Qué se le estaba pasando al señor Mazón por la cabeza mientras a su alrededor ocurría todo el espanto que la jueza Nuria Ruiz Tobarra ha puesto al fin en negro sobre blanco en un auto estremecedor? ¿En qué pensaba mientras caía el diluvio, y los cauces se iban desbordando, y las personas por cuya seguridad él tiene el deber supremo de velar trataban de luchar sin ninguna protección contra aquella catástrofe, abandonadas a su suerte por su máximo responsable político?
Por diversas razones, Valencia forma parte de mi vida. Hace tan solo unas semanas, estuve en Catarroja, celebrando un cumpleaños durante el cual no paré de llorar, como probablemente les habría ocurrido a la mayor parte de ustedes. Lloré por todo lo que vi, las montañas de «basura» —sillas y mesas y fotos y colchones, restos conmovedores de la vida común de tanta gente—, los parques destrozados, los negocios cerrados, lloré por las horas en el infierno que habían vivido muchos de los asistentes al encuentro, vecinos de l’Horta Sud, y por los actos de heroísmo de algunos de ellos, lloré por el valor de los supervivientes y las ganas de celebrar la vida que descubrí en el mercado del pueblo, entre cervezas tomadas sobre las aceras teñidas del marrón del lodo, al ritmo de la música que interpretaba en vivo un grupo, mientras la gente se afanaba por seguir adelante. Lloré por los muertos y por quienes los quieren, lloré por los que sufrieron el trauma —me hablaron del terror en el que parecen haberse quedado sumidos muchos niños de la zona— y lloré por los vivos y su resiliencia.

Varios militares colaboran con vecinos y voluntarios en la retirada de vehículos en la localidad de Catarroja
Pero también lloré por la indecencia moral del presidente de la Generalitat Valenciana. ¿Qué tenía ese señor en la mente mientras su tierra sufría la catástrofe? ¿En qué estaba pensando? ¿En demostrarles a los de izquierdas que lo del cambio climático es mentira o que incluso, como había afirmado su consejera de Turismo unas semanas antes, de existir, es beneficioso para Valencia porque alarga la temporada turística? ¿Estaba tal vez decidido a ser más «libertario» que Ayuso y probar que, pase lo que pase, en su comunidad todo sigue como si nada? ¿O es que quería dejarles claro a los hosteleros y hoteleros que está de su parte y que no iba a asustar a los visitantes a tan solo dos días de un puente sustancioso? ¿Es posible que no pensase en nada en concreto, que no entendiese nada de lo que le estaban diciendo?
No lo sé, y no creo que pueda saberlo nadie salvo él mismo, si es que en su fuero interno, en ese punto crucial y misterioso del cerebro humano que llamamos conciencia, es aún capaz de reconocer la verdad. ¿Qué tenía usted en la cabeza, señor Mazón, aquel día funesto? ¿A dónde le llevaron sus pensamientos, sus creencias o sus intereses para contribuir de tal mal manera con su irresponsabilidad a todo aquel horror?

VALENCIA, 01/03/2025.- La quinta manifestación en Valencia contra el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, por su “nefasta gestión” de la dana del pasado 29 de octubre ha comenzado su recorrido este sábado por el centro de la ciudad bajo la amenaza de la lluvia. EFE/Manuel Bruque
Sigo creyendo que la política es una actividad muy seria, muy importante, sin la que el mundo sería mucho peor de lo que ya es. Sigo estando segura de que esa actividad pueden —es más, deben— practicarla gentes dignas, responsables y preparadas, capaces de actuar a favor del bien común. Por eso, no solo me abruma lo que ocurrió aquel día, sino que me desconsuela todo lo que ha venido después, las mentiras, el cinismo, el lavarse las manos frente al dolor ajeno, esa manera atroz de echar las culpas a los otros, la indiferencia moral. Todo ello avalado por los cálculos políticos y la dichosa estrategia: no podemos hacer nada porque no nos viene bien para los números del partido.
Eso, más o menos, es lo que nos han dado a entender los responsables del PP y lo que suelen explicar los analistas respecto al incompresible apoyo que se le sigue prestando al todavía President de la Generalitat desde el núcleo de poder nacional. Resulta que el señor Feijóo no puede hacer nada respecto al señor Mazón porque no le va bien electoralmente y, como él mismo dijo, le interesa seguir gobernando Valencia.
¿De qué estamos hablando? Con todo el horror y el sufrimiento que esas personas han vivido y podría haber sido evitado, con todas las verdades que han quedado claramente expuestas en el auto de la jueza y que acotan sobre la Generalitat la responsabilidad, no es posible que un partido ande echando números para ver cómo se libra lo mejor posible del desastre. Nada le va a librar, señor Feijóo, y cada día que pasa solo empeora las cosas. Porque esto no es una cuestión de política, votos y estrategias, es una cuestión de dignidad, de ética, de empatía, de conciencia, de cosas infinitamente más importantes que un poco de poder mal entendido. Cualquier otra cosa, resulta ya insoportable.