Opinión

Saber de fútbol

El expresidente de la Comisión Gestora de la Federación Española de Fútbol y aspirante a la presidencia de esta, el extremeño Pedro Rocha, declara como testigo del caso Brody.
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Mientras el proceso electoral a la presidencia de la RFEF se encuentra inmerso en un galimatías de denuncias, fallos del Tribunal de Arbitraje Deportivo TAD, investigaciones en el marco del caso Brody y el expediente sancionador abierto sobre las actividades de Pedro Rocha por presuntas infracciones muy graves, leíamos esta semana aquí en Artículo 14 una entrevista con la primera mujer que ha “osado” intentar ser candidata a las elecciones de la RFEF, Eva Parera.

Dice Eva, entre otras muchas cosas, al ser cuestionada sobre si ha encontrado muchas dificultades en este mundo por ser mujer, que “de primeras hay un pensamiento de que una mujer no sabe de fútbol”.

La pregunta que me asalta inmediatamente es si “saber de fútbol “ es el requisito más importante para ser presidente de una entidad que maneja un presupuesto, como ella misma explica, de 400 millones de euros.

El mantra “saber de fútbol” es el más usado para descalificar a las mujeres del fútbol y su entorno desde hace décadas. Y doy fe como periodista deportiva. Durante años, mientras a un hombre periodista la condición de “saber” le venía “de serie” por su género, nosotras teníamos que demostrar que sabíamos lo que era un fuera de juego, una rabona o más recientemente “jugar en bloque bajo” para poder ser mínimamente aceptadas en el mundillo.

Para gestionar una federación tan importante como la RFEF debes saber , por encima de todo, de gestión, precisamente por manejar un presupuesto como ese. Y aún más importante, ser una persona honrada, con capacidad de representación, experiencia en el mundo del deporte, y que no pretenda servirse sino ponerse al servicio del que, a pesar de todo, sigue siendo el deporte rey en nuestro país.

De fútbol saben los empleados que intervienen en los procesos técnicos, entrenadores, formadores, seleccionadores etc. Y por supuesto, los protagonistas del espectáculo, que son los y las futbolistas.

No nos engañemos, detrás de esa expresión tan manida, “saber de fútbol” está la verdadera realidad, que es saber cómo se mueve el mundo del fútbol entre bambalinas. Cómo manejarse en el mundo de las territoriales, de los apoyos, de las promesas a cambio de avales. Y de eso, por los años que lleva desde sus primeros pasos como directivo de la territorial extremeña hace décadas, sabe mucho el candidato Rocha, aunque quizás esté abocado a morir en la orilla de este disparatado proceso electoral.

Uno de los aspectos que está en discusión en el TAD es la validez de la Asamblea de la RFEF, tras la denuncia de Miguel Galán impugnada do el Censo Electoral de la RFEF.

La Asamblea ante la que se presentó Luis Rubiales tras el escándalo del beso a Jenni Hermoso al grito ya famoso de “no voy a dimitir” estaba compuesta por 140 miembros, de los que, atención, solo 6 eran mujeres. La proporción es devastadora e incumple cualquier principio de paridad.

Es curioso que en ese mundo masculino en el que un conflicto dentro de la selección femenina se filtró intencionadamente a los medios para denigrar a las jugadoras, fuese precisamente el abuso del presidente sobre una de ellas lo que desatase la tormenta perfecta.

Desconozco si Eva Parera conseguirá algún día lo que busca, ni siquiera si es una buena candidata. Lo que sí sé es que una de las primeras personas que denunció las graves irregularidades que estaba cometiendo Rubiales al firmar el contrato de la Supercopa con Arabia Saudí, fue su entonces vicepresidenta, Ana Muñoz.

Ana dimitió de su cargo como vicepresidenta de la RFEF en diciembre de 2019 al negársele ver el contrato en su condición de responsable del comité de ética e integridad de la federación. Esa fue la gota que colmó un vaso que en año y medio se llenó de decepciones y desencuentros.

Muñoz es Doctora cum laude en Derecho por la Universidad de Navarra, catedrática de Derecho Financiero y Tributario , fue directora general de Deportes del CSD y antes directora de la AEPSAD durante la “Operación Puerto”. Su currículum es brillante con experiencias en gestión pública en varios ministerios. Fue de las primeras en declarar ante la juez que instruye el caso “Brody” y nunca ha manifestado interés alguno en volver.

Como Irene Lozano, otra mujer que vivió la crisis del COVID en sus meses al frente del CSD consiguiendo mediar en la guerra Tebas-Rubiales con nota. Mujeres brillantes que el deporte necesita. Pero claro, no saben de fútbol…

Así está el fútbol.

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