La vida de Íñigo Errejón ha estado marcada por el activismo y la política desde sus primeros años. Desde su rol inicial como cofundador de Podemos hasta su transición a Más País, el exdiputado ha consolidado una imagen de intelectual comprometido con la transformación social y la defensa del feminismo y el ecologismo. Pero hoy, en medio de graves acusaciones de violencia machista, acoso y adicción al sexo, surge la pregunta de qué va a ser de él tras renunciar a su escaño. ¿A qué se dedicará tras abandonar la política?
Errejón antes de Podemos: una carrera en la academia y el activismo
Antes de que la política española lo colocara en el foco de la atención pública, Errejón forjó una destacada carrera en el ámbito académico y de investigación. Obtuvo su doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, enfocándose en el análisis del discurso populista en América Latina. Más en particular, en Bolivia y el movimiento MAS de Evo Morales. La tesis, supervisada por el politólogo Heriberto Cairo, se convirtió en uno de los primeros hitos de una carrera académica que continuaría en fundaciones y organizaciones de izquierda en Latinoamérica.
Como investigador, Errejón trabajó con la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), un think tank alineado con políticas de izquierda. A través de la CEPS, Errejón desarrolló colaboraciones en Ecuador, Bolivia y Venezuela, donde ocupó el cargo de director de investigación en Identidades Políticas en el instituto GIS XXI, cercano al gobierno de Hugo Chávez. Este tipo de rol le permitió conocer de primera mano las dinámicas de poder y discurso en el ámbito latinoamericano, pero también trabajar en la planificación y ejecución de proyectos de investigación y consultoría de alto perfil.
La posible vuelta al ámbito académico
Con un sólido historial académico y de investigación, no sería sorprendente que Errejón regresara al ámbito universitario, donde podría dedicarse a la docencia y a la investigación. Su trayectoria le brinda una ventaja única como especialista en movimientos sociales y estrategias de comunicación política. Un área en la que podría aportar análisis y teorías derivadas de su experiencia en la arena pública española. Además, su paso por instituciones de renombre internacional le otorga una perspectiva valiosa para debatir temas de democracia, populismo y los desafíos actuales de la izquierda. Sin embargo, las acusaciones de violencia machista han manchado gravemente su imagen. Tal vez no muchas instituciones académicas querrían tenerlo en sus filas. Al menos, por ahora, cuando el fuego está recién encendido.
Consultoría y asesoría política: una opción con miras internacionales
Otra de las opciones que podría valorar es la consultoría y asesoría política. Un camino que Errejón ya exploró en sus primeros años profesionales. Las consultorías políticas han crecido en importancia en la última década. Figuras como Errejón, con su habilidad para construir narrativas y analizar el discurso, resultan atractivas para gobiernos y organizaciones no gubernamentales que buscan una mayor comprensión de los movimientos sociales y el comportamiento político.
El contexto internacional podría ser especialmente relevante. Tras su experiencia en América Latina, Errejón podría desempeñar un rol como asesor en campañas políticas o en proyectos relacionados con el desarrollo social y la transformación política en países emergentes. Esta actividad podría llevarlo a colaborar con fundaciones y organismos interesados en una transformación política a través de la planificación estratégica y la comunicación efectiva. Quizás lejos de España encuentre la senda para reactivar su carrera profesional.
El mundo editorial: un espacio para el análisis y la reflexión
El ámbito editorial es una de las vías más comunes para los políticos que deciden abandonar su actividad principal. Incluso aquellos a los que les rodea la polémica, como es el caso de Errejón. El exdiputado de sumar ya ha demostrado su capacidad para el análisis crítico y la producción escrita. Su conocimiento sobre temas como el populismo, el feminismo y los movimientos sociales le permitiría escribir libros o columnas de opinión. En ellas podría profundizar en cuestiones de actualidad y analizar las transformaciones de la política española e internacional. Su credibilidad en determinados ámbitos, visto lo visto, es otro cantar. A fin de cuentas, sería complicado leerle hablar de feminismo o de la lucha por la igualdad después de lo que ha sucedido.