Opinión

Volver a empezar

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Hace poco estaba con una pareja de amigos muy queridos para mí. Nos conocemos desde hace más de treinta años. Es lo que tiene hacerse mayor, que tienes amigos desde hace varias décadas. Ellos se conocen desde hace más de cuarenta años.

Mis amigos se conocieron cuando eran unos veinteañeros. Se enamoraron, se casaron y tuvieron dos hijos. Compartimos una gran parte de nuestras vidas. Cuando ellos ya tenían sus dos niños pasábamos juntos fines de semana, salíamos, entrábamos, comíamos, cenábamos, viajábamos, lo dicho, pasamos mucho tiempo juntos.

Para mí siempre fue una pareja ideal, casi diría que para mí formaban “la” pareja ideal. Los hijos, que yo conocí desde muy pequeños, se hicieron mayores y salieron de casa. Y un día mis amigos me dijeron que se separaban. Y después de la separación vino el divorcio. Eso ya fue definitivo. El divorcio. Para mí fue un shock. Pero así es la vida. Cosas que pasan.

Segundas oportunidades

Pues decía que recientemente volvimos a quedar. “Nos volvimos a casar”, me dijeron. Yo sonreí. Sabía que desde hace un tiempo volvían a estar juntos, pero no sabía que se habían casado. “No sabéis cuanto me alegro” respondí. Porque de verdad me alegro un montón por ellos, porque los quiero mucho y porque creo que siguen formando una pareja fantástica.  Mi amiga bromeaba: “ya ves, nos volvimos a casar, como Liz Taylor y Richard Burton”. Así es la vida también. Estas cosas también pasan.

Después de estar con ellos, supongo que por lo que me habían contado, me vino a la cabeza la película Volver a empezar de José Luis Garci. Esta película, de 1982, y que, por cierto, fue la primera película española en ganar un Oscar de Hollywood, cuenta la historia de un escritor español que vive en Estados Unidos y vuelve a España porque se está muriendo y se reencuentra con su amor del pasado.

La verdad es que no sé por qué me vino esta película a la cabeza y no otra, supongo que, porque pensé, a raíz de la historia de mis amigos, en las segundas oportunidades y lo que significa volver a empezar. Segundas oportunidades que nos damos a nosotros mismos, que buscamos a menudo nosotros mismos: en las relaciones de pareja, con los amigos, con nuestra familia, en nuestras profesiones o simplemente dando un cambio a nuestra forma de vivir.

Convertirse en otra persona

Pensé en cuántas veces es posible volver a empezar en la vida, porque no siempre es posible. No sólo depende de nuestra voluntad y nuestra esperanza, que también hay que tenerla para volver a empezar. La segunda oportunidad no sólo hay que buscarla, tiene que existir o tenemos que crearla.

Lo cierto es que los años van pasando, uno se va haciendo mayor y se va convirtiendo en otra persona. Es lo habitual, nadie es el mismo según va pasando el tiempo. La experiencia te vuelve desconfiado, pero al mismo tiempo, si prestas atención, te evita cometer errores que ya cometiste en el pasado, te abre un camino nuevo por el que transitar y en el que, si prestaste atención en el camino anterior, ya sabes donde es conveniente pisar y donde no.

Jean Paul Sartre, el filósofo francés, decía que “stamos condenados a ser libres”, nadie elige nunca por nosotros, nadie nos dice qué es lo que tenemos que hacer. Qué sencillo es a menudo que nos digan qué tenemos que hacer, no tener que elegir. Pero la vida no funciona así. Estamos obligados a elegir constantemente en nuestras vidas. Elegir siempre implica renunciar y a menudo errar. Así es la vida.

Pero de repente aparecen las segundas oportunidades, uno puede volver a empezar. El juego que pensábamos que había terminado comienza de nuevo. “Un hombre debe vivir el presente y ¿qué importa quién eras la semana pasada, si sabes quién eres hoy?” escribió Paul Auster.

“Hoy es siempre todavía”

El hoy es lo único que tenemos. Lo que hicimos, lo que fuimos, ya no está. Alguien podría decir que también tenemos lo que vivimos y es cierto, pero ya lo hemos vivido, ya no lo tenemos, está en nuestra memoria. Lo tuvimos, nadie nos lo puede arrebatar, pero ya no lo tenemos. Nos queda el presente y lo que hagamos de él.

Ya lo escribió el poeta Antonio Machado: “Hoy es siempre todavía, toda la vida es ahora. Y ahora, ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos, porque mañana es tarde. Ahora”.

Creo que nada como este verso de Machado contiene todo lo relativo a volver a empezar y a darnos las segundas oportunidades que queramos darnos, así que grábalo en tu memoria, tatúatelo (yo conozco a una persona que lo lleva tatuado) o escríbelo en cada día de tu calendario: “Hoy es siempre todavía”.