Hay pocos días de paz para el socio minoritario del Gobierno de coalición, pero hay jornadas en las que se libran batallas cruciales incluso a la interna de su espacio político. Yolanda Díaz ha logrado apuntarse un tanto al reactivar la reducción de la jornada laboral y ganar una batalla al Ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, en una semana en la que han tenido que digerir el mayor incremento del gasto en defensa desde que Sánchez preside la coalición (2020).
En la que el polémico contrato suscrito y después anulado con una empresa israelí, por valor de 6,6 millones de euros, ha sido la gota que ha desbordado el vaso de la paciencia de IU. Con la formación de Antonio Maíllo amagando por primera vez con romper el Ejecutivo, y consolidando la estrategia que puede llevarle a la emancipación de Sumar, hasta ahora alianza y paraguas de las fuerzas de la izquierda alternativa, menos Podemos.
El resto de contratos tramitados con Israel aún no se han revertido, ni la izquierda ha logrado digerir el salto en inversión armamentística. De hecho el Gobierno ha dejado la puerta abierta a incrementar aún más estas partidas. Algunas formaciones de la coalición se agitan por esto y por el debate público sobre la unidad que han vuelto a revivir entre todos.
El partido morado y la formación de Yolanda Díaz oficializarán el sábado y el domingo, respectivamente, los nombramientos de sus nuevas Ejecutivas. Movimiento Sumar ha dejado pasar un mes desde su Asamblea, Podemos un par de semanas, y los puentes entre ambas fuerzas permanecen intransitables.
El incremento del gasto en defensa por valor de 10.500 millones, aprobado el martes por el Consejo de Ministros, así como la rectificación del Gobierno sobre el contrato con la empresa israelí, ha llevado a los morados a comparecer hasta en cuatro ocasiones en rueda de prensa. En todas han arremetido contra el Ejecutivo. Y cada vez que se les pregunta rechazan la mano tendida de Díaz para negociar concurrir juntos a las próximas elecciones generales, previstas para 2027.
La estrategia de Irene Montero, candidata de la cúpula del partido, pasa por apelar a las fuerzas que defienden el “no a la guerra” frente a las políticas de rearme. Esto es, por apuntar directamente al corazón de IU, formación nacida en el contexto de las movilizaciones contra la entrada en la OTAN. Básicamente les reclama que elijan entre ellos y Sumar.
¿Peligró realmente el Gobierno?
La presión del partido de Montero es grande, y el golpe sobre la mesa de IU con la crisis del contrato con la empresa israelí hizo salivar a los morados. “Abriría una posibilidad interesante”, reaccionaban fuentes de la dirección al órdago de IU. Los de Maíllo contemplaron “todos los escenarios”, incluido el de la ruptura, y Podemos afirmó que si salieran del Ejecutivo “sería una demostración” de su firmeza frente a la “espiral belicista” del “Gobierno de la guerra”.
La indignación llevó a algunos dirigentes de IU a plantear, siquiera fugazmente, la posibilidad de romper. Con las horas se impuso el sosiego, y Maíllo tuvo que recoger cable. Ni Díaz ni el resto de los ministros de Sumar contemplaban abandonar sus carteras ministeriales. Salir del Ejecutivo, además de suponer una pérdida importante de foco y de recursos económicos, habría propiciado el acercamiento entre IU y los morados, pero también su alejamiento de los partidos que conviven en Sumar.
Y habría hecho tambalearse el Ejecutivo, favoreciendo un adelanto electoral que, a tenor de todas las encuestas, desembocaría en la conformación de un Consejo de Ministros con carnets del PP y de Vox. Maíllo y Enrique Santiago, portavoz parlamentario y dirigente que contempló abiertamente la ruptura, temen esa posibilidad más que cualquier otra cosa.
“No van a romper”, aseguraban en Movimiento Sumar. Podemos tampoco creía en esta posibilidad, pero no ocultó que disfrutaría de ese futurible movimiento. IU sabía que tenía que evitar este escenario. “No entramos en si vamos a estar con papá o con mamá”, zanjó el jueves Maíllo, durante una entrevista en Antena 3. Elegir bando tan lejos de las elecciones, sin que esté claro si se reeditará la alianza Sumar, y si Díaz va a formar parte del próximo ciclo, sería precipitarse. Y su aspiración es que toda la izquierda alternativa concurra unida.
IU también tiene una cita importante este sábado. Reúne a su Coordinadora Federal, máximo órgano ejecutivo de la coalición de izquierdas, para debatir las más de 200 enmiendas al borrador del documento que plasmará su política de alianzas. El texto original, al que ha accedido Artículo14, deja claro que no descartan concurrir en solitario.
Maíllo sabe que IU tiene un rol fundamental en el puzzle de la izquierda. Se queja de que, en las coaliciones Unidas Podemos y Sumar. su organización “no ha visto que su trabajo haya tenido reconocimiento ni encaje democrático”, y pide alianzas más horizontales y democráticas. Más peso, más foco y más “reconocimiento” al trabajo político de los suyos.
Díaz reivindica su propio papel
La victoria con el aterrizaje del proyecto de ley de reducción de la jornada laboral en el Consejo de Ministros (el próximo martes) es innegable, y llegó al mismo tiempo que la solución sobre el contrato con la empresa israelí. Díaz aprovechará la próxima semana para intentar trasladar todos los focos sobre el avance de su medida estrella, después de varias intervenciones públicas reivindicado su propio papel a la hora de forzar al PSOE a moverse.
La coordinadora general de Sumar, Lara Hernández, concedía dos entrevistas televisivas el viernes para ensalzar el papel de la vicepresidenta segunda en las conversaciones con Sánchez y Marlaska para darle la vuelta a la situación. Alabó el “gran trabajo” de Díaz y destacó que “ha liderado en todo momento esta negociación”, en una entrevista en La hora de la 1 (TVE).
En el mismo programa de la televisión pública, Maíllo se felicitó por el desenlace, pero no mencionó el rol de Díaz en esta disputa. La hoja de ruta que presentará este sábado apuesta por acercar posiciones entre Podemos y Sumar cuanto antes, sin esperar a la convocatoria electoral.
En paralelo, también el sábado, Más Madrid celebra su plenario autonómico para apuntalar su estrategia para 2025. El partido de Mónica García (ministra de Sanidad) votará el documento político que quiere “consolidar” al partido como “la casa común progresista madrileña”.
Los suyos están volcados en la región, y hoy por hoy no quieren avanzar si reeditarán la coalición con Díaz. El futuro de la izquierda alternativa está particularmente lleno de incertidumbre. Y,mientras, la vicepresidenta segunda evita desvelar sus próximos pasos.