Opinión

Una oposición de chiste (sin gracia)

Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

Terminó el verano y al PP que preside Alberto Núñez Feijóo le dio por convertirse en el personaje que interpreta Carmen Electra en la escena inicial de Scary Movie. La tipa huye de un asesino enmascarado y, de repente, se topa con una mesa en la que hay una pistola, una granada, dos cuchillos y un plátano. Para enfrentarse al psicópata, se decide por la fruta. Adivinen, si no la han visto, cómo transcurre la trama.

En la semana en la que comparecieron en sede judicial Víctor de Aldama, Koldo García, Begoña Gómez y su asesora en Moncloa, y en la que la Guardia Civil descubrió que los mensajes del móvil de Álvaro García Ortiz, primer fiscal general imputado de la Historia, fueron eliminados en los días de la filtración de los datos del novio de Ayuso, el genovesismo campante pasó de hurgar en unas heridas que, de infectarse, podrían ser letales, y optó por emular fallidamente a Broncano y hacer chistes: que si el del “minuto e imputado”, que si el del desayuno del miércoles iba a ser recogido por el documental monclovita que acabó comprando El País, con Feijóo dilapidando su quebradiza gracia con un ligero tartamudeo nervioso, etcétera. Imagino a algún asesor de los que susurran a los equinos o a algún columnista de confianza agasajando a los cráneos previlegiados del PP comentando, campanudos: “Así se tumba a un Gobierno, jo, jo, jo”.

El futuro político a corto plazo –a medio o largo, cualquiera sabe– de España se llama Pedro Sánchez porque la oposición ni atina ni se lo cree. Perdonen la perogrullada, pero todo cristo sabe que, de suceder al revés, otro gallo cantaría. Que fuera Feijóo el, citando al proscrito Errejón, “núcleo irradiador” en torno al cual orbita semejante cinturón de corruptelas, y que el macho alfa de Ferraz fuera el líder de la oposición. El gallego no le duraría dos telediarios de Vicente Vallés. De Génova 13 no quedaría ni la gaviota, el charrán o lo que sea. Como mucho, Cuca Gamarra.

Sánchez, doctor en equilibrismo de riesgo, sólo teme a un par de jueces, a unos pocos periodistas –la de pesadillas que debe de tener con Javier Chicote– y a su némesis, Isabel Díaz Ayuso, la única criptonita política capaz de desquiciarle. Hay quienes apuntan que, fuera de Madrid, la presidenta de la Comunidad tiene un público limitadito. Ahora bien, la influencia de la lideresa regional aumenta a medida que transcurre el tiempo que el killer socialista ostenta el poder, y ya va para siete años. O Feijóo desecha el plátano, o va a calentar el banco del jefe de la oposición… hasta que los suyos se lo permitan. Y ojo si, en el próximo VIVA de Vox, amén del presidente de la República Argentina, Javier Milei, también participan un Elon Musk o un presidente de la primera nación, todavía, de Occidente. Las encuestas intuyen que el músculo electoral de los abascalers se está dilatando. Qué sindiós tan entretenido.

Y, para chistes con aje, los de Chiquito de la Calzada y el Comandante Lara. Qué geniazos.