Marta Rovira, la secretaria general que manejó ERC durante seis años desde Ginebra, regresa a Suiza para seguir allí su vida, ahora sin tener que huir de la justicia española. Elisenda Alamany (Sabadell, 1983) toma su relevo en el cargo de la mano del reelegido presidente del partido, Oriol Junqueras, y lo hace acumulando responsabilidades que Rovira nunca tuvo, como la de portavoz. Es también la líder municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona y más pronto que tarde podría convertirse en teniente de alcalde del gobierno que lidera el alcalde Jaume Collboni (PSC).
Alamany ya está en marcha. Ningún reto es tan importante para ella (ni para Junqueras) como el de rehacer la quebrada unidad de una Esquerra muy dividida a nivel interno y, para eso, ambos consideran que no hay mejor estrategia que tensar la cuerda con PSC y con PSOE, con Salvador Illa y con Pedro Sánchez, para que ambos entiendan que se abre una nueva fase en sus relaciones. “ERC ha vuelto y se hará respetar”, dijo la nueva secretaria general en su primer mensaje desde la sede de ERC tras la reelección de Junqueras como presidente.
El sello de ERC en el Congreso
Esquerra, que no puede vivir la política de otra manera que no sea mirando de reojo a Junts, aspira a ganar protagonismo en las negociaciones con los socialistas y para eso quieren demostrar esta misma su influencia en el Congreso esta misma semana con la toma en consideración de una propuesta para la regulación de los alquileres de temporada.
“Es una cuestión sangrante y afecta a todos los catalanes. Nos están expulsando de nuestras ciudades. Si alguien mira los portales inmobiliarios verá que en Barcelona no se puede alquilar un piso, sea en el distrito que sea, por más de un año. Esta es una cuestión crucial“, dijo Alamany.
El planteamiento de ERC es que debe proyectarse que es el partido independentista quien está marcando el paso a los socialistas y no al revés. Es decir, que son los republicanos quienes arrastran a PSC y a PSOE a sus posiciones y que no son una simple muleta de su gobierno. Y en ese contexto estratégico, Alamany sostuvo que ni tan siquiera se han puesto en marcha conversaciones con el Govern de Illa para encarrilar los presupuestos de 2025: “No hay equipo negociador porque no hay negociación”.
Primero cumplir; luego presupuestos
Los republicanos quieren hacer valer sus acuerdos con el PSOE —el de investir a Pedro Sánchez en noviembre de 2023— y el de investir a Illa en agosto de 2024 antes de entregar voto alguno a los presupuestos de la Generalitat o a las presupuestos del Estado. Y para eso, Alamany quiere ver plasmado asuntos tales como la mencionada regulación de los alquileres; la condonación parcial de la deuda del FLA; el traspaso de Rodalies; la nueva financiación; la oficialidad del catalán en Europa; la línea 9 del metro y la mejora en la ejecución presupuestaria de los años anteriores.
“No puede haber nuevas negociaciones y nuevos acuerdos hasta que no se cumplan los que ya existen. No tendría sentido”, dijo Junqueras en TV3.