Llevamos dos semanas y media “embarrados” en el combate del relato. Que si el culpable es el President de la Generalitat valenciana por no declarar el nivel 3 de emergencia y solicitar la ayuda del Estado o por el contrario que si el culpable es el gobierno central por ver a un presidente autonómico completamente superado y bloqueado y no actuar proporcionándole la cuerda que necesita para no ahogarse.
Que si Carlos Mazón tiene que dimitir o que si es el Presidente del Gobierno el que tiene que dar un paso al frente como responsable último. Dos semanas y media esperando a que Mazón decida si cesa a dos de sus consejeras salpicadas por la mala gestión de esta DANA o si Alberto Núñez Feijoo decide sacrificar a Mazón para salvarse él.
Y todo esto pasando por la ministra Teresa Ribera, la que por cierto todavía no ha pisado la zona afectada y que está en el punto de mira del PP que asegura que tras la gestión de esta catástrofe no es la persona adecuada para entrar en la Comisión Europea como mano derecha de Ursula Von der Leyen. Obviamente depurar responsabilidades es importante y estoy segura de que así va a ser. Algunos cargos políticos serán cesados en las próximas horas, otros probablemente dejarán su cargo en diferido y a otros probablemente las riadas les pase factura en las urnas. Pero de lo que nadie habla y a mi al menos me preocupa es de que después de que hasta el momento 214 personas hayan fallecido por esta maldita gota fría nadie nos ha explicado como debemos actuar si vuelve a pasar y según los expertos en fenómenos meteorológicos adversos va a volver a pasar como de hecho ha pasado en Málaga esta semana.
¿Usted sabe qué hacer si el sonido de la alarma le suena en la calle lejos de su casa? ¿Sabe qué hacer si le pilla en el trabajo en un planta intermedia? ¿Y si el sonido le llega cuando está en el coche en medio de una caravana? ¿Hay que abrir los cristales? ¿Es mejor permanecer dentro del vehículo si no tenemos la suficiente agilidad como para subirnos al techo? ¿Y si nos arrastra el agua? ¿Cómo podemos intentar sujetarnos o agarrarnos a algo? ¿Lo podemos intentar con un árbol? ¿Es peligroso? ¿Que pasa si tengo a los niños en el colegio o en la guardería? ¿Es más seguro dejarlos con sus cuidadores o es mejor ir a recogerlos para que cada uno este con los suyos? ¿Cuánto tiempo tengo desde que suena la alarma para protegerme en algún escenario seguro?
Los expertos han hablado y algo nos ha quedado claro: la primera recomendación es no salir al exterior; es decir si la DANA nos pilla en el trabajo, debemos quedarnos confinados hasta que pase el temporal. Todos coinciden además según su experiencia en que el gran error que muchos cometen y así lo vimos en Valencia es coger el coche pero más allá de esto no sabemos más. Me temo que no tenemos ni idea de como manejar esta situación y me llama la atención que ningún responsable político con la ayuda de los técnicos haya convocado ninguna rueda de prensa para al menos trasmitir a la población que están estudiando como “educar” a la población ante este tipo de situaciones.
No me queda nada claro tampoco si con una alerta roja por fenómenos meteorológicos se puede no acudir al trabajo. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ha subrayado en las últimas horas que “se puede no acudir al puesto de trabajo si hay riesgo para la salud de los trabajadores y trabajadoras”. Díaz cita un Real Decreto Ley del 2023 que recoge que ante “un aviso de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja o rojo” será “obligatoria la adaptación de las condiciones de trabajo, incluida la reducción o modificación de las horas de desarrollo de la jornada prevista” en caso de que no esté garantizada “la protección de las personas trabajadoras”.
Pero ¿qué dicen las empresas? Porque aunque la vicepresidenta asegure que las empresas deberán adoptar todas las medidas para proteger la vida de los trabajadores no todas las empresas lo ven igual. Según ha publicado la Cadena Ser en las últimas horas la Conselleria valenciana de Interior y Justicia ha emitido cientos de salvoconductos para trabajadores de supermercados de Mercadona, Consum, Aldi y Lidl en los que se les autoriza a que procedan a la circulación y el reparto, incluso bajo alerta meteorológica roja o naranja. Desde luego los permisos son un pulso legislativo porque contradice abiertamente la legislación estatal de Trabajo y en el fondo una indefensión para los trabajadores que pueden ser sancionados si no acuden a su puesto de trabajo.
Hay muchas más preguntas: ¿y si paramos ante avisos rojos que luego afortunadamente quedan en nada? ¿O estos días que no acudimos a trabajar por riesgo para la salud ¿están retribuidos? ¿Qué pasa con las empleadas del hogar? ¿Tendrán derecho al paro durante el tiempo que no acudan al trabajo? ¿No deberíamos tener protocolos específicos sobre cómo actuar laboralmente?
Queda mucho por hacer y tenemos que comenzar ya si realmente las administraciones se creen lo de que el cambio climático mata como ha dicho esta semana el presidente del Gobierno en la Cumbre del Clima. Las responsabilidades políticas vendrán pero de momento toca concienciar a la ciudadanía que esto va en serio y que estaremos más a salvo cuando cada uno de nosotros comience a cambiar la mentalidad. El principal reto es nuestro pero ellos nos tienen que educar.