Pasamos media vida buscando cosas. Buscamos las llaves por la casa, un archivo en la oficina y, por supuesto, en Internet alguna información o referencia. En esta era digital acelerada, perder el tiempo nos pone de los nervios y de mala onda. En este aspecto, Google llegó hace años, para simplificarnos la vida. Diariamente, realizamos más de ocho mil millones de búsquedas en su herramienta, demostrando la influencia que ejerce en nuestro cotidiano. Sin embargo, algunos recientes cambios de hábitos generacionales podrían cambiar bastante el panorama. La explosión de los contenidos en los móviles y la adicción a las redes empiezan a dibujar profundas transformaciones en nuestras pesquisas virtuales.
Vidas Googleizadas
Con más del 90% del mercado, el buscador norteamericano se ha convertido en nuestro mejor compañero de estudio, de viaje o de trabajo. En los mundos virtuales, se ha consolidado como la gran puerta de acceso. Es la llave para encontrar algo rápidamente y acceder a todo un ecosistema digital complejo. Por esa razón, estar bien posicionado en sus resultados resulta clave para la estrategia de cualquier empresa.
Las compañías de servicios o productos dedican cada año más dinero para salir entre las primeras cuando buscamos algo en su directorio. Las campañas publicitarias son ahí de las más efectivas, ya que derivan directamente un tráfico cualificado que acabará comprando o generando algún tipo de ingreso.
Se estima que Google gana por esto más de 175.000 millones de dólares al año. Son generalmente fruto de esos anuncios o “enlaces patrocinados” que vemos en sus primeras páginas de resultados, porque a las segundas ya, ni accedemos.
Jóvenes cada vez más imprevisibles
Sin embargo, los hábitos van cambiando y de forma cada vez más aleatoria. Las nuevas generaciones ya no adoptan únicamente insólitas formas de alimentarse, vestir o enamorarse, sino que también modifican sus patrones de vida y consumos digitales.
A medida que abrazan nuevas formas de distracción, Google se enfrenta al reto de mantenerse relevante en un entorno que se vuelve cada vez más joven y fragmentado. Una de las principales preocupaciones para la empresa (valorada entre las 5 mayores corporaciones mundiales en bolsa) es precisamente ese cambio de paradigma.
Un informe de Pew Research reveló que casi el 40% de los jóvenes estadounidenses prefieren ya buscar información en plataformas como Instagram y TikTok en lugar de acudir al todopoderoso. Se filtró incluso un informe inquietante por parte de uno de sus directivos, alertando de lo complicado que podría ponerse la cosa.
La cultura de la inmediatez y las prisas por disfrutar, saber algo o tener éxito en la vida, afecta constantemente la juventud nuestra. Les da una pereza máxima cambiar de aplicación, hacer un clic en otro icono y tener que cambiar de plataforma.
Esas dos redes sociales mejoraron brutalmente sus algoritmos y pasaron de ser meros espacios de interacciones sociales a convertirse en unos potentes motores de búsqueda no convencionales. Son especialmente influyentes en áreas como la belleza o la moda, pero también actúan indirectamente como recomendadores de música, de series, de restaurantes locales, de sitios molones o lejanos viajes.
Con sus enfoques divertidos y visuales, han cautivado la atención de una audiencia juvenil hambrienta de contenidos genuinos y virales. De hecho, ambas plataformas trabajan ya en sus respectivas tiendas electrónicas para poder monetizar esa golosa audiencia. Incluirán etiquetas sobreimpresas en las publicaciones. De esta forma, bastará con hacer un sencillo clic en la camisa de un influencer para acceder ágilmente a su compra. Y el se llevará una comisión “extra”.
Ya no es solo cosa de niños
Este movimiento afecta también a los “maduritos”. Sus búsquedas ya no se limitan únicamente a los buscadores tradicionales. Los “millennials”, que representan una parte significativa del pastel de los consumidores, han empezado a recurrir a sus smartphones y, sobre todo, a inspirarse en redes sociales.
Este cambio de preferencias no solo impacta en el negocio de Google (que depende en gran parte de sus anuncios) sino que también obliga a las marcas a replantear su enfoque en la creación y estrategias de contenidos.
Ya no es suficiente con salir bien en esas búsquedas, sino que ahora es fundamental estar presentes, en fotos y vídeos, en todas partes. De ahí la creciente colaboración de empresas con líderes de opinión e influencers, procurando aparecer en sus sugerencias y opiniones.
El iPhone 16 y la inteligencia artificial muy a mano
Un cambio tecnológico, que está por acelerar aún más la cosa, es la llegada de la inteligencia artificial (IA) de forma sencilla y cómoda. El reciente anuncio del lanzamiento del nuevo iPhone 16 promete revolucionar la forma con la cual los usuarios interactúan con sus smartphones, y de forma diaria.
Asistentes virtuales más inteligentes, búsquedas inteligentes por voz y herramientas de reconocimiento de imágenes, modificarán radicalmente el panorama de las búsquedas. Según un estudio de Gartner, en el 2025, el 30% podrían realizarse ya sin la necesidad de una pantalla.
No es una sorpresa para nadie en San Francisco, cuna de la tecnología, y Google intenta adelantarse a esta nueva tendencia. Apuesta sobre sus propios desarrollos de IA frente a la competencia exacerbada de Apple, Amazon y Microsoft, que le tienen, desde hace años, muchas ganas.
Para las empresas que generan contenidos, también supondrá un nuevo desafío. La optimización para búsquedas en pantallas tradicionales (como los ordenadores) podría perder cierta relevancia. El arte de crear contenidos y de optimizarlos para entornos de Inteligencias artificiales se volverán tareas cruciales. Las marcas necesitarán adaptarse rápidamente a estas nuevas interfaces, garantizando que su contenido sea fácilmente localizable, tanto en entornos textuales, vocales o visuales.
La búsqueda buscándose un futuro
El mundo de las búsquedas online está en constante evolución. Impulsada por notables cambios generacionales, la introducción de nuevas tecnologías, el avance imparable de nuevos agentes e inteligencias artificiales, trastocarán el panorama perpetuamente.
Aunque Google siga siendo el líder indiscutible, su dominio ya no es hoy tan incuestionable. Las redes sociales, los nuevos dispositivos y las recientes innovaciones reconfigurarán, por completo, nuestras existencias y el ámbito de la búsqueda de objetos por las casas, de un nuevo novio, de un próximo viaje o de nuestros ficheros por la oficina.
El reloj corre y nuestra existencia es limitada. En ese sentido, perder tiempo siempre nos irritará. Todos los trucos y artilugios divertidos que, además, supondrán ganar unos microsegundos, nos tendrán siempre enamorados.