A este paso en España va a haber más elecciones que puentes. Pasados ya los comicios gallegos, vascos y catalanes nos toca votar en las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán el día 9 de junio. Vamos, que la próxima campaña empieza la semana que viene, por si alguien no se había dado cuenta. De entrada, el PP partía como favorito para ganarlas, y las encuestas le han ido dando entre diez y doce puntos de ventaja sobre el PSOE, pero ya no se descarta un empate técnico entre los dos grandes partidos. Los de Feijóo crecerían mucho, quedarían delante de los socialistas, pero la distancia entre ambos partidos no sería tan grande.
Después de las duras, el batacazo electoral en Galicia; a Pedro Sánchez le han tocado las maduras, los resultados de las elecciones vascas, donde el PSE es indispensable para que el PNV siga en la Lehendakaritza, y, sobre todo la victoria de Salvador Illa en las catalanas. El panorama no podría ser mejor, pues, para los socialistas que venderán que las políticas a favor de la convivencia de Sánchez, han acabado con el procés. El viento sopla a favor del presidente del Gobierno que podrá jugar, además, con el calendario, para ver cuándo se aprueba definitivamente la Ley de Amnistía en el Congreso. En principio sería el 30 de mayo, pero si Moncloa calcula que no conviene hacerlo en campaña electoral, se podría retrasar un poco más, como también se van a retrasar las negociaciones para formar Gobierno en Cataluña, y esto también favorece al PSOE porque no habrá mucho ruido hasta entonces y ya se verá si se hace efectiva o no esa amenaza del dimitido Aragonés de que ERC no apoyará a Illa, ni a un Gobierno PSC-
Junts, lo que conllevaría una repetición electoral. Sánchez conseguiría así que la pelota siguiera rodando a la espera de un nuevo golpe de suerte que le permita seguir contando con sus socios para permanecer en la Moncloa. Es como el cuento del Rey que condenó a un hombre a morir y, cuando estaba a punto de ser ejecutado le pidió que no lo hiciera porque él podría hacer hablar a su caballo en un año. El Rey le concedió ese tiempo, y cuando le advirtieron al incauto de la locura de su empresa, él dijo: “yo he ganado un año, y en un año, se ha podido morir el rey, se ha podido morir el caballo, e incluso ha podido aprender a hablar”.
Pero, cuidado, que no todo hay que verlo en clave catalana. En estas elecciones se podrá valorar por vez primera si el rechazo que manifiestan los españoles a la amnistía, se traduce en un voto anti Sánchez, o si el electorado le perdona, como ya hizo con los indultos, la sedición y la malversación, esas cosas que hay que hacer para seguir en la Moncloa. Los comicios servirán también para valorar si el caso Koldo y todas sus ramificaciones castigan a los socialistas. Recordemos, además, que en las europeas, el sistema electoral no es por circunscripciones, como en las generales, sino que aquí se aplica el sistema electoral de circunscripción única, y ahí el PSOE rentabilizará mejor sus votos.
El PP ha visto superadas sus expectativas en Cataluña y afronta con optimismo las europeas como un paso más para llegar a la Moncloa. Partido a partido, debe de pensar Feijóo, que está obligado a ganar estas elecciones y a evitar en el camino cualquier tropiezo.
PD: no me resisto a valorar la entrada en el Parlament de Alliança Catalana, partido que impidió a la prensa entrar en su sede al entender que manipula. Su líder Sìlvia Orriols, se negó a felicitar a Salvador Illa porque no felicita “a imperialistas”. Ante tanta simpleza solo me viene a la mente ese dicho ruso que reza: “el que es tonto, lo es por mucho tiempo”.