Opinión

¿Un Nobel de la Paz señor Trump?

Trump
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A las cosas hay que llamarlas por su nombre y esto es limpieza étnica. La pretensión de Trump de expulsar a casi dos millones de palestinos de Gaza es un intolerable desafío a la legalidad internacional. La idea del presidente de EEUU carece de base legal, dinamita algo por lo que sigue luchando Europa que es la solución de los dos estados y, además, es irrealizable. Llevar a cabo este plan exigiría una gran presencia militar estadounidense en la zona y una inversión multimillonaria durante muchos años para reconstruir una zona que parece un solar. Creo que en esto todos estamos de acuerdo por el desafío que supone y porque no se respeta el derecho internacional.

Por lo que vamos conociendo de esta segunda etapa de Trump, la técnica siempre es la misma y es con la que saca ventaja: propone una medida que parece inviable y disparatada con el objetivo de abrir la discusión a sus pretensiones. Así ha pasado con el canal de Panamá, Groelandia, la inmigración o los aranceles y ahora ha llegado el turno a Gaza. Aunque en estos momentos la realidad supera con creces la ficción pocos podemos creer que en algún momento Estados Unidos tome el control del arrasado territorio palestino, como el mismo aseguró el pasado martes ante su homólogo israelí en Washington. Para conseguir este objetivo Trump afirma que hará todo lo necesario incluyendo el despliegue de tropas estadounidenses. El hombre que ha hecho negocios inmobiliarios en todo el mundo plantea la cuestión como si fuera una inversión más. Lo denomina “nueva Riviera de Oriente Medio” para que viva la gente del mundo entero, pero a la que el pueblo palestino no podrá regresar.

Es evidente que los palestinos le importan muy poco a Trump. Su plan supondría el desplazamiento forzoso de todos los palestinos de Gaza, que tienen el derecho soberano a vivir en su tierra y a permanecer en sus hogares. Casas que están completamente destruidas pero que son sus casas. Este plan implicaría para los palestinos una segunda “nakba” (desastre) como la que sufrieron en 1948 por unos 700.000 palestinos que huyeron o fueron expulsados por la fuerza de sus hogares en la que fue la Palestina histórica, durante la creación de Israel.

Sigo teniendo muchos amigos palestinos en Cisjordania que en las últimas horas me han contado lo que ha supuesto para sus abuelos el terrible anuncio. Gente mayor que ya vivió la expulsión de su tierra en 1948 y que nunca imaginaron que la situación se repetiría. Viven entre Jordania y Cisjordania y siguen contando a sus nietos un éxodo que les marcó y que ahora si por EEUU fuese haría protagonistas a sus nietos.

¿Y qué dice el mundo árabe? Sin excepción todos han rechazado el plan. Jordania y Egipto que serían los dos países destinatarios de gazaties se oponen con el respaldo de los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Arabía Saudí, la Autoridad Palestina y la Liga Árabe a reubicar a los 2,3 millones de palestinos que pueden ser expulsados de Gaza. Arabía Saudí asegura que no establecerá relaciones con Israel hasta que se constituya un Estado Palestino. La Autoridad Nacional Palestina recuerda que Gaza es parte integral de un estado palestino y asegura que no aceptará el desafío. Otro punto que no hay que perder de vista y que reiteran todos los expertos policiales es la posibilidad de que la zona todavía se incendie más.

El primero en censurar la propuesta ha sido el grupo islamista Hamas, que la tilda de racista y que pretende liquidar la causa palestina. A través de un comunicado el grupo terrorista denunció que “es un crimen contra la humanidad y que consolida la ley de la selva a nivel internacional”. “No permitiremos”, añade Hamas, “que los derechos de nuestro pueblo por el que llevamos décadas luchando y por los que hemos realizado grandes sacrificios sean violados”. Así que señor Trump mucho cuidado con “calentar” de esta forma la zona porque, aunque Irán ahora mismo no está en su mejor momento las consecuencias pueden ser inimaginables. Pero ¿no era Trump el único presidente de los EEUU que nos había salvado al resto del mundo de meternos en más guerras? ¿Realmente esto es buscar la paz duradera en la zona e impulsar un desarrollo económico en Oriente Medio?

Sin embargo, él está convencido de que merece ganar el Nobel de la Paz. No es fake señores, el presidente de la primera nación mundial cree que merece ganar el Nobel. Lo dijo el pasado miércoles afirmando que, aunque nunca se lo van a conceder él se merece este premio al que por cierto estuvo propuesto durante su primer mandato (2017-2021). “Es una pena. Lo merezco, pero nunca me lo darán” dijo a la prensa en el Despacho Oval antes de reunirse con el presidente de Israel, Benjamin Netanyahu. ¿Un Nobel de la Paz señor Trump?