Opinión

¿Qué he hecho yo para que me salga un hijo facha?

Teresa Giménez Barbat
Actualizado: h
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¿Eres una persona debidamente de izquierdas, cumpliendo todos los tópicos políticamente correctos, currándotelo sin fisuras y ahora tu hijo va y se te tuerce? Quizá pensabas que a ti no te iban a dar este tipo de disgustos. Pero no te preocupes, no te culpabilices. Has de saber que ni eres una anomalía ni una excepción. Sois muchos, sí, pero se ha tomado conciencia y se os quiere ayudar. Por ejemplo, un importante periódico de Berlín ofrece “consejos para padres democráticos” que se ven obligados a tratar con “hijos no democráticos”. Los imparte una tal Eva Prausner, que es trabajadora social. Algunos trabajadores sociales, al igual que ciertos maestros, profesores o psicólogos, son muy proclives a adoptar las ideologías más “virtuosas” del momento y a emprender las consecuentes cruzadas. Es posible que no vayan a ser los personajes históricos que habían soñado. Pero, como dice una amiga mía ex maestra y muy enrollada: “por lo menos sé que sembré sus cabecitas con todo aquello en lo que creía”. Preferí no preguntarle. Tener a un público joven e inocente cautivo es irresistible. La Sra. Prausner dirige algo llamado “Proyecto para el “fortalecimiento” de los padres”. Meritoria empresa, ¿no creen? A los padres es a los primeros que hay que meter en vereda. En la escuela catalana, por ejemplo, muchos de los esforzados docentes independentistas viven frustrados porque les dicen que sí, que sí, que les dirán a sus hijos que no hablen castellano en el patio, y sospechan que, cuando salen de la reunión, ya están pensando en otra cosa. Y es que esos padres, como los que alecciona Eva Prausner, no están suficientemente “fortalecidos”. Nunca antes en la historia de la República Federal habían salido tantos niños no democráticos para desespero de tantos progenitores democráticos honrados. Y aquí vamos por el mismo camino.

Los padres progres están más concienciados, dónde vas a parar. Saben que la democracia son ellos y que son los únicos realmente abiertos de mente. Por ejemplo: cada vez están más convencidos de que no hay un sexo al nacer y de que son sus hijos quienes han de manifestar quiénes son en realidad y a qué género pertenecen. ¡Aún tenemos en la retina la imagen de los gemelos varones de Irene Montero viendo la tele y uno de ellos con falda! A muchos les haría incluso ilusión que uno de sus hijos resultara tener “el sexo equivocado” y ayudarle en ese difícil, pero aleccionador camino de transición, sabe Dios a dónde. Pero en vez de eso no paran de ver ideas y comportamientos inadecuados en sus hijos y en los amigos de sus hijos, sucumbiendo todos a un pensamiento político fatalmente erróneo. Como en Alemania. Por eso Eva Prausner se ha arremangado y se ha puesto a ofrecer “formación, creación de redes y asesoramiento en el ámbito de la familia y el extremismo de derechas”. Porque el de izquierdas, como adivinan, no existe.

Es una necesaria iniciativa. Habían salido otras de muy atrevidas, pero para adultos. Como la de retirar servicios de salud a quienes el personal médico progre, considerase “racista”. Efectivamente, Wes Streeting, el secretario de Salud del Reino Unido, dijo que las personas racistas “pueden y deben” ser excluidas de la atención médica. En nuestro país, el Consejo de Ministros del presidente del gobierno Pedro Sánchez aprobó un Plan de Acción por la Democracia con el objetivo de distinguir a los medios de los “pseudomedios”.  ¡Ese es el camino! La izquierda es la única que sabe diferenciar democracia de lo que no lo es, “pseudomedios” de medios auténticos y descubrir “discriminadores” y “racistas” con una sola mirada. Las Fraus Eva van a florecer, ya les digo.