del congreso aplazado hasta hoy han cambiado algunas circunstancias. Dos ellas, quizá, las más importantes: el regreso de Ginebra de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la determinación del Gobierno para firmar cheques y traspasos al Govern de Cataluña con la presencia de Pedro Sánchez incluida en el Palau de la Generalitat.
La primera circunstancia es importante, sobre todo, por un motivo y porque Rovira ha tomado el control del partido sobre el terreno y ha organizado numerosas asambleas territoriales con el propósito de domesticar a las bases y evitar un veto al pacto de investidura con los socialistas. El equipo de Rovira ha intensificado los contactos con cuadros y militantes, y no se lleva a engaño respecto a lo que se puede encontrar en una votación interna que, con casi toda seguridad, se celebrará a primeros de agosto.
Los incumplimientos
“Hay un sentimiento de desconfianza hacia el PSOE, básicamente, por los incumplimientos, porque algo son las buenas palabras y llegar a acuerdos, pero vemos que algunos de esos acuerdos a los que llegamos después no se cumplen”, dicen en ERC. Este mismo mensaje es el que los negociadores de ERC han traslado a los del PSC-PSOE precisamente con el propósito de conseguir el mayor botín posible. Y así se explican los últimos cheques y los últimos traspasos (Cercanías, Ingreso Mínimo Vital).
Pero el gran tema sigue siendo la “soberanía fiscal” y, en este punto, la solución final parece que va a ser casi mágica. Las partes aseguran que en este punto quedan “más que flecos” pero, a la vez, hablan con todo desparpajo sobre la posibilidad real de un acuerdo en breve. “Se pueden poner matices y cuantas especificidades sean necesarias, pero al final es tener la llave de la caja, recaudar el 100% de los impuestos”, exigen en ERC.